miércoles, 29 de diciembre de 2010

What else?

Todos tenemos vicios, uno de los míos es el café, otros, las voces profundas y los ojos verdes. Para mi perdición, en la boutique de Nespresso de El Corte Inglés de Princesa, en Madrid, se unen los tres.

Dependiendo de la temporada, en ese corner hay entre 3 y 6 personas atendiendo, pero quiere la casualidad que, desde que voy ahí a comprar las cápsulas, a mi me suela tocar en suerte (todas las veces menos una que - como estadística - no está mal) un dependiente de voz profunda y tremendos ojos-verdes-tienes que un día va a conseguir que me lo compre todo, hasta a él.

Imaginaos la (ridícula) escena, yo llego y, cuando me toca el numerito, voy para allá y escucho ese "buenos días" y, aunque ya sepa de antemano lo que va a pasar no puedo evitarlo... empiezo a sentir una vergüenza horrorosa, de esas de cuando iba al instituto y pasaba el niño que me gustaba, y empiezo a recitar: 3 de descafeinatto intenso, 6 de indriya, 2 volluto, un pack de especialidades... y la voz profunda repite que te repite "¿algo más?", y los ojos verdes sonríe que te sonríe mientras me miran fijamente, y yo intentando parecer una tía interesante y madura, pero notando que se ve claramente que me estoy poniendo colorada y, esto no falla, se me ha puesto una sonrisa idiota en la cara que no me puedo borrar.

Es guapo y lo sabe. Gusta y también lo sabe. Por eso, cuando casi al final, después del "no gracias" que respondo a su último "¿algo más?", me suelta la consabida "¿y la máquina qué tal?, ¿le va bien?", y yo me callo durante un segundo, y después por fin le miro a los ojos-verdes-tienes y digo "perfecta, gracias" mientras despliego mi mejor sonrisa, entonces yo sé que él sabe que en realidad estoy pensando "la máquina lo que necesita es un repaso, tuyo, concretamente". Pero justo ahí, con la elegancia característica de la marca, los ojos-verdes-tienes me miran y me dicen, "muy bien, pues son..." y me perdonan el resto de material disponible en tienda que hubiera sido capaz de comprarme por un solo guiño.

Entonces cojo mi bolsa negra y me voy, con una sonrisa de oreja a oreja mientras pienso... "What else?".

martes, 7 de diciembre de 2010

Me hago mayor

Y no sólo porque en unos días me caigan 37 castañas, no, es mucho peor... me acabo de descubrir a mi misma haciéndole una peineta disimulada a la tele mientras mascullaba por lo bajinis “no te lo crees ni tú”.

Al otro lado, como no podía ser de otra manera, la cadena del toro y un debate sobre la violencia de género en el que (excusa non petita acusatio manifiesta) la presentadora decía que no es que ellos no estén del lado de los débiles no, es que ellos están también con los que son víctimas de denuncias falsas. La capacidad de manipulación del lenguaje (y con él todo lo demás) de estos señores es incalculable, cuando crees que lo has visto todo (durante la publicidad sin ir más lejos, en un anuncio en el que aseguran que el estado “programa” los embarazos de la gente – a lo mejor programan polvos y yo no me he apuntado al reparto, mira tú -), cuando eso digo, oyes a la presentadora decir lo otro y sin darte cuenta, estás levantando el dedito, como si fueras un Mr. Ánsar cualquiera.

Un gesto que no me gusta y que sólo sale de mi mano cuando en la carretera me han calentado mucho, mucho, mucho. Vamos, una acción que relaciono con lo peor de mi, igual que mascullar. Pero ahí estaba yo hace un momento...

Lo mismo es que todo se pega y tanta convivencia paterno-filial me está matando: el gobierno y el Barça (depende de la semana por ese orden o no) hacen que mis padres mascullen continuamente, una característica que siempre me ha parecido muy “de viejo”, como aquellos abueletes que saludaban a los de la tele porque pensaban que estaban en medio del salón de verdad. Sin embargo, adaptarse o morir, he desarrollado una rara y hábil capacidad de ignorarles a ellos y a la televisión. Nada me turba, nada me espanta, y si lo hace, lo sufro en silencio, como áquel las hemorroides, todo por evitar el debate político o futbolístico (bueno, vale, en éste sí entro a veces). Por eso mismo me ha sorprendido mi reacción de hace un rato, sobre todo porque en ese momento estaba sola frente a la tele.

Lo mismo es que no sólo ellos se hacen viejos...


pd. al ver la foto me he acordado de los amigos de Api, los controladores, pero juro que ha sido puritita casualidad...

domingo, 5 de diciembre de 2010

Parece que por fin vuelo

después de un fin de semana que no se lo deseo yo más que a los controladores y a todas sus madres, cónyuges y descendencia, parece que por fin esta noche voy a poder levantar el vuelo. ayer fue imposible porque la aerolinea con la que viajo no tiene vuelo los saturdays night. el vuelo de hoy se supone que iba lleno y el hermano de mi (hasta ahora único) píer de referencia no pudo hacer nada desde la agencia. asi que no tuve más remedio que echar mano de mi único contacto. y asi, el excelentisimo señor director de comunicación de (en adelante) mi aerolínea de referencia me ha conseguido colar en el vuelo de esta noche. en un par de horitas los padres del relojero me llevan al aeropuerto.

he perdido dos días de vacaciones gracias a estos amabilisimos hijos de la gran puta, pero bueno, si consigo despegar en cinco horas me doy por contenta

sigo con los dedos cruzados.

sábado, 4 de diciembre de 2010

aqui me he quedado

Pues en tres horas se suponia que aterrizaba en Buenos Aires. Y aquí estoy, en mi palacete madrileño. yo soy una de ese cuarto millón de personas a las que los controladores les han jodido las vacaciones. después de una tarde noche para olvidar en barajas, me volvi para casa con un billete para dentro de tres dias. me voy a ir a buenos aires (14 horas de vuelo) para cuatro dias, pero la alternativa es dejar solo a ndru y al píer, quedarme sin volver a la recoleta, perder el vuelo a montevideo...

no sé si será la edad, pero a pesar de todo lo que pasé, vi y oi ayer, estoy bastante tranquila. jodida, porque llevaba meses planeando esto, currando doce horas al dia para poder dejar todo acabado... y ahora me quedo en casa hasta por lo menos el lunes por la noche.

tela. no tengo ni ganas de insultarles. no me sorprendió la cara de pena que tenia ayer la gente en el aeropuerto, me llama mucho más la atención lo civilizados que fuimos todos.

qué asquito de gente y de pais.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Drugstore Cowboy

Anteanoche hablé con Lauren que, si todo va como debe, a estas horas estará dispuesto a quemar la noche dublinesa (exactamente el mismo viernes que yo hace un año, por cierto). Dice que necesita un cambio personal y laboral y está buscando curro más allá del Cantábrico, así que últimamente se está dando rulos por Europa a ver qué tal se le da. Este finde toca Dublín, un valor seguro, en mi opinión.

Pero no era eso lo que os quería contar, eso son sólo un par de detalles para que os hagáis una idea de su situación: acaba de cumplir 30 años y, aunque sigue triunfando en la noche madrileña - especialmente entre la parroquia guiri -, dice que está cansado de la ciudad, del trabajo, de... vamos, que le ha pegao la típica crisis de los 40, pero diez años antes. Lauren es así, un adelantado a su tiempo.

Me llama a las nueve de la noche desde la calle, llevaba todo el día teletrabajando y quería despejarse, así que se ha ido a dar un paseo: "acabo de darlo todo en El Corte Inglés, Negra", me cuenta. Y yo, ingenua de mi, pensé que se habría comprado tremenda camiseta del dolor para que este finde las irlandesas olviden su educación católica en brazos del spanish. Pero no, lo que se ha comprado es un contorno de ojos de Biotherm que le ha costado una pasta. Tras recuperarme del ataque de risa le digo que si se ha vuelto loco, y me contesta, muy pausado, que no, que ya le empiezan a salir arruguillas alrededor de los ojos y que hay que empezar a cuidarse, que ya tiene 30. Le digo que la dependienta ha tenido que flipar y me dice que sí, que la tía debía pensar como yo, porque le había dicho que con un poquillo que se echase bastaba, que él "aún no lo necesitaba mucho", pero que aún así, había sido muy maja y le había regalado un neceser lleno de muestras. Sólo hay una persona a la que le gusten más las muestras que a MBlue y a MeriPeich: a Lauren. Vamos, que marchaba él pa'casa encantando con los potingues.

Le contesté que, obviamente, y como buena vendedora, la muchacha habría visto el filón y por eso le había regalado las muestras. Si con 30 recién cumplidos - que fijo que se lo contó - venía a por contorno de ojos, éste en dos años le compra el corner de Biotherm enterito para él solo. Se rió él y me dijo: "bueno, eso y que también la hice reír". Ahí es donde me empezó a dar miedito y pregunté: "¿qué le dijiste?", y Lauren me contestó: "nada, que si las cremas eran buenas, seguro que volvía, y que fijo que lo eran porque ya se veía que ella tenía la piel muy tersa". Ter-sa, con dos cojones, a una jovencita de El Corte Inglés.

Y en esas estaba yo, recuperándome de mi segundo ataque de risa consecutivo y diciéndole que es un crack, cuando me dice como para justificarse: "Negra, que necesitaba desfogarme un poco, que esta semana he estado muy nervioso con las entrevistas de trabajo, como son en inglés y eso... pues me tenso más". Claro, claro, le digo yo, es normal, pero bueno, tú hablas inglés bien y seguro que te salió guay... "sí, sí - me interrumpe con el tono mucho más animado- que además lo que hice fue tomarme un tranquilizante un rato antes y así la hice mucho más relajado". ¿Tranquilizante? ¿ para una entrevista de trabajo ¡¡en inglés!!?? "Bueno, un relajante no - me corrige - me tomé un Lexatín". Ahí, ojiplática del todo y en medio del tercer ataque de risa, empecé a pensar en la combinación de cremas y pastis, y sólo atiné a decir: "tú lo que eres es un Drugstore Cowboy, Lauren, y lo que tienes, es mucho vicio".

