sábado, 31 de marzo de 2007

Amigos que yo quiero


Amigos, esto se acaba, asi que va por ustedes:


En la vida tenemos mil cosas
que son grandes son nobles y hermosas,
que ennoblecen y alegran el alma
alentándonos el corazón.
Pero hay una sutil y suprema
que nos llega tranquila y serena;
Es hombría y lealtad,
sentimiento y bondad,
es sublime... se llama amistad.

Amigos que yo quiero,
escuchen este tango
que lleva entre sus notas
un apretón de manos.
Fue escrito con el alma,
pensando en la amistad,
con lágrimas lo canto,
por lo que ya no están.
Alcemos nuestras copas,
aquí en el viejo bar,
que mientras haya amigos
dan ganas de cantar.

La existencia que es negra condena,
con amigos parece verbena,
sin amigos no vale la pena
esta vida con tanto dolor.
Los amigos, igual que poetas,
tienen hondas ternuras secretas.
Acerquémonos más a la noble amistad
que nos llena de fe y bondad.
(Letra y musica, Hugo Gutiérrez, 1956).

jueves, 29 de marzo de 2007

Cosas del bandoneón


Buenos Aires tiene duende. Y eso unido a mi desbordante sexto sentido, que tantas veces me ha llevado de cabeza al desastre, hizo que ayer en una taberna remota y enana de Buenos Aires, miré a la mesa de al lado y como la niña del exorcista dije a mis compañeros de viaje: la pareja de aquella mesa es vasca y recién casada. Risas, bromas, Amparo se te va la pinza, no bebas más Quilmes... lo típico. Tengo que decir que no les oía hablar, así que el acento no era una pista.

En un momento en que el chico me miró le dije: ¿tú eres vasco, no? alucinado, asintió. De Escoriaza, me dice, un pueblo de Guipuzcoa, pero para comprar y el cine, y esas cosas vamos a Vitoria. (sic).

De ahí pase al ¿qué hacen unos chicos de Escoriaza por aquí? Respuesta de la chica: Estamos de luna de miel.

Vaaaaaaaaaaaaaaale, reconozco que les brillaban mucho los anillos, pero desde entonces mis dos acompañantes me miran de otra manera. Huelo el miedo. No saben que son cosas del bandoneón.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Pa' habernos matao

Esta noche diluvia en Buenos Aires.

La ciudad porteña, nuestro último destino en la gira por el cono sur, nos ha recibido con lluvia y, para completar la estampa, el taxista nos ha amenizado el viaje hasta el hotel Alvear con tangos instrumentales. Sólo hemos tenido tiempo de dar un paseito por la Recoleta, así que ya iré ampliando periplo.

El segundo vuelo de hoy (Santiago-Buenos Aires) ha sido probablemente uno de los peores que recuerdo, con tormenta y sobrevolando los Andes ... (¿sabiáis que a este lado del mundo a los alpinistas se les llama andinistas?) las turbulencias de arriba hacia abajo y viceversa se mezclaban con las de derecha a izquierda. Unas risas.

Lo que me sorprende es que me muero de miedo en los aviones -en los despegues y cuando hay turbulencias-, pero luego me crezco en situaciones aparentemente más peligrosas. Ayer, por ejemplo, me tiré cinco veces en el canopy mas alto de Sudamérica -noventa metros de caída, en la reserva de Huilo Huilo, a las puertas de la Patagonia chilena- y sólo me ponía nerviosa cuando en medio de la tirolina -con una longitud de cuatrocientos y pico metros de vellón- perdía el rumbo y mientras daba vueltas y trataba de recuperar el impulso, miraba para abajo y pensaba que para que c. serviría el casco que te obligan a ponerte, porque a esas alturas un mal fallo y no te encuentran ni el ADN.

