domingo, 30 de mayo de 2010

La cuarta fue a la vencida

Desde hace cuatro años, la negra y yo tenemos la (in)sana costumbre de acudir a un rally que organiza una firma relojera. el primer año quedamos las últimas (hazaña que narré en este blog), no fue la única vez que quedamos en tan bochornoso lugar. pero en aquella primera intentona conocí al ndru que tantas satisfacciones me viene dando de entonces, asi que lo sudado por lo ganado.

se trata de abrir sobres e ir buscando pistas que te lleven hasta la meta, habitualmente un restaurante donde espera el equipo organizados. en las dos últimas ediciones, la cosa en lugar de ser el sábado por la mañana se ha alargado desde el viernes por la tarde. este año sólo sabiamos que habia que acudir ligeros de equipaje y dispuesto a dormir fuera de casa. tras las primeras pruebas nos vimos disfrazados en la sala vip de chamartín, y allí nos entregaron un billete de tren... nuestro tren partía dos horas después ¡¡¡a lisboa!!! (en cabina de litera, sin ducha y con baño a compartir con todo el pasillo) asi que tras una larga noche de traqueteos amanecimos, sin duchar, en santa apolonia. y allí empezó todo. en ese momento, ndru y su amigo iban en primera posición del ranking de 11, la negra y yo, en segunda posición.

para no aburrir diré que nuestra primera reacción de ir a buscar un taxi nos llevó a meternos en un mercedes de unos veinte años, 860.000 km y una conductora llamada lina. sesentaytantos, abuela ... una crack. se metió en el papel desde el principio, le hizo gracia nuestra competición, nos llevó a 90 por hora en paralelo hablando con otro taxista en zona de 30, subimos y bajamos el centro de lisboa a 90 (o eran 110?), nos esperaba en zonas imposibles, y cuando creiamos que el rally acababa a los pies de un elevador al otro lado del tajo, nos despedimos de ella. al llegar arriba, reventados del estrés, las carreras en taxi y a pie, treinta grados a la sombra y cargados con las mochilas... nos desesperamos... no era la última prueba. había que echar a correr al centro histórico de lisboa... y algunos ya corrían hacia el embarcadero... otro rally perdido. y en ese momento, allí apareció ella, superlina, había ido zigzagueando con su viejo mercedes por ver si podía llegar hasta arriba del elevador, por si la necesitábamos.

nos volvimos locos, nos metimos dentro los cuatro, aceleró, pitó, se metió entre tranvías, gritó, aplaudió como una loca al grito de "vivan las mujeres" y nos llevó al restaurante donde acababa el rally. yo iba al límite de la tensión, al borde la angina de pecho. entramos corriendo, sin pagar a la taxista, extasiados... y al entra al comedor ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ERAMOS LOS PRIMEROS!!!!!!!!!!!!!!! y llevábamos todas las pruebas que necesitábamos en nuestras mochilas. yo ahí empecé a saltar como no recordaba, se me escaparon algunas lagrimillas de la tensión, y a gritar (aunque sabía que la negra y yo ibamos en peor posición) y a los cinco minutos llegó la siguente pareja. dos horas después, cuando llegó la última pareja, comimos, bebimos y llegó la hora de la entrega de premios.

tercera posición: la negra y yo. (premio, una tumbona)
segunda posición: la rubia y el vante (una mañana de aston martin)
primera posición: por fin el ndru y su amigo se hacían con el pelucazo de turno. (segunda ronda de saltos y gritos por mi parte). me sentí la Pe de la alta relojería cuando me dedicó el premio, la verdad

a partir de ahí sólo quedaba abrir el último sobre que teníamos encima de la mesa: un billete de avión. en tres horas volábamos hacia madrid, sudados, cansados, afónicos... lo peor han sido las agujetas de hoy. lo mejor, todo lo demás.

viernes, 28 de mayo de 2010

Cantar del Mío Cid

Hace una semana MBlue nos escribió un mail al genio y a mi. El asunto era el siguiente: FYI. El famoso “for your information” que tanto gusta en mi antigua empresa, abría paso a un mensaje pelín críptico:

“La lectura correcta de esto es verte como El Cid Campeador, que ganó sobre su caballo incluso después de muerto :-)”

La solución, en el attached. Adjunto al mail iba un documento de power point con un flujo de trabajo que sugirió mi departamento poco antes de que nos echaran por incompetentes. Al parecer eso, que no valía, sigue siendo lo que marca la pauta, más de un año después. De ahí el símil con el Cid que se marcó MBlue y que tanta gracia me hizo al entenderlo.

Veía al genio, que en lugar de ir a lomos de Babieca, iba en una silla de oficina, y había cambiado la Tizona por un bonito power point de tonos verdes, blancos y negros. Detrás íbamos el resto, yo me imaginaba cual Jimena, siempre a su sombra, y luego venían los demás, leales caballeros, armados con teléfonos móviles y ordenadores portátiles, cargados de ideas y presentaciones. Todos cargados de argumentos, todos firmes, todos muertos. Y volví a la realidad.