Él se empezó a reir y sólo añadió una palabra: "sí".
Genio y figura.

martes, 19 de octubre de 2010

El seductor

Imaginaos la escena. Madrid, Gran Vía esquina con Montera, sábado noche, 6.05 h, 6ºC y 0 taxis. Después de 20 minutos intentando parar un taxi que no llegaba decido echar andar calle abajo, dirección Cibeles y que sea lo que la EMT quiera (a poder ser un buho que llegue prontito). Por el camino sólo parejas. O los solitarios no cogen taxis (¿por eso no lo encontraba yo?), o ahí pilló cacho hasta el apuntador a pesar de que Gallardón se empeñara en cerrar los bares a las 3.30 h. Aunque ahora que lo pienso... a lo mejor fue eso, igual con el frío, la gente se arrimó más.

El caso es que, más o menos ligera, me baje Gran Vía hasta Alcalá, y de ahí a Cibeles sin encontrar una luz verde que llevarme a los ojos. Terminé en la parada del 20 a las 6.35 h., mi bus había pasado hacía dos minutos, no sabía cuánto quedaba para el siguiente y estaba jodida de frío. En ese momento llega, por partes, una cuadrilla de tíos. En el inicio de la treintena y borrachos, muy borrachos. Se ponen a mi vera y, el más borracho – y más guapo – de todos me mira y se tambalea, y no por mi belleza precisamente. Por si la vomitona decido dar un paso atrás y esconderme detrás del cristal de la marquesina. Llamadme cobarde si queréis...

Y en esas estaba yo cuando por el flanco izquierdo (el de la cuadrilla) se me aparece un tipo nuevo con cara de despistado. Mira el cartel de los buses, mira a la carretera, vuelve a mirar el cartel de los buses, me mira a mi y dice: “perdona, es que tengo que llegar a Cuzco y no sé muy bien qué autobús tengo que coger”. Y yo, que a veces parezco nueva, en lugar de decirle, “pues chico, pregunta a un guardia”, me puse a mirar los carteles por él (como si no supiera leer) y a decirle pues éste no, éste tampoco, ni éste... y tres marquesinas más allá seguía diciendo lo mismo con el tío detrás. Entonces, justo en ese momento, caí en que el que va a Cuzco es el 27 (¿qué recuerdos, eh Api?) y que el 27 se coge en otra parada, cruzando la carretera. Se lo digo y el tipo sigue mirándome fijamente. Por educación, le sonrío y vuelvo a mi marquesina. El tío viene detrás y me dice: “¿te importa que te acompañe mientras esperas el bus?.

A partir de aquí, si yo fuera una tipa con suerte, el desconocido perdido con cara de despistado sería en realidad Jon Kortajarena, muerto de frío y lejos de casa. Yo le hubiera invitado a mi cama y Api (que es la que ponía la casa) lo hubiera entendido dadas las circunstancias. Sólo para que el chico no muriese congelado, you know. Pero como no lo soy, el muchacho en cuestión ni tenía frío, ni estaba lejos de casa y, lo que es peor, después del numerito de interpretación de los carteles, no supe como decirle que se perdiera. El tío me dijo que esperase un segundo, se fue a despedir de los colegas – sí, era de la cuadrilla del guapo borracho – y volvió a mi vera. Qué queréis que os diga... mi cerebro congelado no daba para más. Así que me consolé a mi misma pensando que no parecía peligroso y lo mismo así se me hacía la espera más corta. Me equivoqué.

A la vuelta el tipo se vino arriba y empezó a soltar su discurso de seductor. Que si estaba recién aterrizado de Londres, que si había quedado con sus amigos de siempre para salir por Madrid como en los viejos tiempos, que si no se había dado cuenta de cuánto lo echaba de menos hasta esa noche... y ahí, cuando estaba a puntito de tocarme la fibra sensible, va el tío y suelta que la noche ha sido “entrañable”. ¿¿¿¿¿¿Entrañable?????? Me faltó un ruido de fondo chirriante como en los dibujos animados... ¿lo estaba diciendo en serio?... sí, lo hacía. Además parecía buscar feedback, así que – con la voluntad bajo cero ya a esas alturas – se lo dí: yo también estaba de reencuentros en Madrid esa noche, bla, bla. No le importaba, a los dos segundos me estaba preguntando: “¿te puedo hacer una pregunta muy personal?”

Y digo yo... si a vosotras un tío a esa hora y en esas circunstancias os pregunta eso, ¿qué habríais pensado?. Pues lo mismo que yo, que quería saber si tenía novio, así que le contesté que él preguntara, que ya veríamos a ver si le respondía. Y el tío disparó: “¿tú dónde has perdido más peso, en Irlanda o aquí en España?”.

¿Peso?, ¿perder?, ¿¿¿¿¿me estás llamando gorda hi-jo-de-la-gran-pu-ta???? ¿así quieres ligar tú?, pero el tío seguía entornando los ojitos en plan seductor. No me estaba llamando gorda o, en su defecto, me intentaba hacer ver que a él no le importaba que lo estuviera, entendía que unos meses fuera causan ese tipo de problemática.... no me quedo claro.

Siguiente pregunta: “¿qué edad tienes?”. Too much for me, babies. Le miré y sólo acerté a decirle: “mal”. No entendió y yo repetí: “mal, así mal”. Siguió sin entender y le aclaré: “no le preguntes a una tía la edad hombre, y menos cuando tiene pinta de no cumplir ya los 25” (...y menos aún cuando la acabas de llamar gorda). Lo intentó arreglar diciendo que me echaba 29...

En ese momento llegó el 20. Él, convencido de su encanto personal, aún me dio dos besos antes de subir al autobús...

lunes, 27 de septiembre de 2010

Memorias de una dependienta

Pues se acabó... Se acabaron las cortinas, los estores, los paneles japoneses y esas persianas de screen que tanto se llevan ahora y tanto me han hecho sufrir. Adiós a las alfombras de pelos, a las de lana tejidas a mano, a la moqueta con goma y a la de fibras naturales. No más sábanas 100% algodón, ni tampoco las de mezcla con un 50% de poliéster. Bye bye figuritas, marcos de fotos, cajitas de corazón envueltas para regalo y cojines de Hello Kitty. Hasta la vista papeles pintados y catálogos de telas. Sayonara muebles. Mi época de dependienta ha tocado a su fin.

Para la memoria quedarán mi look de cenicienta cuando, al llegar cada mañana, me ataba la coleta para pasar la escoba y la fregona; las primeras cortinas que vendí (de cocina, blancas, con lunares de colores y volantes); la vez que metí la pata y, justo después de haberles enseñado la pieza de cuerpo presente, aseguré sin pestañear que el tiempo de demora en hacer las cortinas dependía de lo que tardaran en mandarnos la tela; mi poco arte planchando; las sonrisas que le echaba al transportista de Chronoexprés; el día que “coloqué” una funda nórdica de hace 25 temporadas o ese otro que intenté “revolucionar” el marketing directo del negocio colocando en el suelo para el fin de semana alfombras de distintos tamaños.

En el olvido almaceno los interminables dolores de piernas; el día en que las cortinas de la clienta más maja del verano quedaron mal; aquella tarde en que la pija tacaña de turno me llamó “mala profesional” por no querer hacerle el trabajo sucio; esas otras en que mi compañera no me dirigía la palabra; y también la tarde que me entraron ganas de matar a una pareja de viejos que, después de deslomarme a conciencia, se fueron sin comprar ni una de las alfombras que me habían hecho enseñarles (cargando con ellas, se entiende).

De este largo y cálido verano de cortinas y colchas me quedo con la admiración por mi mejor amiga (a la sazón mi jefa en estas semanas) y cómo se lo curra para que de ahí coman una docena de familias; de mi propia capacidad de adaptación al medio - sí, esa que sonreía y decía con acento pejino aquello de “¡qué lin! ¿vaya guapa que te ha quedado la colcha, eh???”, era yo -; mi empatía por todos aquellos curritos de sábado a los que les llueve el ansiado domingo; una especie de tic que me hace analizar todas las cortinas que veo; y la firme promesa de no ir con mi madre a comprar las cortinas de mi futuro hogar conyugal, si es que alguna vez lo tengo.

El final del verano, por fin, llegó.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

semos frikis

podría hacer de corrido un listado de entre 15 y 20 cosas catalogables como "de no creerse" que he visto este verano, pero entre todas me quedo con un tipo de 25-30 años apoyado en una valla en una playa de conil mientras se quitaba la arena de los pies, pechaca al aire, en cuyo brazo se había tatuado 11-VII-2010, y encima la estrella de campeones mundiales.

domingo, 22 de agosto de 2010

Esos pequeños placeres...

Esta semana he tenido un par de momentos de esos a los que antes no dabas importancia y ahora disfrutas tanto que hasta te parece que esa que está ahí gozándola, no eres tú. Son cosas tan pequeñas, tan insignificantes, que para la mayoría pasan desapercibidas, hasta para ti lo hacían hasta hace poco, pero de repente, los redescubres y, sospecho, nunca volverán a ser ignoradas por su pequeño tamaño.

El primero fue el miércoles pasado. Llegué de trabajar y al abrir la puerta del salón, ahí estaban todos: mi madre, sentada planchando frente a la tele, mi padre tirao en el sofá como si se hubiera caído del techo, y mis dos hermanos, uno – el mayor – tirado al lado de mi padre en su misma postura (cada día se parecen más), y el otro – el pequeño, que en realidad es mayor que yo, pero es el pequeño de los dos chicos – sentado en el otro sofá, contando a todos cómo le había ido el día. Cuando vi la escena sólo dije “¡qué!”, solté el bolso y fui corriendo (sin que se notara para que el momento no se rompiera), a sentarme en al lado del que estaba hablando. No creo que ellos fueran conscientes, pero hacía años que no estábamos así: los cinco solos. No había mujeres, ni hijos, ni amigos, ni novios, ni perros, ni vecinos... sólo estábamos nosotros, con vidas tan diferentes a las de entonces, pero en la misma postura, todos alrededor de mi madre mientras ella hace algo (cocinar, planchar...) y el resto – que no ayudamos demasiado, pero damos mucha conversación – escuchando cómo el pequeño cuenta sus peripecias del día y opinando.