Marcho a la cama a ver si me recupero de tanta emoción.

besos

PD. Prometo poner foto en cuantito llegue a Madrí.

lunes, 26 de marzo de 2007

Hotel Nostalgia II

¡Qué gran título Api! Este viaje te está dando un montón de frases para mi. Gracias...
En fin, el caso es que llevo días sin aparecer, porque también he estado de viaje, sólo que he estado viajando en el tiempo. No tenía ninguna intención de escribirlo, la verdad, pero en una de las estaciones me he encontrado con una foto y he dicho, ¡qué coño!, Api tiene razón, no siempre estamos contentas.
El caso es que la semana que ahora acaba, ha sido -desde que vivo en Madrid - mi peor semana del año, y en 2007 no ha sido distinto. El lunes me levanté con alergia, me di cuenta de que llegaba la odiosa primavera, de ahí pasé al enfado y del enfado a la pena porque mi pasado en lugar de quedarse donde estaba, empezó a aparecer ante mi - muy moderno eso sí - en forma de correos electrónicos. El caso es que cuando yo me concentraba en olvidar que era 19 de marzo, me lo recordaron y entré en una espiral de nostalgia de la que - espero - estoy empezando a salir.
Para empezar he cambiado la frase del messenger, se la he copiado a los de BMW - qué le vamos a hacer, me gustan sus frases, sus coches y alguno de sus conductores - y he puesto "Sal a jugar...". Arriesgarse o...
La foto que me ha animado a escribir (la que ilustra este post) fue mi fondo de escritorio durante muchos meses. Me encanta. Era un autorretrato que alguien había hecho por mi cuando yo no era capaz ni de moverme. Pero es triste y yo, ya no lo estoy, de eso estoy segura.
Como Api, estoy unos días de viaje en el Hotel Nostalgia, pero se me acaba la reserva...
Nos vemos a la vuelta.

viernes, 23 de marzo de 2007

Hotel Nostalgia


Hacía años que no me pasaba.
Exactamente desde noviembre de 2002 cuando, mientras frente a las costas de Galicia se hundía el Prestige, yo aterrizaba en Los Roques venezolanos.

Pero hoy ha vuelto a ocurrir. Me he enamorado de un lugar: San Pedro de Atacama. Increible. A mí, que soy urbanita convencida, este pueblo me ha desarmado. Es posible que de aqui a poco, cuando abran el megahotel que está proyectado, el pueblo pierda parte de su esencia ("el turismo todo lo pervierte"), pero hoy por hoy es un pueblo tranquilo, lleno de gente joven, que vino, vio y se quedó. Viven de la artesanía, de pequeños hostales y de restaurantes.

En plena locura transitoria he vuelto casi cinco años atrás. Y he enviado un sms a aquel que siempre me habló de Chile, y me traia lapislázuli, y me decìa que estaba 'deschuido' cuando estaba cansado.

La culpa ha sido de uno de los carteles que he visto en la calle Caracoles, el Hotel Nostalgia.

El desierto de los mil colores

Hasta aqui ha llegado mi vagar por el desierto.

Mañana después de comer salimos rumbo a Santiago en un viaje directo pero con parada. Cachai? Que quiere decir que a Santiago -que en condiciones normales está a una hora y media de vuelo- llegar, lo que se dice llegar, llegamos pero que primero hacemos una parada en Antofagasta, y sin bajar de la aeronave continuamos periplo, para redondear la aventura en cuatro horas.

Y aun sabiendo que el banderillero del norte me va a decir de todo -lo asumo- comunico que ayer me hice una travesía de más de seis horas por el altiplano chileno, a 4.000 metritos de altura- perfectamente equipada con mis zapatillas Camper -que, por supuesto, destrocé-, unos vaqueros comprados en la Quinta Avenida, unas gafas Bulgari y el bolso de Fun & Basics, con mi móvil, mi ipod y mi gloss rosa perfecto. Creo que en la zona no recuerdan nada parecido. El guía no daba crédito, y el fotógrafo de vez en cuando se daba la vuelta me miraba y decia "Amparo, no me jodas". Pero ahí salió la raza, y acabé la travesía como una señora. Api 100%.

La verdad es que el desierto de Atacama, que como todo desierto tiene su parte de secarral, también cuenta con paisajes lunares alucinantes, oasis, ríos, geiseres...- es sorprendente. Es cierto que la llamada de la Pacha Mama la he sentido directamente en la cabeza, pero ha sido espectacular. Ya os detallaré más adelante, que ahora me reclaman para un quincho -una cena tradicional con bailes y música, cordero asado... cosa de turistas, you know-.

Hoy me he levantado a las cuatro de la mañana para ir a ver los geiseres del Tatio y ahora estoy destruída, asíque mi aventura continuará


besos a todos

Api, quemada por el sol.

