domingo, 29 de abril de 2007

El verdadero matrimonio

Lo bueno de las bodas familiares es que, como ya nos conocemos, se puede uno hacer una idea de a qué tipo de celebración se enfrenta según quién convoque. Y en este caso hablábamos del núcleo duro. Y un núcleo duro castellano viejo. Lo más.

En vista de lo que se avecinaba, me subí a 12 centímetros de tacón para estar a la altura, y empezó la fiesta. Al principio de la misa, la resaca me impedía concentrarme así que me entretuve observando la iglesia que, las cosas como son, era bonita. Pero llegó el momento que algo me pitó en los oídos y me puse a escuchar. A la tercera patada, y sin confiar en mi memoria, saqué el bolígrafo y empecé a apuntar las perlas que lanzaba el cura a través de los altavoces. Son perlas, sin duda, para comentar. Prometo que lo haré, pero en frío.

“Si no estamos enamorados no podemos ser felices”

“Si se apaga la llama del amor es que no existió jamás”

“El verdadero matrimonio está al lado del corazón de Dios, diga lo que diga la Ley Civil”

“En el matrimonio hay que perdonar pronto, siempre y TODO”

Conclusión, que mi reino no es de este mundo. O mi mundo no es de este reino.

jueves, 26 de abril de 2007

Qué bodito y qué herposo


Este fin de semana empieza la temporada de bodas.

¡Que Pikatxu nos ampare!

Canciones de amor

No soporto a las niñas que en todas las canciones les recuerdan algo”. No sé a vosotros, pero a mi los dichosos Hombres G me amargaron la existencia a cuenta de este verso (para amargarme la adolescencia se sirvieron de otro tema que no voy a mencionar aquí). El caso es que desde que tenía 15 años cada vez que una canción me recuerda a algo – o mejor dicho, a alguien – me entra una especie de miedo irracional a parecer una niña tonta a la que “todas las canciones le recuerdan algo”. Así que, desde entonces procuro no hablar demasiado sobre canciones para que nadie adivine qué o en quién estoy pensando. Las raras veces que lo hago – sé que nadie se da cuenta, pero es así – son momentos de auténtico exhibicionismo emocional y sólo me sale con gente con la que esté verdaderamente a gusto.

Hoy me han sacado el tema, el de las canciones. Una amiga me decía que me imaginara ser Jennifer López y que, por la mañana, en la ducha, Marc Anthony me cantara:
Valió la pena lo que era necesario para estar contigo amor
Y yo que esta mañana tenía muy poquitas ganas de trabajar, pues me he puesto rápidamente en situación, me lo he imaginado y he llegado a una conclusión: así no. A mi así, no.
Y, dejándome llevar por el momento, he confesado que a mi me va más el rollo de:
Se me ponen si me besas... rojitas las orejas
Y si en vez de Fito, me lo susurra al oído un tío que me guste, le declaro mi amor eterno ipso facto (en mi versión de esta mañana le pedía en matrimonio, pero es que no me había tomado más que un café).

El caso es que, mientras la conversación degeneraba en alusiones menos poéticas (concretamente referidas al presunto “pistolón” de Marc Anthony), mi lado tierno - que aunque escondido, también lo tengo - ha empezado a recordar canciones de esas de guardar en la carpeta “Como escarpias”. Iron Maiden, La Fuga, Amaral, Rosendo, Fito, Lola Flores, ::latrama,... y, de pronto, como una especie de “nublao de tiniebla y pedernal”, “como un potro desbocao que no sabe donde va”... ha aparecido el miedo a parecer una niña tonta.

Y cuando ya estaba replegando mi repertorio musical hasta la siguiente... he pensado: “ay que joderse Negra, que te fastidien a ti el ratito esos cursis, ¡a ti!, que ni siquiera te gustan las (mal) llamadas canciones de amor” . Así que, con ese mismo impulso, las he vuelto a sacar , - gracias Julieta - y aunque sólo haya podido ser mentalmente (seguía en el curro) he cantao a voz en grito:
Estoy tan cansada de las canciones de amor, siempre hablan de un final feliz... bien sabemos que la vida nunca funciona así

miércoles, 25 de abril de 2007

Vuestros deseos son órdenes para mí

Asi que, tal y como habéis decidido vosotros, amables lectores, del 11 al 17 de junio estaré en playas como la de aquí al lado.