El segundo ha sido hoy. Se han ido todos. El verano se ha casi acabado y la casa se ha quedado vacía. Cuando mi hermano el mayor y su family se van (viven en un pueblo de Madrid), el pequeño y la suya, que viven aquí, también vuelven a su casa en lugar de estar todo el día en la de mis padres, o sea, en ésta. Así que después de casi un mes de ruidos continuos, hoy a eso de las cuatro y media, mi padre se ha ido a la cama a echar la siesta, mi madre se ha pirao al bar a echar la partida con las amigas y yo – ¡¡¡al fin!!! – me he quedado sola con la tele, el sofá y el silencio todos para mi.

Que, además, en un canal digital programaran “Orgullo y Prejuicio” sólo ha podido ser una señal de que todo va a ir bien.

miércoles, 28 de julio de 2010

Mi vida sin mi

La peli así titulada me pareció muy buena, y también muy triste. No digo yo que la mía actual, mi vida quiero decir, sea así de triste, pero siempre he sufrido de titulitis aguda y, últimamente, esas cuatro palabras “mi vida sin mi”, me vienen un día sí y otro también en la cabeza.

Os cuento. Al final tanto amagar, cambié de vida y estoy vendiendo cortinas. El cambio es momentáneo (¡¡espero!!) y sólo van a ser dos meses, pero cuando estoy intentando colocar alguna tela y la señora de turno (nos visitan pocos caballeros) me mira a los ojos y me dice “tú como profesional, ¿qué opinas?” pues me da por pensarlo.

¿Qué qué opino? Pues mire señora, opino que es usted más agarrada que un chotis, que 20 euros el metro confeccionado y colocado no es nada y que, además, tiene mal gusto, un mal gusto supino diría yo. ¿Qué cómo quedarían unas cortinas hechas con un cuadrado de tela pegado con velcro al cristal de la ventana para un salón? Pues mal señora, mal, quedarían mal. Pero como “profesional” sonrío, intento volver a poner los ojitos del derecho y le digo: “hombre, nosotros no recomendamos las telas pegadas con velcro, como mucho lo hemos puesto en el fijo de alguna cocina, pero en un salón...” y ahí tiras de silencio valorativo.

Al final, cuando la señora se ha ido, hasta te ríes, total... desde que te has levantado tu día ha sido: desayunar corriendo (además de cambiar de vida se me ha ocurrido la brillante idea de ponerme a régimen estricto, con lo que el desayuno es sí o sí); cabrearte conduciendo (esto es un pueblo y van todos lentísimos); volverte a cabrear porque no encontrabas aparcamiento (esto es un pueblo sí, pero de playa y en verano); abrir la tienda y pasar las dos primeras horas agarrada a un palo, el de la escoba o el de la fregona (que coges o sueltas en función de las veces que suene el teléfono); y después (con los pies destrozados) sonreír y dar tu “opinión profesional”. Al llegar a casa no descansas mucho porque no tienes silencio pero mira, te han hecho la cena y tienes alguien a quien contárselo.

Por eso, cuando el “mi vida sin mi” me ahoga, intento pensar en mi otra vida, la de ciudad, esa en la que sólo trabajaba, iba a la compra y cocinaba, y me hago a la idea de que esto no es tan distinto: vivir para currar. La diferencia, aparte de que me cocinen, es que luego llega un día como hoy, un miércoles tonto en el que las autoridades cántabras han decidido poner una fiesta regional que hace que tú libres y, para eso estás en el pueblo, puedes ir a la playa a disfrutar del descanso y la soledad que tanto te gustan. Peeero... resulta que en el pueblo también tienes dos sobrinas preadolescentes a las que habías prometido que, en cuanto tuvieras un rato, las hacías caso y, al final te ves en la playa con ellas dos y la amiga, de pastora.

Menos mal, que en el fondo sigues siendo tú y cuando, tras ponerte en plan madrecita y pronunciar la frase: “pues no, no os dejo que vayáis a dar una vuelta por donde la Cruz Roja”, una de ellas – la mayor – te pregunta por qué, te oyes a ti misma diciendo: “porque no me da la gana, porque tienes 11 años y una cosa es intentar ligarse a los chavales del barrio y otra intentarlo con los socorristas de 24... esos, son para mí”.

domingo, 11 de julio de 2010

Hoy

Queda poco más de una hora para el partido y estoy de los nervios. Llevo días rumiando un post en el que me metía con los demagogos que, en lugar de decir simplemente “no me gusta el fútbol, ¿qué pasa?”, cuando les ponen una cámara de televisión delante empiezan a sermonear sobre si hay cosas más importantes como las guerras o el hambre en el mundo, o, claro está, la crisis.

Que sí hombre que sí, que eso lo sabemos todos, pero estar contento un ratito no le hace mal a nadie y si tú no disfrutas con eso, pues ya está, que no es obligatorio ni ver el partido ni alegrarse, pero tampoco lo contrario, porque a ellos no les guste el fútbol, los demás tampoco somos unos borregos. Y para muestra un botón, pequeño extracto de la columna de Javier Marías de hoy en El País a propósito de este tema:

“Quienes desdeñan el fútbol y lo ven como cosa de "hordas" no parecen haberse parado mucho a pensar en la alegría o tristeza desinteresadas que provoca en millones de personas a la vez. Que un equipo gane o pierda no nos va a cambiar a ninguno la vida: al que le vaya mal le seguirá yendo mal y el que sea feliz no verá mermada por una derrota su felicidad esencial. Nadie será más rico ni más pobre por eso, nadie saldrá del paro ni ingresará en él. Y sin embargo, en qué pocas ocasiones salta la gente de júbilo al mismo tiempo, o baja la cabeza con melancolía y dignidad. El efecto de la victoria o de la derrota no es duradero, digamos que se desvanece a las cuarenta y ocho horas. Más o menos como el efecto que nos produce la visión de una gran película, o la lectura de una deslumbrante novela, o escuchar una música sobrecogedora, o la contemplación de un cuadro turbador. Tampoco en el arte nos va ni nos viene, respecto a nuestra vida personal. Abrimos la cubierta de un libro, se apagan las luces de un teatro o de un cine, y sabemos que aquello no nos atañe de veras, que nos prestamos a una conversación. La emoción que experimentamos es también desinteresada, y la exultación o la desolación que sentimos a su término son sólo simbólicas, vicarias y artificiales, pero a veces más punzantes que las de la vida real. No podemos desdeñarlas.”

Nunca lo habría expresado mejor.

El 8 de la selección ha dicho que “España ya es campeona, sea cual sea el resultado de la final”. Estoy de acuerdo. No sé vosotros, pero yo no me voy a perder ese ratito de felicidad y siempre recordaré este mundial en el que llegamos a la final y yo me enamoré de Xavi.

miércoles, 30 de junio de 2010

La envidia es muy mala

Yo la descubrí en octubre de 2009, por la portada de la foto. Como en mi casa de Madrid no podía ver La Sexta, su cara no me sonaba de nada y flipé al enterarme de que la modelo exótica de la foto no era tal, sino una periodista deportiva. Después vino lo de que salía con Iker, etc, etc, y tampoco me pareció raro: si yo fuera Iker, también lo hubiera intentado. En resumen, que hasta hace una semana esta chica ni me iba ni me venía, pero dado que todo el mundo parece odiarla, yo he decidido ponerme de su parte.

Supongo que cuando se fue para Sudáfrica pensaría que iba a ser duro: mucho curro, mucho frío, todo el mundo pendiente de si le guiñas el ojo a tu novio y tú mirándole pero sin tocar (o al menos, no mucho). Pero supongo también que, ni de lejos, imaginaba que en lugar de ser el centro del cotilleo rosa iba a ser el centro de la polémica pseudo-deportiva.

No sé si para todos, pero para muchos periodistas salir en la portada de The Times es un sueño de esos difíciles de alcanzar. Pero hete aquí que si te llamas Sara Carbonero, la vida te sonríe y te toca cubrir el mundial de fútbol, lo consigues. Lástima que, si a las anteriores premisas les sumamos que tu novio se llame Iker y sea el capitán de la selección española, entonces, en lugar de firmar la noticia de portada, la protagonices. Imagino que entonces, como periodista que eres, sueñas también con que los tuyos te defiendan, pero tampoco ahí ha tenido suerte. En lugar de echarla un cable, el presidente de la Asociación de la Prensa, se ha dedicado a decir estupideces y a hablar de mala praxis cuando él ni siquiera había contrastado su información.

La verdad es que la tía no lo hace mal. No es la mejor, pero se defiende igual de bien o mejor que cualquier con su edad y su experiencia, y no digamos ya, con la presión que tiene que soportar. Vale que ser subdirectora de deportes con 25 años es raro, pero eso que se lo digan a quién decidió darle el cargo para justificar el pastón que le iban a pagar, y que levante la mano el que no lo hubiera cogido.

A lo mejor es porque a mi una vez un presidente de una Asociación de la Prensa también me hizo sentir como una mierda, o a lo mejor es porque a mi una vez también me retiraron la confianza en el curro por salir con alguien de dentro, pero creo que esta chica no se merece lo que le está pasando. Si fuera un tío no habría tema. Si fuera fea tampoco. Pero resulta que la tía es guapa, lista, y se ha ligao al capitán, y los amargados que en el mundo son han decidido cargar contra ella. Pura envidia.

jueves, 17 de junio de 2010

Me da la risa

Una de las cosas buenas de estar ociosa es que tengo tiempo para desayunar tranquilamente y una de las de vivir con mis padres es que, cuando yo me levanto, ellos ya han traído el periódico, con lo cual me puedo dar el lujo de desayunar leyéndolo, aunque el periódico en cuestión sea El Diario Montañés.