PD. Negra, cualquier fotito que pongas quedará perfeeeecta.

martes, 20 de marzo de 2007

La llamada de la Pacha Mama

Vivo enganchada al Gelocatil.

El desierto en altura de Atacama está a unos 2.500 metros de altura y en algunas de las excursiones se llega hasta los 5.000. Y, claro, a una que lo más que sube habitualmente es hasta un tercero -sin ascensor- pues se le resiente el torrao. Eso y los pisco shawers que preparan en la zona, que algo tendrán también que ver.

Llegamos ayer desde Santiago a Calama, asi que todavia no hemos tenido tiempo de sentir la llamada de la Pacha Mama. Yo lo que si que he sentido ha sido una fuerte atraccion hacia uno de los guías, que responde al nombre de Cristóbal. A ver si es verdad eso de que la historia se repite aunque sea 15 años después.

Besos

domingo, 18 de marzo de 2007

Desde Valparaíso con jet lag

Hola,
despues de veinte horas de larguiiiiiiiiisimo viaje hemos llegado a Valparaíso. Agotados, nos hemos echado a la calle. La ciudad es increiblemente bonita, y la gente -aunque es lo que suele leerse en todos los reportajes de viajes- es extremadamente amable. Y, claro, acostumbrados al encabronamiento vital que nos gastamos en España pues nos choca.
Lo mejor del día: un anuncio en una pared de Valparaíso. "Disponibles pasajes para lugares imaginarios".

El sitio que promocionaban hoy: la luna.

Un beso a todos.

Negra, quiero saberlo todo de la boda del año.

jueves, 15 de marzo de 2007

Espérenme en abril



Ciao, chicos. Me voy a hacer las Américas. Tras unos pequeños líos de gestión, de jaleos de fechas, problemas con algunas instituciones, destinos y otras ‘menudencias’ sin importancia, mañana por la noche parto hacia América del Sur. Serán dos semanitas en las que recorreré una parte de Chile –Atacama, Santiago de Chile, Valparaíso y el sur, lástima de Patagonia, que se me ha escapado viva- y Buenos Aires.

Antes de que nadie haga comentarios venenosos –por otra parte, fruto de la más pura envidia- aclararé que voy a trabajar. Que luego hay por ahí mucho listillo maldiciente…

Así que, negra, el blog queda bajo tu responsabilidad.

Muchos besos y nos vemos en abril

miércoles, 14 de marzo de 2007

Y ahora… ¿qué me queda?



Hay quien dice que ha perdido la fe en la Humanidad, así con mayúscula, que hace como más a más. Yo, de momento, todavía no. Soy bastante más modestita, y reconozco que sólo he perdido la fe en Meetic. Tengo que decir que La Negra nunca la tuvo, por más que la hayamos animado a probar suerte. Y que Pepa la Loba insiste en que si no pongo foto a mi perfil, sólo me va a entrar lo peor. O lo puto peor, que es mi superlativo navarro favorito.

El caso es que después de casi seis meses haciendo trabajo de campo, he decidido quitarme. En este medio año he encontrado perfiles interesantes que no pensaban lo mismo del mío, otros que te ‘llamaban’ al chat y que tras un toc, toc te comentaban que en sus ratos libres son masajistas, o que son reyes con reina y que buscan reinas con rey para citas puntuales… Hubo uno que empezó normal y al minuto ya me preguntaba que si mi casa tenia el tamaño suficiente para hacer orgías. Mi casa sí, su cerebro lamentablemente no.

En este tiempo he quedado con tres. El primero, nada más aparecer, empezó a relatarme todos los gastos que le cubría la empresa: el coche, el seguro del coche, el seguro médico, la Blackberry… gracias a Dior aquella noche explotó la casa de enfrente de La Negra y tuvo que venirse a dormir a la mía, y yo tuve la excusa perfecta para escapar de allí, mientras el maromo me preguntaba que si me había caído bien.

El siguiente fue uno de personalidad ‘sensible’, como decía él. Aguantamos unas horitas de conversación porque yo tenía fiebre y estaba baja de forma. Pero en condiciones normales me lo habría tragado mezclado con mi Mahou sin darme cuenta. Después de eso, sólo me ‘pincha’ para contarme sus aventuras con otras chicas-Meetic. Pura pasión.