PD. Por si tenéis dudas: es Hawaii.

lunes, 23 de abril de 2007

Ataque preventivo de la URSS


Me hallo en el fatal trance de tener que elegir entre un México rutero o una semana en Hawai.


Querido lector, ¿qué harías tú?

domingo, 22 de abril de 2007

Nada te turbe, nada te espante…

Pensé que no lo iba a decir nunca, pero qué bien se está en casa. El plan para el fin de semana prometía. La idea era hacer senderismo por la zona de Las Batuecas con una conocida, su hermano, su primo y su amigo.

Ya la semana pasada todo eran problemas para evitar que ninguno de ellos llevara el coche –que si uno no tiene maletero, el otro que es viejo, uno incluso dijo que el suyo se para cuando llueve-, así que ofrecí el mío, que es nuevo, tiene maletero y cuando llueve se soluciona todo dándole a los limpias. Pues bien, después de estar más de una hora esperando a que tuvieran a bien llegar donde habíamos quedado, todo les molestaba: el calor, las ventanas subidas, las ventanas bajadas, las ventanas a medio subir o a medio bajar según se mirara, la temperatura del climatizador, mi música –por alta, por baja, por variedad-, mi forma de conducir –adelanta, no adelantes-, las indicaciones del tomtom, mi manera de aparcar… así durante tres días y seiscientos kilómetros.

Hoy, al llegar a Madrid todos han reconocido que habrían preferido llevar su coche “que total no es tan viejo y nunca me ha dejado tirado, o que con maletas pequeñas nos arreglamos…”. Declaraciones que, en mi opinión, verdad, se podían haber ahorrado.

Entre medias ha habido momentos impagables como cuando en una de las caminatas uno exigió que otro diera la vuelta a la esterilla porque la parte plateada produce contaminación lumínica y molesta a los pájaros, o cuando hubo que cambiar de acera porque delante iba un señor con un cigarro y el humo le impedía respirar, tampoco pudimos cenar en un restaurante porque tenían puesto el partido del Madrid en la tele y también les molestaba, luego hubo que cambiarse de terraza porque dentro del bar tenían música puesta… Lo que viene siendo un puro transigir, vaya.

Al final he sobrevivido al fin de semana, pero siempre concentrada en buscar el rollo zen que muchas veces se me iba y algunas se me venía. ¿Seré yo la inadaptada?

jueves, 19 de abril de 2007

Donde dije digo...


Así, con patatas –alavesas a poder ser- me como todas mis palabras respecto a Tatxenko. Que el tío, como yo sospechaba, ha demostrado ser un caballero –de los que se visten por los pies, aaaaaaaaaains cuánto echo de menos las sentencias del más grande- y me acaba de llamar para invitarme a una fiesta. Y yo, en pleno ataque de dignidad, le he negado tres veces. No, no y no.
Ahora, Pepa, desde aquí te lo digo: como no funcione tu teoría me vas a tener que aguantar lágrimas amargas.

Camisetas de Zara


Le he contado a Pepa la Loba la triste historia de las calabazas de anoche. Y ella, mujer de grandes sentencias, ha dicho: “Api, para ti los hombres tienen que ser como las camisetas de Zara. Que entras en la tienda, te la pruebas y como se dé un poquito la vuelta el bies… a la basura. Nada que ver con tu gabardina Burberry, que si te hacen una mancha te joden la vida”.
Su recomendación ha sido que me compre un montón de camisetas y un rotulador de tela. Y que vaya poniendo nombres cuando quede con alguien.
Así cuando tenga una caja llena de camisetas rotuladas, podré decir: “¿Ves? Todos esos han pasado delante de ti, y en una de esas blancas voy a poner tu nombre y cuando me hartes la tiro”.

¿Alguien quiere una camiseta talla M que pone Tatxenko?

miércoles, 18 de abril de 2007

Ayuda en acción








Vamos a ver... que aquí mucho lirili y poco larala.