El caso es que hace un par de días al ver la portada me quedé loca. El titular iba a cinco columnas, y eso, cuando has estudiado periodismo, marca. Cinco columnas es todo el ancho de página, las cinco columnas se reservan sólo para las cosas importantes: un atentado, el 11-S, el 11-M, o que hemos ganado la Eurocopa. Algo gordo. Así que, cuando lo leí, me quedé más loca todavía. La noticia de alcance rezaba así:

“Los sindicatos dejan la huelga general para después del verano”

Y a mi, ¿verdad?, me dio la risa.
España se hunde, pero nosotros nos vamos de vacaciones.

Vaya por delante que los sindicalistas de verdad merecen todo mi respeto. Esos que se preocupan por sus compañeros y a los que, una vez que se han metido en el berenjenal, les toca ser el padre confesor que escucha los problemas de todos pero al que nadie le agradece nada, ese que, por descontado, se olvida para siempre de su carrera profesional porque no la va a tener, por sindicalista (¡¡ése insulto!!), o lo que es lo mismo, por tocapelotas y por rojo.

Lamentablemente, de esos – que haberlos, haylos – no tenemos para regalar. Lo habitual (al menos en mi entorno) es que utilicen sus horas de “liberados” para marchase a su casa a hacer sus cosas, o a buscar los niños al colegio o, si es verano y no llueve, a tomar el sol a la playa. Que ponga la oreja otro, que a mi hoy no me apetece. Así que cuando los otros dicen que la huelga ya si tal, la dejamos para finales de septiembre, pues ni nos extraña.

Hace diez años, cuando llevaba unos meses trabajando en mi ex empresa, ocurrió algo similar. Currábamos muchas horas y nos pagaban una mierda y se planteó una huelga de brazos caídos. Y allí estábamos mi disposición y yo, levantadas en protesta. ¿Huelga aquí y ahora?, ¡¡por supuesto!!, mostrémosles que esto es una injusticia. Pero entonces alguien dijo que claro, que eran las 12.30 h, y que mejor íbamos a comer... luego la partida, unos pacharanes... y ya después, a eso de las 16 o las 16.30 h, pues nos poníamos en huelga hasta las 18.30 h, que se piraba el autobús. Y claro, en ese momento, además de flipar un poco... les expliqué a mis compañeros que yo a eso, a lo de vamos a la huelga, pero después del recreo, dejé de jugar en el instituto.

¿Qué el gobierno se merece una huelga porque lo está haciendo fatal? Sí, claro que sí, pero la reforma laboral empieza mañana... ¿de verdad cree alguien que a finales de septiembre alguien se acordará? Para entonces estaremos todos como ahora... buscándonos la vida.

domingo, 30 de mayo de 2010

La cuarta fue a la vencida

Desde hace cuatro años, la negra y yo tenemos la (in)sana costumbre de acudir a un rally que organiza una firma relojera. el primer año quedamos las últimas (hazaña que narré en este blog), no fue la única vez que quedamos en tan bochornoso lugar. pero en aquella primera intentona conocí al ndru que tantas satisfacciones me viene dando de entonces, asi que lo sudado por lo ganado.

se trata de abrir sobres e ir buscando pistas que te lleven hasta la meta, habitualmente un restaurante donde espera el equipo organizados. en las dos últimas ediciones, la cosa en lugar de ser el sábado por la mañana se ha alargado desde el viernes por la tarde. este año sólo sabiamos que habia que acudir ligeros de equipaje y dispuesto a dormir fuera de casa. tras las primeras pruebas nos vimos disfrazados en la sala vip de chamartín, y allí nos entregaron un billete de tren... nuestro tren partía dos horas después ¡¡¡a lisboa!!! (en cabina de litera, sin ducha y con baño a compartir con todo el pasillo) asi que tras una larga noche de traqueteos amanecimos, sin duchar, en santa apolonia. y allí empezó todo. en ese momento, ndru y su amigo iban en primera posición del ranking de 11, la negra y yo, en segunda posición.

para no aburrir diré que nuestra primera reacción de ir a buscar un taxi nos llevó a meternos en un mercedes de unos veinte años, 860.000 km y una conductora llamada lina. sesentaytantos, abuela ... una crack. se metió en el papel desde el principio, le hizo gracia nuestra competición, nos llevó a 90 por hora en paralelo hablando con otro taxista en zona de 30, subimos y bajamos el centro de lisboa a 90 (o eran 110?), nos esperaba en zonas imposibles, y cuando creiamos que el rally acababa a los pies de un elevador al otro lado del tajo, nos despedimos de ella. al llegar arriba, reventados del estrés, las carreras en taxi y a pie, treinta grados a la sombra y cargados con las mochilas... nos desesperamos... no era la última prueba. había que echar a correr al centro histórico de lisboa... y algunos ya corrían hacia el embarcadero... otro rally perdido. y en ese momento, allí apareció ella, superlina, había ido zigzagueando con su viejo mercedes por ver si podía llegar hasta arriba del elevador, por si la necesitábamos.

nos volvimos locos, nos metimos dentro los cuatro, aceleró, pitó, se metió entre tranvías, gritó, aplaudió como una loca al grito de "vivan las mujeres" y nos llevó al restaurante donde acababa el rally. yo iba al límite de la tensión, al borde la angina de pecho. entramos corriendo, sin pagar a la taxista, extasiados... y al entra al comedor ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ERAMOS LOS PRIMEROS!!!!!!!!!!!!!!! y llevábamos todas las pruebas que necesitábamos en nuestras mochilas. yo ahí empecé a saltar como no recordaba, se me escaparon algunas lagrimillas de la tensión, y a gritar (aunque sabía que la negra y yo ibamos en peor posición) y a los cinco minutos llegó la siguente pareja. dos horas después, cuando llegó la última pareja, comimos, bebimos y llegó la hora de la entrega de premios.

tercera posición: la negra y yo. (premio, una tumbona)
segunda posición: la rubia y el vante (una mañana de aston martin)
primera posición: por fin el ndru y su amigo se hacían con el pelucazo de turno. (segunda ronda de saltos y gritos por mi parte). me sentí la Pe de la alta relojería cuando me dedicó el premio, la verdad

a partir de ahí sólo quedaba abrir el último sobre que teníamos encima de la mesa: un billete de avión. en tres horas volábamos hacia madrid, sudados, cansados, afónicos... lo peor han sido las agujetas de hoy. lo mejor, todo lo demás.

viernes, 28 de mayo de 2010

Cantar del Mío Cid

Hace una semana MBlue nos escribió un mail al genio y a mi. El asunto era el siguiente: FYI. El famoso “for your information” que tanto gusta en mi antigua empresa, abría paso a un mensaje pelín críptico:

“La lectura correcta de esto es verte como El Cid Campeador, que ganó sobre su caballo incluso después de muerto :-)”

La solución, en el attached. Adjunto al mail iba un documento de power point con un flujo de trabajo que sugirió mi departamento poco antes de que nos echaran por incompetentes. Al parecer eso, que no valía, sigue siendo lo que marca la pauta, más de un año después. De ahí el símil con el Cid que se marcó MBlue y que tanta gracia me hizo al entenderlo.

Veía al genio, que en lugar de ir a lomos de Babieca, iba en una silla de oficina, y había cambiado la Tizona por un bonito power point de tonos verdes, blancos y negros. Detrás íbamos el resto, yo me imaginaba cual Jimena, siempre a su sombra, y luego venían los demás, leales caballeros, armados con teléfonos móviles y ordenadores portátiles, cargados de ideas y presentaciones. Todos cargados de argumentos, todos firmes, todos muertos. Y volví a la realidad.

La realidad es que la comparación es perfecta. Últimamente he visto más a las chicas, y ellas me siguen poniendo al día de lo que ocurre en la oficina. El cotilleo me mata, como sabéis, así que me encanta que me cuenten cosas. Pero cada vez más, cuando pasa la comida y ellas tienen que volver a currar mientras yo tengo toda la tarde libre, me doy cuenta de esa muerte lenta. Ya no conozco a toda la gente de las conversaciones, empiezo a olvidar apodos, algunos grandes desconocidos son ahora sus amigos y... bueno, la vida sigue.

Sé que es lo mejor, y reconozco que, aunque me de bastante igual lo que hagan con nuestro trabajo, en el fondo, saber que siguen utilizándolo me provoca esa especie de chulería del “teníamos razón” que tanto gusta y de tan poco sirve. Seguimos ganando batallas, cierto, pero la realidad es que, en aquellas tierras, estamos muertos. Tiesos como la mojama, aunque a lomos del caballo... ¿acabaremos convertidos en leyenda?

lunes, 24 de mayo de 2010

Pasa la vida...

... y no has notado que has vivido,
cuando pasa la vida y no has notado que has vivido,
cuando pasa la vida, pasa la vida...”


Cantaban los Pata Negra y fue lo único que le faltó a Api la semana pasada, cantármela por teléfono.

El caso es que yo estaba de estreno, nuevo móvil, uno de esos que te dejan ver el correo (y vuestros comentarios ;) en vivo y en directo. Lo encendía a las 10 de la mañana y a las 10.05 recibía mi primer mail. Era Api, y el mail decía así:

“y si te digo que el deschuido va a tener una niña?”

Supongo que incluso nuestros lectores más antiguos lo habrán olvidado ya, pero “el deschuido” es un ex de Api, uno que una vez la llevó de visita al Hotel Nostalgia. Aunque no sea verdad, para mi ese fue (y será) su primer novio y, esto lo sabe todo el mundo, el primero siempre marca. Así que puedo entender perfectamente que, en otra visita al hotelito, Api me soltara la siguente perla:

“maja, todos prosperan vitalmente y yo aquí metida”

Inmediatamente me puse en su lugar y, lo reconozco, me quedé tocada. Aún así, dispuesta a levantarle el ánimo le solté una soflama de treintañera-independiente-no-necesito-reproducirme-para-realizarme que, lo reconozco, me quedó pelín artificial. Por eso no me sorprendió lo más mínimo que, disfrutando a tope de las instalaciones del hotelito, Api me respondiera con un lacónico:

“ay Negra que se nos pasa la vida y seguimos igual”

Ahí más que tocada, me quedé casi hundida. No sólo por esa respuesta después de todo mi discurso optimista, que también, sino porque además, aunque para seguir la línea del blog yo lo haya cambiado, la verdad es que Api no me llamó Negra: utilizó mi verdadero nombre.