Mi muestra ha concluido con un argentino que conocí el domingo. Parecía un tío majo, de hecho, pienso que lo es. Hablamos, nos reímos, me dio unas pistas para mi aventura bonaerense… El lunes volvimos a quedar para tomar unos vinos después del trabajo, y hablamos durante casi tres horas. Después me acompaño hasta la parada del autobús. Y ya. Punto y final. Desaparecido en combate. Finito.

Así que siguiendo con los puntos y finales he decidido ponerle otro a mi aventura en Meetic. Lo siento por los chicos madrileños que se han perdido la oportunidad de conocerme. Aunque reconozco que he tenido un momento de debilidad con Match.com, el hecho de tener que soltar noventa eurazos para seguir leyendo perfiles de gente “normal, amigos de sus amigos, que buscan una persona con la que compartir la aventura de la vida” y que, además, me sometan a terceros grados sin anestesia… me ha llevado a pensar que mejor me los gasto en cerveza, que por lo menos me quita la sed, y nunca se sabe quién puede estar en la barra, apoyado a tu lado.

PD. Además, al natural son más feos que en las fotos. Siempre.

lunes, 12 de marzo de 2007

La mujer de rojo




Cuando tienes más de treinta y tu último (y -hasta el momento- único) novio decide plantarte, todo el mundo te anima y te dice eso de que él se lo pierde. Normalmente, después de pasar el consabido tiempo de luto, tú también te convences de que eso es verdad, y decides cambiar de estado civil: de abandonada pasas a ser, de nuevo y oficialmente, soltera.

En ese mismo instante, te remangas pones el cd de la Venegas, y, al grito de "yo que pensaba que te perdía a ti, ahora me doy cuenta tú me perdiste a mi", empiezas a buscar todos los trozos de corazón que has dejado tirados por ahí y te pones a pegarlos. En un tiempo prudencial (normalmente más del que te gustaría, pero menos del que todo el mundo cree), has conseguido que el corazón lata. No es un corazón a estrenar, pero aunque aún no funcione perfecto con el amor, va como un reloj con los amantes. Y tú, feliz.

Entonces llega Navidad. Al ritmo del Almendro, vuelves a casa y despliegas tu papel de hija ejemplar. Te metes tanto en el papel que no se te ocurre otra cosa que comentar lo estupenda que es la nueva mesa del comedor. Y justo ahí, va tu padre y te desahucia.
No sabes cómo, pero de repente lo que había empezado siendo una conversación sobre un mueble... termina en una disertación sobre tu futuro. Al parecer, y según mi padre, la mesa es perfecta, porque ya no vamos a ser más de familia: no va a haber más nietos (yo soy la única que no se ha reproducido aún). Debe ser que tengo una cara muy expresiva (eso o que los ojos se me salían de las órbitas del flipe), y mi madre captó enseguida que el comentario de mi padre me estaba tocando... digamos que la moral. Así que -madre sólo hay una y al resto, en la calle- la mía decidió salir en mi ayuda, aclarándole a mi padre que, el hecho de que yo no me fuera a casar (casar = tener pareja) no significaba que no fuera a tener hijos. Resumiendo: desahuciada por mi padre y rematada por mi madre.

Afortunadamente la vida da giros inesperados. Así, de pronto, te ves invitada a una boda a la que vas a ir con siete tíos del brazo. Todos simpáticos, casi todos guapos (un par de ellos incluso muy guapos) y todos menores que tú, ¡con lo que a ti te gustan las criaturas! Y entonces decides tirar la casa por la ventana y comprarte un vestido.
Por esos mismos giros del destino, acabas borracha dentro de un probador de El Corte Inglés con un vestido rojo con escote y volantes, y Api delante diciéntote: "cómpratelo Negra, cómpratelo" y tú que siempre haces caso a Api (bueno... casi siempre), vas y te lo compras. El vestido, y unos zapatos de charol.

