lunes, 22 de febrero de 2010

Cerrando los bares

Anoche salí... he llegado esta mañana. A las siete, después de cerrar cuatro de los cinco bares a los que entré. El único que no cerramos fue el primero, porque eran las diez de la noche y no era plan, pero a partir de ahí... uno detrás de otro: el restaurante, el de copas, el karaoke y el garito-disco-bar-cierro-a-las-mil.

Adoro Madrid. Después de perder la cuenta de los cubatas de ron que me bebí, a las seis y media de la mañana estaba en la esquina de Orense con Raimundo Fernández de Villaverde diciendo que “no gracias, no me apetece desayunar ahora”. Media hora más tarde, unos amables chiquitos que conocimos en el ultimo garitazo me depositaban (sana, salva y sin costes adicionales de transporte) en casa de Api, que me tiene acogida para que yo queme el foro antes de volver al pueblo a meditar.

Sé que casi todo el mundo piensa que debería empezar a pensar en el futuro. A intentar abrir puertas de empresas en lugar de cerrar las de los bares, pero... como dijo Scarlett O’Hara: “Mañana pensaré en ello. Si lo pienso ahora, me volveré loca”.

A mi año sabático aún le queda un mes...

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