Creo que nunca os he contado porque yo soy LaNegra, pero lo soy por Api y, ahora que lo recuerdo, también por “el deschuído”. Ellos me pusieron el mote sin saber que lo adoptaría como propio hasta el punto de que, en las grandes ocasiones, llevo un collar con la N de Negra en lugar de con la inicial de mi nombre.

El caso es que ese detalle me hizo pensar en si Api tenía razón y como cantaban los Pata Negra se nos estaba pasando la vida igual que pasa la corriente y nosotras caminamos indiferentes, donde nos quiera llevar. Y, a punto ya de tocar fondo, me di cuenta de que no. Me di cuenta que yo no estoy donde estaba. Ya no trabajo ni soy la treintañera independiente con residencia en Madrid. Ahora vivo del estado y de mis padres que, aunque se lo cobren en servicios de taxi, piden poco, la verdad. Supongo que en mi caso es tan obvio, que puede parecer incluso demagógico decirlo, pero en el caso de Api tampoco es así.

Sus responsabilidades y problemas en el curro se han multiplicado como por encanto en el último año. Después de aquel ha tenido otros líos y admiradores secretos, alguno llegó a novio, otros no; una casa que es suya (aunque de cuando en cuando la siga compartiendo conmigo ;); viajes, rutas y aventuras cual titiritero (¡¡alehop!!) y nuevos amigos, como el gran Pier, que fue el que – siempre grande – hizo el trabajo sucio: se la llevó de copas y Api vio que, efectivamente, nosotras también hemos prosperado vitalmente, aunque sea a base de chintonics y Guinnes.

Api, desde aquí te lo digo, “Pasa la vida” era una de las canciones de la B.S.O. de “Bajarse al moro” y, entre tú y yo, creo que en todo este tiempo – aunque no nos hayamos reproducido – nos hemos atrevido a pasar el estrecho alguna que otra vez y, en ocasiones, incluso nos lo hemos fumado todo ;)

viernes, 7 de mayo de 2010

Convertida al Cristianismo


Confieso que cuando llegó no le creí el mesías prometido para salvarnos.
Confieso que yo también le negué tres y hasta más veces.
Confieso que pensé que el resto adoraba a un ídolo y no al verdadero salvador.

Ver para creer.

Anoche vi la luz.
Le vi ser ayudado por “El Santo”.
Le vi flotar sobre la hierba sin tocar el suelo.
Le vi obrar el milagro.

Y ahora, creo.
Creo que si no ganamos la liga, al menos, Él nos habrá hecho rozar la gloria.

LaNegra recorded.

jueves, 29 de abril de 2010

Actos de libertad

Los “debates sociales” siempre me producen una especie de sensación de incomo- didad. Supongo que es, básica- mente, porque me obligan a tomar partido y hacerlo no es mi mayor afición. Sin embargo, por una u otra razón, acabo metida de lleno en algunos de ellos. Estos días, en mi lucha constante por escapar de la trampa mortal que supone para mi ver/escuchar la emisora del toro, he acabado viendo diversos fragmentos de distintos informativos en los que hablaban del uso o no del hijab en los institutos. Y claro, he terminado entrando. ¿Libertad de la mujer o libertad religiosa?, ¿religión vs. laicismo?. Para ser sincera, no sé muy bien por dónde enfocarlo.

Muchos me diréis que no es una cuestión de religión, sino de libertad o derechos de la mujer. Si estuviéramos en Afganistán no dudaría en daros la razón, lo mismo que en cualquiera de estos países donde aún lapidan mujeres por adúlteras, ahí mi postura sería claramente en contra del velo porque estoy convencida de que ellas no pueden elegir. Pero, en este caso, en este “debate social” en concreto, estamos hablando de España, un país donde cualquier adolescente musulmana puede esquivar la vigilancia paterna para quitarse el velo en el instituto si así lo desea. ¿Que es injusto hacerlas elegir entre su familia y su libertad? Es posible, pero por ahí, antes o después pasamos todos: mujeres u hombres, españoles o de cualquier otra nacionalidad.

Yo, que durante un tiempo fui incluso catequista, me confirmé y, ese mismo día, tomé la decisión de no volver a pisar una iglesia a no ser que se celebrara algo (léase bodas, bautizos, entierros y comuniones) y aquí sigo, con mi madre soltando indirectas cada vez que tiene ocasión, las vecinas mirándome con cara de estar pensando “tan maja y tan atea, la pobre”, y Ángel-el-cantante (una especie de sacristán que canta en las misas de mi pueblo para ahorrarle el trago al cura) llamándome pecadora con la mirada cada vez que me lo cruzo en las escaleras del salón de belleza. Con ésto os quiero decir que, aunque ahora, a la tierna edad de 36, todo eso me la pele, hace veinte años, cuando tomé la decisión, fue duro. Tuve que enfrentarme al enfado de mi madre, al qué dirán de los vecinos, a la presión de sus madres sobre mis amigas (que seguían yendo a misa), a los comentarios que los amigotes le hacían a mi padre en el bar y el me repetía al llegar a casa, etc, etc, y... sobreviví. Lo pasas mal tú y se lo haces pasar mal a tu familia pero, a partir de cierta edad, aceptar las imposiciones religiosas es otro acto de libertad, nadie te obliga. Así que, si una adolescente musulmana residente en Pozuelo de Alarcón, Madrid, decide llevar el velo en clase, es porque quiere.

Hace un tiempo yo estaba totalmente en contra del uso del velo, en las escuelas y en el resto de sitios, pero hoy, siendo 100% consecuente con lo que pienso, creo que el pañuelo en cuestión debería ser considerado un símbolo religioso, y si a las niñas católicas les dejan llevar un crucifijo o una medallita de la Virgen del Carmen colgando del cuello, a las niñas musulmanas las deberían dejar llevar el dichoso hijab. Si por mi fuera, yo los prohibía todos, los unos y los otros. Siempre he pensado que la escuela no es el sitio indicado para aprender religión, que eso es algo que se aprende en casa. En mi opinión son los padres y no los maestros los que deben educar a los hijos en temas espirituales.

No sé... quizá mi postura se deba simplemente a que, en el instituto público al que fuí, yo también tuve una compañera con velo. Fue la primera en dirigirme la palabra el primer día de clase, se llamaba Araceli y era monja. Durante los cuatro años que coincidimos jamás le vi el pelo – literalmente -. Del primer al último día de clase acudió vestida con el hábito reglamentario y la toca. Nada fuera de lo normal, más bien al contrario, creo que sólo la miramos una vez: cuando, después de selectividad y ya de vacaciones, apareció a recoger las notas vestida con unos vaqueros. Lo había dejado. Otro acto de libertad, supongo.

viernes, 23 de abril de 2010

El poder de la Power Balance

Cuando este verano me presentaron a mi nuevo jefe me fijé en que llevaba una pulserita naranja. Al tiempo me enteré de que era la anterior versión de la Power Balance, una pulsera que incluye una especie de imán que al parecer te templa el pulso. Hace unas semanas vi que ya no la llevaba. Pensé que como se había puesto de moda había decidido bajarse del carro. Pero no. El lunes apareció con una nueva edición, a treinta euros pagaditos en el VIPS. Me explicó que el domingo habia tenido una "crisis de swing" y corrió a comprar una. Le comenté todas las dudas sobre su efectividad que me han llegado en las últimas semanas, pero fue tajante: "se nota y mucho. no sólo con el palo de golf, también siento la mejoría con el rifle".

fundido en negro y cambio de conversación. Por si acaso.

domingo, 18 de abril de 2010

Primos lejanos

3.25 h. de la madrugada y llego de una boda. Lamentablemente, los invitados eran mis Sres. Padres, y yo sólo he acudido allí en calidad de chófer. Y digo lo de lamentablemente porque, a pesar de ser en Santander, al llegar a la catedral, me he encontrado con que la boda estaba plagada de navarros de esos con pendientico y rastas que tanto me gustan a mi. Desde aquí os lo digo: definitivamente, el hecho diferencial se extiende al Reino de Navarra...

Sin embargo, cuando a la una de la mañana he llegado al Casino a recoger a mis progenitores y a saludar a una prima de mi padre a la que tenía ganas de ver desde hace tiempo, he descubierto que, además del material importado – gran calidad, sin duda – entre la familia había también algo que rascar...

En su impagable alegría etílica, la prima me ha presentado a todos los tíos de entre 20 y 40 de la familia, incluidos sus hijos. Antes de hacerlo me los había señalado de lejos “aquel es mi hijo el mayor, y el otro, el de al lado, el pequeño”. Como sospecharéis, yo rápidamente me había inclinado hacia el pequeño – de hecho lo había hecho ya en la escalera de la iglesia antes de saber que éramos familia – pero cuando, al cabo de un rato me ha cogido del brazo al grito de “ven, que te voy a presentar al solterón” y me ha plantado delante de semejante ejemplar,que aunque joven, ya no cumple los 25... he pasado un momento malo, malo, malo.

Porque claro, una cosa es estar en una boda vestida para matar y con varios vinos, champanes y gin-tonics encima, y otra aterrizar allí con americana sí, pero despeinada, con una camiseta de Fraggle Rock, los ojitos del revés después de haber visto una peli de acción en la fila 5 de un cine y, sobre todo, sobria.

La madre empeñada en repetirle que era la hija de su primo, y el chaval contestando que estupendo, pero que no me ubicaba y mientras yo, pues sonreía, a ver qué iba a hacer. Al final el chaval, grande, ante los oídos sordos – o más bien borrachos – de su madre, me ha mirao directamente a mi (ojos verdes tienes, ladrón...) y me ha dicho: “lo siento pero... ¿se supone que nos debemos conocer?, porque yo no me acuerdo...” Y ahí, en mi mejor oportunidad para desplegar todo mi encanto personal, abro la boca y digo: “no”.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¿Se os ocurre algo peor para ligar con el primito? A mi tampoco...