Una semana más tarde, agarras todo -el vestido, los zapatos, el bolso y hasta los pendientes- y te marchas a tu pueblo a que te vea tu madre y te de su "objetiva" opinión (a estas alturas no creo que nadie dude de la objetividad de mis progenitores respecto a mi persona).
Entonces, te lo pruebas todo y justo cuando - mientras tu madre te dice que estás muy bien - tú empiezas a plantearte si con esto de los oscars no te habrás creído Penélope Cruz, justo ahí, va tu padre y abre la puerta porque llega de la calle. Él, que viene de tomarse unos vinos y no tenía ni idea de la sesión de estilismo, te mira de arriba a abajo, abre los ojos como platos (lo del flipe debe ser cosa de familia) y te silba.

Y en ese momento tú piensas: desahuciada, rematada y... ¡¡resucitada!!

sábado, 10 de marzo de 2007

La señora que vio a Maná

Me lo dice siempre Pepa la Loba, que con los vecinos y los taxistas es mejor no hablar. Y yo en los últimos tiempos le vengo haciendo caso. Pero hoy, en la cola de los taxis de la T4, tenía justo delante a los del grupo Maná, y he tenido una debilidad: se lo he dicho al taxista, un tío joven y con pinta de majete. Enseguida me ha preguntado que dónde, que les íbamos a saludar. Estaban en el coche de al lado, así que ha parado a su lado y les ha empezado a pitar y a mover la mano. Yo, con las gafas de sol, me he escurrido en el asiento. A partir de ahí ha empezado a decir que por qué nos les había pedido un autógrafo –esto me daría para escribir otro post de para qué narices querrá la gente la firma del personal a no ser que sea para cobrar cheques o herencias inmobiliarias-.

El caso es que se ha arrancado a enumerar –sí, ya lo sé, la culpa es mía por dar pie- a todos los famosos que había subido al taxi. Yo para ir al grano le he preguntado por el más borde y rápidamente me ha dicho que Jorge Sanz, que “se subió hace ya muchos años de copiloto, con dos pelotillas detrás”, y que cuando se iba a bajar le miró a los ojos y le dijo “¿pero tú no sabes quién soy?”, y el taxista –con tremendo peluco y pulsera-muñequera de cuero, añado- le dijo “yo sí, pero a qué tu no sabes quién soy yo. Pues ale, ya sé más que tú”. “Y le callé la boca”, me dice. Que Joaquín Luqui, JL en FM, era muy despistado, que le mandó ir a una dirección y al llegar no reconocía el sitio y pensó que le había dado vuelta y le empezó a llamar de todo. Aquí se ha notado que no le ha puesto a parir por el debido respeto a los muertos. Que Enrique Bunbury no habla igual de tú a tú que cuando lo hace en público, “que una vez venía él en la parte de atrás y le iban haciendo una entrevista por teléfono y no se le notaba nada que iba completamente fumao”. “Porque ése sí que es un artista, que luego dicen que si no eres comercial no eres bueno”, el conductor ha aprovechado para meter su cuñita de superfans. Y ya llegábamos a mi casa cuando me ha contado que también se subió una vez Leonor Waitling y que él, un lince, le preguntó que si era una artista. Y que la tontalculo –lo de tontalculo es cosecha mía, no del taxista- le dijo toda diva, y toda chula, que ella era actriz y no volvió a decir ni mú.

Viendo lo contento que estaba el hombre enumerando las celebridades que había cargado en el tasis, le he dicho que sentía mucho que por cogerme a mí hubiera perdido la oportunidad de llevar a un grupo famoso. Y me ha dicho que no me preocupara, que luego él le cuenta a la mujer que “ha llevado a una señora que ha visto a Maná” y se ponía tan contenta. Y con eso, a la que le ha callado la boca ha sido a mí, la verdad.

PD. Todavía me tiemblan las canillas al acordarme de cómo se ha movido el avión Florencia-Barcelona, que la gente venía gritando y vomitando como en las películas. A mí se me ha desintegrado el maquillaje de la tensión.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Trata de arrancarlo



Si ya lo veía yo venir. Y La Negra que no y que no. Que si la suerte del principiante, que si el comodín de la llamada, que si soy la perfecta tom tona… en fin.
El plan era participar en un rally por la Comunidad de Madrid, siguiendo unas pistas escritas con demasiada literatura y poca concreción. Y yo, que me había levantado a las siete de la mañana –un sábado-, pues no estaba para ponerme a resolver adivinanzas y pasatiempos. Pero La Negra, que debió de amanecer hasta el culo de adrenalina, fue echando el resto, dejándose la piel en las pruebas –por el karting de Carlos Sainz la recordarán mucho tiempo como la bala humana- y adivinando, con mayor o menor nitidez, ¿verdad? los sitios en los que habían instalando los controles. Para no alargar mucho esta agonía, que la del sábado duró casi seis horitas –y 200 kilómetros-, diré que quedamos las últimas.