La realidad es que la comparación es perfecta. Últimamente he visto más a las chicas, y ellas me siguen poniendo al día de lo que ocurre en la oficina. El cotilleo me mata, como sabéis, así que me encanta que me cuenten cosas. Pero cada vez más, cuando pasa la comida y ellas tienen que volver a currar mientras yo tengo toda la tarde libre, me doy cuenta de esa muerte lenta. Ya no conozco a toda la gente de las conversaciones, empiezo a olvidar apodos, algunos grandes desconocidos son ahora sus amigos y... bueno, la vida sigue.

Sé que es lo mejor, y reconozco que, aunque me de bastante igual lo que hagan con nuestro trabajo, en el fondo, saber que siguen utilizándolo me provoca esa especie de chulería del “teníamos razón” que tanto gusta y de tan poco sirve. Seguimos ganando batallas, cierto, pero la realidad es que, en aquellas tierras, estamos muertos. Tiesos como la mojama, aunque a lomos del caballo... ¿acabaremos convertidos en leyenda?

lunes, 24 de mayo de 2010

Pasa la vida...

... y no has notado que has vivido,
cuando pasa la vida y no has notado que has vivido,
cuando pasa la vida, pasa la vida...”


Cantaban los Pata Negra y fue lo único que le faltó a Api la semana pasada, cantármela por teléfono.

El caso es que yo estaba de estreno, nuevo móvil, uno de esos que te dejan ver el correo (y vuestros comentarios ;) en vivo y en directo. Lo encendía a las 10 de la mañana y a las 10.05 recibía mi primer mail. Era Api, y el mail decía así:

“y si te digo que el deschuido va a tener una niña?”

Supongo que incluso nuestros lectores más antiguos lo habrán olvidado ya, pero “el deschuido” es un ex de Api, uno que una vez la llevó de visita al Hotel Nostalgia. Aunque no sea verdad, para mi ese fue (y será) su primer novio y, esto lo sabe todo el mundo, el primero siempre marca. Así que puedo entender perfectamente que, en otra visita al hotelito, Api me soltara la siguente perla:

“maja, todos prosperan vitalmente y yo aquí metida”

Inmediatamente me puse en su lugar y, lo reconozco, me quedé tocada. Aún así, dispuesta a levantarle el ánimo le solté una soflama de treintañera-independiente-no-necesito-reproducirme-para-realizarme que, lo reconozco, me quedó pelín artificial. Por eso no me sorprendió lo más mínimo que, disfrutando a tope de las instalaciones del hotelito, Api me respondiera con un lacónico:

“ay Negra que se nos pasa la vida y seguimos igual”

Ahí más que tocada, me quedé casi hundida. No sólo por esa respuesta después de todo mi discurso optimista, que también, sino porque además, aunque para seguir la línea del blog yo lo haya cambiado, la verdad es que Api no me llamó Negra: utilizó mi verdadero nombre.

Creo que nunca os he contado porque yo soy LaNegra, pero lo soy por Api y, ahora que lo recuerdo, también por “el deschuído”. Ellos me pusieron el mote sin saber que lo adoptaría como propio hasta el punto de que, en las grandes ocasiones, llevo un collar con la N de Negra en lugar de con la inicial de mi nombre.

El caso es que ese detalle me hizo pensar en si Api tenía razón y como cantaban los Pata Negra se nos estaba pasando la vida igual que pasa la corriente y nosotras caminamos indiferentes, donde nos quiera llevar. Y, a punto ya de tocar fondo, me di cuenta de que no. Me di cuenta que yo no estoy donde estaba. Ya no trabajo ni soy la treintañera independiente con residencia en Madrid. Ahora vivo del estado y de mis padres que, aunque se lo cobren en servicios de taxi, piden poco, la verdad. Supongo que en mi caso es tan obvio, que puede parecer incluso demagógico decirlo, pero en el caso de Api tampoco es así.

Sus responsabilidades y problemas en el curro se han multiplicado como por encanto en el último año. Después de aquel ha tenido otros líos y admiradores secretos, alguno llegó a novio, otros no; una casa que es suya (aunque de cuando en cuando la siga compartiendo conmigo ;); viajes, rutas y aventuras cual titiritero (¡¡alehop!!) y nuevos amigos, como el gran Pier, que fue el que – siempre grande – hizo el trabajo sucio: se la llevó de copas y Api vio que, efectivamente, nosotras también hemos prosperado vitalmente, aunque sea a base de chintonics y Guinnes.

Api, desde aquí te lo digo, “Pasa la vida” era una de las canciones de la B.S.O. de “Bajarse al moro” y, entre tú y yo, creo que en todo este tiempo – aunque no nos hayamos reproducido – nos hemos atrevido a pasar el estrecho alguna que otra vez y, en ocasiones, incluso nos lo hemos fumado todo ;)

viernes, 7 de mayo de 2010

Convertida al Cristianismo


Confieso que cuando llegó no le creí el mesías prometido para salvarnos.
Confieso que yo también le negué tres y hasta más veces.
Confieso que pensé que el resto adoraba a un ídolo y no al verdadero salvador.

Ver para creer.

Anoche vi la luz.
Le vi ser ayudado por “El Santo”.
Le vi flotar sobre la hierba sin tocar el suelo.
Le vi obrar el milagro.

Y ahora, creo.
Creo que si no ganamos la liga, al menos, Él nos habrá hecho rozar la gloria.

LaNegra recorded.