Así no es de extrañar que, cuando salía por la puerta del casino, el dj pinchara “So payaso”.

sábado, 20 de marzo de 2010

De veleros, novios y cambios de vida

Antes de empezar a escribir este post pido disculpas a posibles nuevos lectores, porque quizá no entiendan algunas cosas, y a los viejos por lo repetitiva que me pongo pero... os juro que no busco los post, ellos me encuentran a mi.

Hace un par de años escribí uno que se titulaba “Cambiar de vida” que surgió después de oír en la radio cómo una chica llamaba para preguntar qué tiempo iba a hacer el fin de semana en Levante porque – mira tú – justo ese sábado lo dejaba todo para irse con su novio en un velero a recorrer, de momento, el Mediterráneo y luego... quién sabe. Por aquellos días otro novio, mi ex novio concretamente, se embarcaba en otro velero para cruzar el Atlántico y después recorrerse, durante dos años y mochila al hombro, Brasil de cabo a rabo. Era 31 de marzo de 2008.

“Hace un año más o menos...” era el título del segundo post, el que surgió otro viernes por la tarde mientras conducía de Madrid a mi pueblo y la chica del cambio de vida volvió a aparecer en mi radio. Esa vez contaba que en realidad pasaba más tiempo en los puertos que navegando, pero que seguía en el barco y sobre todo, seguía feliz con su novio. A esas alturas el otro novio de esta historia, mi ex, ya no recorría Brasil. Los dos años habían encogido hasta convertirse en dos meses y las brasileñas en plural se habían transformado en andaluza en singular. Era 10 de marzo de 2009.

Si os acordáis de los post o los leéis ahora, os daréis cuenta de un detalle. De un año a otro todo el mundo había evolucionado menos yo. La chica del barco navegaba o atracaba, pero seguía con su historia. Mi ex había vuelto a pecar de bocazas, pero seguía con su vida y su nueva novia, y yo... yo me había vuelto a poner a régimen. Entre un año y otro la única que no había evolucionado había sido yo.

Pero, dieciséis días después de escribirlo, el 26 del mismo mes, me largaron del curro y, aunque entonces no lo sabía, yo también cambié de vida.

Como le explicaba un día a Api, yo no lo elegí, pero es lo que hay. Por mucho que cuando dentro de seis días se acabe mi año cuasi-sabático (lástima...) suene la flauta, encuentre un curro y vuelva a hacer lo que hacía antes (que fácil no está, pero yo mando currículums por si acaso), mi vida ya habrá cambiado. Cuanto más pienso en el despido, sus reconocidas improcedentes razones y la persecución posterior, más claro tengo que mi próximo lugar de trabajo pagará los pecados del anterior. Seré como esos tíos a los que dejó marcados la ex y lo pagan con la siguiente: le dedicaré todo mi tiempo y esfuerzo, pero nunca me lo acabaré de creer cuando me digan que me quieren. Supongo que las injusticias alumbran desconfianzas y, sabio refranero español, acabarán pagando justos por pecadores.

El caso es que, a pesar de la desilusión laboral que me invade y aún a riesgo de que con la prestación a punto de acabarse y aún sin curro en marzo de 2011 me tenga que comer estas palabras, he de agradecer a mi antigua empresa haber encontrado respuesta para las preguntas que me planteaba hace dos años y que no supe contestar hace uno:

- ¿sería yo capaz de dejarlo todo para seguir a un tío por el mundo?
Sí. Por supuesto necesitaría que él me dijera ven, pero ahora sé que lo dejaría todo.
- ¿sería yo capaz de echarme un año al mundo en plan Labordeta?
Sin duda. De hecho sólo me lamento de no tener más pasta para seguir haciéndolo.
- ¿sería yo capaz de irme a mi pueblo a vender cortinas?
A vender cortinas quizá, pero a no hacer nada un rotundo no. He descubierto que yo, confesa adicta a la pereza, no la disfruto cuando no es elegida sino impuesta y, además... ¡con la puñetera crisis no se vende un visillo!

Así que, aquí estamos un año más: yo (perdonad el egocentrismo narrativo) en pleno cambio de rumbo pero sin tener ni idea de hacia dónde, mi ex de viaje por Nepal y La India pero con novia y billete de vuelta, of course, (Javier, va por ti ;-), y la chica del velero... me pregunto qué será de ella y su holandés errante. Hoy es 20 de marzo de 2010.

martes, 16 de marzo de 2010

las azafatas de iberia

hacía tanto que no viajaba que cuando el domingo me tocó salida de emergencia en el avión ni lo noté y puse mi mochila a mis pies. rápidamente vino la azafata a decirme que la siguiera y ala, hasta la parte delantera del avión para ponerla porque no había más sitio. vuelta a mi sitio. a curiosear una revista. y allá que vuelve la rubia y me empieza a explicar:
- está usted sentada en la salida de emergencia.
en caso necesario tiene que tirar, como muestra el dibujo, de la palanca superior.
después, hacer lo mismo con la parte inferior.
a continuación sacar la puerta y, por último, situarla en el suelo para facilitar el paso del resto del pasaje que bla, bla, bla. (todo esto contado con voz bastante impertinente).
cuando acabó el discursito, píer la miró todo serio y preguntó: ¿y con el telva qué hace?

mirada asesina de la rubia y fundido en negro.
no hizo falta utilizar el protocolo.

hibernando


Hacía tanto que no viajaba que hasta me hizo ilusión tener que quitarme el cinturón, las botas y el reloj y cruzar con el papel en la boca el arco de seguridad de barajas. qué gusto. eso sí, los líquidos los llevaba repartidos por varias bolsas que no saqué de la maleta pero no pasó nada. la sensibilidad del radar estaba baja. pier hizo la prueba y preguntó. oiga, y si llevo cuchillos de cerámica (material que no pita) qué pasa? respuesta: que si le pillamos se los quitamos.

esa es la seguridad que tenemos en los aeropuertos. para no aburrir diré que aparezco en esa foto. me traje alguna botella de champán que fui incapaz de trasegar. premio para el que me encuentre

lunes, 15 de marzo de 2010

Desidia al borde del mar

Según el diccionario de la RAE:

desidia.
(Del lat. desidĭa).
1. f. Negligencia, inercia.

Digamos que, en los últimos tiempos, estoy siendo arrastrada por la segunda acepción. Lo hago todo por inercia: me levanto, desayuno, como, duermo, café, telenovelas, peli o series, según se tercie (algún día, pocos, internet, por eso os tengo abandonaítos), cena, más tele, libro, dormir. Y vuelta a empezar...

Como cantaba Objetivo Birmania... “oh, nena, dale al pay pay, que me voy a asfixiar”. Lamentablemente en mi caso no es por el calor sino por el aburrimiento.

Aunque, ahora que lo pienso, a lo mejor me estoy empezando a meter de lleno en la primera acepción y es todo por mi culpa, porque los primeros días andaba un poco por la playa y estaba mucho más animada, pero el frío me metió en casa y me dejé arrastrar.

Mañana madrugo, por obligación, pero madrugo... espero que con el susto espabile y vuelva a ser yo.


Pd. Por si alguien quiere ver el vídeo, el estilismo es impagable y yo tuve uno de esos sombreros...
http://www.youtube.com/watch?v=l-Ex44pWziw

miércoles, 24 de febrero de 2010

En directo desde la AP-1

Como soy así de pija, y a pesar de estar en plena época rata-adolescente. Dados mis aproximadamente 40 kgs de equipaje he decidido volver a casa en el bus-vip, o lo que es lo mismo, la clase supra de Alsa. Eso significa que, por el mismo precio que el tren, y unos quince euros más que el bus normal, en 4 horas y 15 minutos me plantan en Bilbao después de haberme dado un par de coca-colas, bocata, caramelos, frutos secos y, de postre, un bombón.

Creo que voy a reventar porque, lo reconozco, voy en plan novata comiéndomelo todo. Peeero, tener internet en el bus me alucina. Ya se que no es novedoso, pero a mi me alucina. Siempre he envidiado a LaurenMi, que utiliza este servicio habitualmente para teletrabajar mientras vuelve el lunes o el martes de sus super fines de semana. Así que... no me he podido resistir.

Sólo os quería saludar.
LaNegra, live from the AP-1

lunes, 22 de febrero de 2010

Cerrando los bares

Anoche salí... he llegado esta mañana. A las siete, después de cerrar cuatro de los cinco bares a los que entré. El único que no cerramos fue el primero, porque eran las diez de la noche y no era plan, pero a partir de ahí... uno detrás de otro: el restaurante, el de copas, el karaoke y el garito-disco-bar-cierro-a-las-mil.

Adoro Madrid. Después de perder la cuenta de los cubatas de ron que me bebí, a las seis y media de la mañana estaba en la esquina de Orense con Raimundo Fernández de Villaverde diciendo que “no gracias, no me apetece desayunar ahora”. Media hora más tarde, unos amables chiquitos que conocimos en el ultimo garitazo me depositaban (sana, salva y sin costes adicionales de transporte) en casa de Api, que me tiene acogida para que yo queme el foro antes de volver al pueblo a meditar.

Sé que casi todo el mundo piensa que debería empezar a pensar en el futuro. A intentar abrir puertas de empresas en lugar de cerrar las de los bares, pero... como dijo Scarlett O’Hara: “Mañana pensaré en ello. Si lo pienso ahora, me volveré loca”.

A mi año sabático aún le queda un mes...

domingo, 14 de febrero de 2010

Augurios

...presagios, señales del destino... ¿cómo le llamaríais vosotros a un montón de casualidades juntas en un mismo día? Yo, no sé si porque aún me dura la resaca del viernes, o porque estoy muy sensible últimamente – e irracionalmente optimista, “like you know” – el caso es que hoy me he despertado y han empezado a pasar cosas. Cosas que se han ido encadenando unas con otras hasta hacerme recordar que hoy hace tres años (¡¡tres!!) que Api y yo escribimos este blog.