Y decir las últimas no significa que llegáramos fuera de los puestos de honor, que también. Significa que si éramos 34 participantes, y contando con que dos abandonaron, La Negra acabó en el puesto 32 y servidora en el 31. A partir de aquí cedo la palabra a la copiloto, la nueva Penélope, para que cuente su versión de los hechos.

En otro orden de cosas, y cuando parecía que ya venía la primavera –dientes- resulta que no, que se pone a llover y a soplar el viento a dolor. Así que yo, que me añusgo con el frío, y que, ante todo me debo a mi público, he decidido seguir con el ApiTour y, tras el éxito de mi gira por Soria, continuar con los bolos por Italia –esta vez Florencia-, hacia donde parto mañana, una vez más, acompañada por mis ¿fieles? Palacagüinos. Pero esa ya es otra historia, y os la cuento a mi vuelta.

viernes, 2 de marzo de 2007

El feng shui de Paco



En ocasiones no doy crédito.
El otro día en Venecia fue una de ellas. Acabábamos de llegar a uno de los hoteles con más solera de la ciudad, dicho sea en el buen sentido. El barquito nos había dejado en la misma puerta del establecimiento, un cinco estrellas para más datos, con vistas al canal, con los gondolieri saludándonos desde el puente que hay junto a la puerta… Venecia en estado puro, vaya. Pues bien, al ir a las habitaciones oí que en la de al lado se armaba un pollo con voces en castellano.
Y me asomé. Una de las personas del grupo se quejaba a gritos de que su suite estaba orientada al sudoeste ¡¡¡¡¡y ella no podía dormir en una habitación con esa orientación!!!! Los empleados del hotel simplemente alucinaban mientras ella, brújula en mano, insistía en que le dieran una habitación que mirara al norte.

Y en esas estaban cuando a mí me dio por pensar que cuánto mal ha hecho el feng shui de Paco –tilla-.

jueves, 1 de marzo de 2007

¡¡Qué tí@!!


En mi 30 cumpleaños, Api me regaló un taladro y un juego de brocas. Poco antes había acompañado a otra amiga a un taller y fui la única que entendió las explicaciones del mecánico sobre cómo había que reparar el motor del elevalunas eléctrico. Monto sin problema los muebles del Ikea (sí, las mesitas también). Me gusta conducir y eso que - a mi pesar - no tengo un BMW (*). Odio planchar, no sé coser y las tortillas francesas me parecen un acto de ingeniería culinaria. Me gusta llevar el pelo corto, escucho el carrusel los domingos y cuando veo una tía buena, lo digo. Tal cual.
Cuando ya tenía convencidas a las amigas de que todo eso es muy normal si eres una tía... voy y gano un concurso.
¡¡Bieeeeen!! ¡¡he ganado!!
El concurso era sobre series de televisión y el premio una camiseta. Soy adicta a ambas, así que... participé. Esta mañana me entero de que soy una de los ganadores y... sí, ganadores, con e. Cuando he ido a comprobar la lista... me doy cuenta de que mi premio es ¡¡una camiseta de hombre!! Las de chica les han tocado a 50 tías con suerte... yo he sido el tío con suerte número 48.
Juro que no me jode por la camiseta, lo que de verdad me jode, es que las tías somos detallistas, y no ver la casilla de marcar el sexo... ¡¡es un típico despiste de hombre!!!
Menos mal que en algo hemos estado todos de acuerdo... puedo usar la camiseta para dormir... ¿eso es lo que hacemos la tías con las camisetas de hombre, no???

pd. Api, gracias por llevarme de rally el fin de semana... tú sí qué sabes cómo se divierte una Sta.

(*) Serie 1, por favor!! Ejem... es que a mi los coches me gustan como los tíos, con poco culo y mucho morro...