Sé que últimamente no he estado muy inspirada, y que algunos echáis de menos post como “La mujer de rojo” o “El día que cambió el mundo”, pero qué le vamos a hacer... Irlanda no me afila el colmillo, sólo saca a veces lo mejor y otras lo peor de mi. Hoy sospecho que sólo va a salir lo más sentimental, y eso que después de Navidad he vuelto sin corazón. Me lo dejé por ahí, de hecho no sé exactamente dónde está hoy... creo que a estas horas está durmiendo. Pero aún así... estoy sentimental.

Nooo, no os asustéis, nada que ver con San Valentín, tiene más bien algo que ver con el inicio del Año del Tigre según el calendario-horóscopo chino, que se rige por la luna y eso, tiene que ser otro augurio. Desde hace algunos meses, además de LaNegra, soy también “The Tiger of Cantabria” y hoy me he levantado pensando que tiene que ser un buen augurio que justo ahora que de perra aspirante a loba he pasado a cougar y luego a tiger... empiece “mi año”. Mola.

Pero resulta que, el artífice de mi cambio de categoría felina – apodado también “The Tiger”, pero en su versión masculina y con distinta denominación de origen – ha hecho hoy el anuncio oficial de que tiene un blog y, contándole yo que aquí está éste desde hace casi tres años para si él lo quiere leer, me he dado cuenta de que no es desde hace casi tres años, es exactamente desde hace tres años... otro augurio my friends...

Cuentan que una de las expresiones que definen la personalidad del tigre dentro del horóscopo chino dice algo así como “ cuando el viento suena, el tigre ruge”, y que cuando se aplica a los hombres se traduce como “los grandes hombres se levantan cuando surgen retos”.

Sentimental y sin tener ni idea de qué voy a hacer con mi vida, pero... irracionalmente optimista...
Acabo de oir el sonido del viento...
¡¡Feliz año del Tigre!!


Pd. Gracias a tod@s por seguir ahí, un año más.

jueves, 11 de febrero de 2010

De exámenes

Lo sé, lo sé, lo sé... yo debería estar estudiando. Mañana es el examen final y he empezado hace apenas 20 minutos, pero... ¿cómo puede una concentrarse ante temario con semejante contenido?

STRESS MANAGEMENT
S - Sort out
T - Time management
R - Res, Relax, Rehearse
E - Enjoy
S - Smile
S - Sleep well

Claro, cuando vi este power point la primera vez, llevaba aquí tres días y no me enteraba de casi nada, con lo cual bastante hacía intentando escuchar como para además intentar comprender, pero ahora...

Ahora sigo sin saber lo que saber que es “rehearse”, que suena a recrearse pero es ensayar, el sort out (ordenar, por lo visto), también lo he tenido que mirar en el wordreference, pero... a lo que voy, que para esto he dejao de leer y me he puesto a escribir, es que mirado con la distancia del último día (qué lejos está el primero...) la diapositiva en cuestión, ¿no os parece de coña?

Miedito me da el examen de mañana.... no sé si me estresaré o me dará por R-E-S, que viene a ser el relájate y disfruta... y la acabaré cagando. Ya os contaré...
Ale, me vuelvo a los power points... ¡¡a por el excellent!!

pd. editado el sábado 13 por la noche... se me olvidó hasta ponerle el título... pues sí que estaba zumbada, sí

domingo, 7 de febrero de 2010

Ir o no ir


Por circunstancias laborales me han ofrecido irme cinco días a un hotel en república dominicana con acompañante. a un resort de esos en los que no dejan entrar niños, y con una agenda de ocio que incluye ruta en helicóptero para ver lo bonito que es todo. pero cuando iba ya a ponerme a aplaudir con las orejas, nos entraron las dudas éticas de si ir teniendo en cuenta que justo al ladito está haití como está.
y tengo al ndru todo dudoso. píer dice que yendo no hago mal a nadie, y eso pues tmbién es verdad. no sé.

lunes, 1 de febrero de 2010

Pobres locos


La semana pasada fui al médico de cabecera para que me enviara al dermatólogo a que me revisen unas pecas y una hora más tarde tenía abierto un expediente en salud mental. tal cual. esto para alguien que, como confirma mi historial, ha ido tres veces al médico en los últimos cinco años es un trago. se mire como se mire. el caso es que cuando ya tenía el volante para el dermatólogo en mi poder, me dio por preguntarle a la señora doctora, parca como la madrequelaparió dicho sea de paso, que si sabía de algún libro que me ayudara a quitarme esa fobia que tengo con las agujas y que me impide por ejemplo ir a visitar al hospital a alguien que tenga el suero clavado, no hablemos ya de hacerme análisis de sangre. yo pensaba que eso es como cuando alguien te pide la recomendación de un libro, que tú vas y le dices cuál te ha gustado últimamente o del que has leído una buena crítica. sin inmutarse, ni mirarme, que la seguridad social no es para que le cojas cariño a nadie, me dijo: "te mando a salud mental, a ver si te pueden ayudar" y me extendió otro papelito. asi que aprovechando que todavía era temprano, y el tráfico en la m-30 seguia siendo un infierno, me crucé el barrio hasta el centro de especialidades. hice cola donde vi que ponía "cita previa" y cuando me tocó turno me dijeron que no, que salud mental en el primer piso. total, que allí que me fui yo con mi diagnóstico de "fobia a los objetos punzantes" (que no es cierto, que a mi los cuchillos no me han dado miedo nunca, ni las afiladas piedras de sílex, a mi lo que me acojona son las jeringuillas) y me subí para la primera planta, donde me recibió un gran cartel de SALUD MENTAL. la cola estaba junto a la escalera, y hay que decir que los que bajaban de las 'otras especialidades' nos miraban raro a los pobres locos. total, que yo entregué mi papelito y como no tenía expediente me abrieron uno: el diecinuevemil y pico, casi un 20.000. y eso sólo en mi barrio. acabo de mirar en la wikipedia la población de ésta mi barriada y no llegamos a los 105.000. no está mal la proporción.

sábado, 30 de enero de 2010

Dublin doors

No sé que me pasa esta noche, pero no puedo dormir. Igual es que me he acostum- brado a dormir con el iPod y hoy lo tengo sin batería. Es raro, porque al dormir con música, no conozco los ruidos de esta casa por la noche. Por eso he tardado un rato en levantarme para identificar un sonido repetitivo que parecía llegar de la calle. Es mi vecino de enfrente. Está aporreando la puerta para que le dejen entrar, pero nadie le abre. Son las cuatro de la mañana hora de Irlanda, las cinco en España.

Hace un rato, a eso de las diez y media, estaba en la cocina haciendo la cena cuando escuché otro ruido. Me pareció la puerta de mi casa, pero al asomarme sólo vi una mochila tirada en el suelo de la entrada. Estaba al lado de la bici del Guitarrista, uno de mis compis de piso, así que he pensado que, como se iba de fiesta, se llevaba la botella dentro. Pero no. Era de Jota, otro de mis compis. La había metido en casa para liberarse y salir a ayudar a un vecino (otro). Al parecer al vejete se le había ido la mano con el pimple y no atinaba a llegar a casa. Vive en el 24, nosotros en el 13.

El mes pasado, mis amigas vinieron a visitarme por mi cumple. Hicimos un tour guiado por la ciudad. Nos contaron que las puertas de las casas de Dublín eran de colores fuertes y diferentes porque fue la solución que se les ocurrió para distinguir su casa cuando volvían borrachos. Hasta esta noche pensé que era una leyenda urbana.

martes, 26 de enero de 2010

Cougars and Co.

Hace un mes o así leí por ahí que a las tipas de cierta edad a las que les gustan los hombres más jóvenes las llaman “cougars”. Cougar significa puma, y supongo que la utilización de semejante animal tendrá que ver con el instinto cazador, la agilidad para alcanzar la presa o vete tú a saber qué otra “habilidad”. Los ejemplos que ponían eran Madonna y Demi Moore. Supongo que la una por escandalosa, la otra por haber pillado así de bien (me encanta Ashton Kutcher...),y las dos por estar así de buenas y hacer lo que les viene en gana sin importarles si “tienen edad” para hacerlo.

En cualquier caso, ambas son objetivo de ciertos comentarios despectivos que, en mi opinión, no denotan más que una casi nunca sana envidia. Diane Keaton, por ejemplo, salía – no sé si lo seguirá haciendo – con Keanu Reeves (otro de esos tíos a los que yo les perdonaba hasta haber hecho una peli como “Constantine”), y sin embargo, casi nadie se acuerda de ella cuando hablan de las cougars. Eso por no hablar de Susan Sarandon y Tim Robbins, o cuando Cameron Díaz salía con Justin Timberlake.

Lo peor es que cuando escribes cougar en google y le das a buscar, el primer resultado que aparece – de la wikipedia – lo hace bajo el siguiente epígrafe:

Age disparity in sexual relationships
cougar - a woman over 40 who sexually pursues younger men
http://en.wikipedia.org/wiki/Age_disparity_in_sexual_relationships

El segundo, ¡aleluya!, hace alusión al animal, y el tercero, ataca de nuevo:

Urban Dictionary: cougar
cougar - 90 definitions - An older woman who frequents clubs in order to score with a much younger man.
http://www.urbandictionary.com/define.php?term=cougar

Os iba a decir eso de “asustada me he quedao cuando lo he visto”, pero en realidad no debería extrañarme.

Si eres una tía y te gustan más jóvenes tienes que acostumbrarte a hacerte la tonta cuando todo el mundo da por hecho que ni de coña te vas a ligar al jovencito; a que si lo consigues, una vez superado el asombro inicial, te llamen asalta-cunas o come-yogures; y, por supuesto, a morderte la lengua cuando – si te sale mal la historia – tus amigas te recuerdan que quien con niños se acuesta meao se levanta.

Si eres un tío que roza los 60 y te dedicas, las dos horas y media de vuelo Madrid-Dublín, a entrarle a saco a una azafata que no pasa de los 27 no pasa nada. Nadie mira ni de reojo y cuando, al bajarte del avión la coges de la cintura y le dices eso de “give me a text”, la única que se queda loca es la cougar del avión, o sea, yo.

miércoles, 20 de enero de 2010

El amor está en el aire

No sé qué tiene este 2010, pero sea lo que sea me gusta. Empecé el año enamo- rándome – del sur de Italia, no os asustéis -, el 30 de diciembre llegué pero la oscuridad no me dejó apreciar su belleza, para el 31 sospechaba que era amor, el día 1 ya no tenía remedio: amor del bueno y para siempre. Tengo que volver.

Después, totalmente imbuida por una mezcla de ese enamoramiento paisajístico y eso otro que tan bien ha definido Api como estado de “irracional optimismo”, me vine arriba y me declaré. Esta vez a un tío – ahora, si queréis, os podéis asustar -. Sí, me he vuelto loca, lo reconozco, pero... no sufráis por mi salud mental... como en las relaciones siempre tiene que haber alguien más cuerdo, el destinatario de semejante ida de olla me dio calabazas antes de que me diera tiempo a decirle aquello de “si tú me dices ven...”. Así que de momento, no lo dejo todo. Eso sí, no os puedo prometer nada. Porque, como os digo, este 2010, viene... enamoradizo y, si no me creéis, a las pruebas me remito...

Primer signo: este viernes, si el tiempo y Ryanair no lo impiden, llegaré puntualmente a Madrid con los tacones en la maleta para asistir a uno de los acontecimientos más esperados por ésta que suscribe desde hace años: la boda de MBlue. Se nos casa. Ella que llegó a pensar que el amor ya no la alcanzaría, pero... ya se lo dije yo: tú espera, que todo llega. Y hete aquí que el sábado me la como. Sólo voy a añadir dos cosas: “prisa mata amigos” y “¡¡¡¡vivan los novios!!!!” ;-)

Segundo: Api ha ido hoy a tomar una cerveza con un amigo que le iba a contar algo importante. ¿Lo adivináis? Otro que se casa. No sería reseñable si no fuera porque es el mismo chico del que hace poco más de un año Api me contaba que esa novia suya tan maja nos había salido rana y se había pirado dejándole con el corazón temblando y el equipaje en la calle. Afortunadamente, siempre hay gente dispuesta a abrigarte y llevarte la maleta.

Tercero: el Gambas, ese ser... ¡también cree en el amor! Y si el Gambas cree en el amor, yo no voy a ser menos. No sé si alguno lo estará pensando pero por si acaso, os lo aclaro: no, no fue a él a quien me declaré, ni él tampoco se me ha declarado a mi. Simplemente el otro día abrí la ventana del messenger y él hizo chás y apareció a mi lado. Tenía ganas de hablar... de amor, o más concretamente de desamor, y me había elegido a mi para hacerlo.. fue tan surrealista que, mientras el tío no dejaba de darme las gracias por “aguantarme la chapa”, yo no dejaba de no dar crédito. Al final hasta le dije que no me diera las gracias que, estaba tan desconocido para mi que, en el fondo, hasta estaba disfrutando de su desgracia. Me llamó zorra, pero con un guiño... Lo que es digo... al final, hasta el Gambas cree en el amor y eso... eso sí que es un signo inequívoco de que existe, aunque se esconda.

Cuarto: hoy he escuchado en la radio – española, claro, no irlandesa – que se cumplen 35 años de “Amor, Amor” esa gran canción de Lolita... que también se casa este año...

Podría poneros más ejemplos, pero para llevar sólo 20 días de año no está mal, ¿no?

Como me decía Api hoy en un mail:
“¿ves cómo si que queda alegría e ilusión en este mundo?”
Y como la contestaba yo a ella:
“que sí tía, que yo estoy convencida.. actitud 2010... yo es que... me voy a dar al amor... a ver si el amor se da a mi... que le den al resto, que eso es lo que nos da la vida”.


Pd. Y además, el 2010 es el año del Tigre... y los tigres y yo, últimamente, tenemos mucho amor que compartir... pero eso, os lo cuento otro día.

viernes, 15 de enero de 2010

hay que saber parar


parece que están de moda las operaciones masivas de cirugía estética. mucho se ha hablado de la de belén esteban, pero qué me decis de ésta? y aqui no está ni tan mal. hay algunas peores.

igual que para saber beber hay que saber mear, aquí vendría al pelo que para operarse hay que saber parar.

miércoles, 13 de enero de 2010

ya vienen los reyes

frikis somos todos. y el que no, que lo demuestre. y una de mis debilidades es la cabalgata de reyes. no la de vitoria, ni la de mi barrio, ni la de los vecinos de hortaleza que desde hace unos años tienen su propia cabalgata hartos de que la 'oficial' la patrocinara el carrefour. a mi me gusta la cabalgata del centro de madrid. desde que era pequeña. cuando tenían a gloria fuertes de comentarista.

desde que vivo aqui no he ido nunca a verla, por no ir sola, porque a eso no se apunta ni dios. asi que siempre que puedo la veo por la tele. como este año, que hasta desenmascaré al rey melchor antes de que le hicieran un primerísimo primer plano. que hay que echarle narices para poner a ese de rey melchor y leer el discurso de sus majestades de oriente.

el caso es que yo siempre he querido ir en una de esas carrozas repartiendo caramelos. pero claro, sin trabajar yo en el ayuntamiento de esta nuestra ciudad, cómo intentarlo? pero hoy, en una comida de trabajo, se me ha presentado la oportunidad y lo he pedido. el personal, hay que reconocerlo, no daba crédito. pero me han asegurado que me lo mueven. que si tengo predilección por la carroza de algún rey. y que no.

veremos a ver. el que más se va a alegrar va a ser el relojero que me había prometido acompañarme el año que viene con una escalera, y así se librará

por si acaso, estad atentos a los televisores.
que nunca se sabe, y yo he empezado 2010 con una actitud irracionalmente positiva. por si acaso.

Me la juego

Desde que hace dos años mi empresa decidió mandarnos a una barriada a trabajar, yo, temerosa de la m-30, sólo iba a currar en coche los dias que no había cole y cosas así para evitar encabronarme antes de que amaneciera. que luego la jornada es muy larga, y ocasiones para avinagrarse sobran.

pero desde que en verano me correspondió plaza de garaje me iba casi todos los días en coche. se viene a tardar entre 10 y 12 minutos en situaciones normales, pero a la hora que voy yo tardaba entre 50 minutos y hora y diez en hacer 450 metros desde mi casa hasta el carril central de la m-30. porque yo respetaba el carril. me ponía en el que entra a la m-30 y me armaba de paciencia. arranca y para. arranca y para. he llegado a contabilizar hasta cuatro minutos parada, sin avanzar ni medio metro. y de paso me cagaba en los listos que se colaban en mi carril a última hora.

pero ayer decidí cambiar. fui por el carril paralelo y cuando vi que un coche arrancaba lento después del parón número 3.500... puse el intermitente (japuta, sí, pero lo aviso) y me colé en el carril que se incorpora a la m-30. ni un pitido. llegué en 20 minutos a trabajar, un día de lluvia y gran atasco. increíble.

hoy he vuelto a intentarlo. he salido de casa más tarde que nunca. me he agazapado en el carril paralelo y he ido observando. imposible colarse, los coches iban pegaditos uno a otro en clara posición anti-apis colones. y entonces lo he visto claro. unos menos por delante de mi leoncio un coche ha metido el morro... y se ha colado. y ahí he puesto a funcionar el mecanismo colones solidarios. El que se cuela suele ser benévolo con el que intenta colarse después. y así ha sido. después de mi, varios se han lanzado a mi carril y yo he decido gustosa. incluso dos me han saludado y dado las gracias.

he vuelto a llegar pronto al trabajo.

lunes, 11 de enero de 2010

Mrs. Robinson

Me ha costado 36 años, pero me he dado cuenta de que es mejor no auto- imponerse normas porque al final te las acabas saltando y quedas fatal no sólo delante de los demás sino delante de ti misma, que es peor.

Os lo cuento porque, la última vez que posé mis ojitos negros sobre un jovencito me autoconsolé diciendo que la diferencia era de sólo una cifra, que dos cifras no, que eso era delito. Por supuesto, la norma chorra en cuestión me la he acabao saltando, y ya no hay cifra que se me resista. Me gustan de todas las edades, así que lo asumo, y a correr. Sin embargo hoy, leyendo el periódico, he estado a puntito de volver a caer en la tentación e imponerme otra: “si puedo ser su madre no”, pero dados los resultados anteriores, mejor lo dejo, no vaya a ser que acabe como la Sra. Robinson, pero no la que todos estáis pensando, sino la de verdad.

No sé si lo habréis oído, leído o escuchado, pero el caso es que la mujer del ministro principal del Ulster, de nombre real Mrs. Robinson, ha sido pillada en falta después de cepillarse y ponerle un kiosko en la Gran Vía de Belfast a un chiquito al que le lleva casi 40 años. Otra que se salta la norma de las dos cifras, pensaréis. La diferencia entre esta señora y yo, supongo, es que yo no me dedico a defender el puritanismo en las costumbres, ni a pedir la muerte para los homosexuales por su pecaminoso comportamiento, ni a apelar a la Biblia para juzgar la acciones – especialmente aquellas relacionadas con el sexo - de los demás.

Creo yo que, visto lo visto, a esta señora se le olvidó leerse esa otra parte de la Biblia donde dice “No miréis la paja en el ojo ajeno, sino mirad primero la viga en vuestro ojo. Sacad primero la viga de vuestro ojo y entonces veréis bien para sacar la paja del ojo de vuestro hermano” y claro, al final ha quedao fatal.

Lo mejor, o lo peor, que cada uno decida cómo empezar esta frase, es que al parecer sus puritanísimos convecinos, le perdonan el desliz sexual, pero no el desliz con el dinero. Que se folle al jovencito mal, pero que le retire... eso, por lo visto, no tiene nombre.