Todos nos decís lo mismo:
“Os leo, os leo” (bueno, si no estamos juntas nos decís “te leo, te leo”).
Pero - excepto honrosas excepciones – comentar nadie comenta.
En nuestro constante esfuerzo por mejorar, hemos realizado una encuesta, y ésta ha demostrado que el problema es que es muy difícil introducir comentarios. Por lo que vamos a proceder a explicarlo paso a paso.

PASO 1
Leed el post. Fundamental para después comentar.

PASO 2
Cuando terminéis de leerlo, mirad abajo, junto a la firma y pinchad donde veáis:



PASO 3
Aparecerá una ventana emergente donde veréis un cuadro con el texto “Haga su comentario”. Ahí es donde tenéis que escribir.


PASO 4
Verificación de la palabra. Debajo del cuadro, encontraréis una especie de letras deformadas, pero que se pueden adivinar. Tenéis que escribirlas en el recuadro que aparece debajo. Esto es un poco coñazo, sí, pero es nuestra única posibilidad de evitar el spam (y que con él todos los Thom del mundo nos quieran conocer y ser nuestros amiguitos).


PASO 5
Debéis elegir una identidad. Tenéis tres opciones:
. Identificaros a través de vuestra cuenta de google o blogger
Lo hacéis eligiendo esa opción y os pedirá usuario y contraseña.
. Identificaros escribiendo el nombre o apodo que queráis
Elegís la opción y escribís lo que queráis.
. No identificaros
Pincháis en Anónimo y ya.


PASO 6
El último. Si queréis comprobar cómo va a salir el comentario, podéis pinchar en Vista Previa (botón azul) y si no pinchad en Publicar comentario(botón naranja.


Después de esto... a comentar tocan.
Os queremos leer así que, ya sabéis: directos, al objetivo, sin desviaros.

Torres más altas han caído




A mí concretamente se me acaba de caer encima una de más de dos metros. En el sentido metafórico, verdad? Lamentablemente. Me he dejado llevar por la afición, que me jaleaba emocionada. Enorme esa frase del más grande: “El futuro lo forjan las grandes mujeres. Espero que estés a la altura”. Y, claro, ha sido oirlo y crecerme.

A ver, a mí también me parecía que me pasaban el balón y que la portería quedaba bastante despejada… pero no. En el último momento un estirón del portero ha mandado la pelota a la grada. Pitido del árbitro, fin del partido.

Así que, afición, yo os lo agradezco pero no ha podido ser. Aquí no había rival. El fútbol es así.

Enorme también MariBic y su “la grande eres tú, y no él”. ¿Por qué lo dirá?

Explosiones hormonales


Misterios tiene la primavera, que unos lloran
-literalmente- de alegría mientras otros sobreviven como pueden a un descomunal ataque de astenia.
Yo permanezco en el virtuoso centro. De momento.

martes, 17 de abril de 2007

118
















Esto no es un post... esto es sólo una llamada de atención.

Acabo de oír en la radio que hoy se ha publicado el informe Durex.
Al parecer los españoles "practicamos sexo" 118 veces al año (15 polvos por encima de la media mundial), aunque - todo no iban a ser ventajas - le dedicamos 2 minutos menos que la media, 16 minutillos por polvo.

Y así, sin profundizar en el informe en cuestión:
- Me he alegrado de ser española y no español (por lo visto, nosotras disfrutamos más).
- He lamentado no tener amigos nigerianos (24... minutazos).
- He flipado imaginando al personal follando cronómetro en mano (total, para que al final te salga a cuarto de hora).
- Y, claro, al final me he hecho la típica pregunta...

Pues eso.

lunes, 16 de abril de 2007

Clase, respeto, estilo

Esas tres características son las definen al “rider” de una Harley-Davidson. Al parecer a los “jinetes” de tan legendarias máquinas se les presupone una autenticidad de la que carecen sus eternos rivales, los motoristas a lomos de máquinas japonesas. El problema de las leyendas – y más cuando son míticas – es que cuando te las echas a la cara, se suelen venir abajo.
A mi me pasó ayer.

Como alguna vez leí en alguna parte, “no sólo de motos vive el motero”, y las cazadoras de cuero – de la misma mítica y estilosa marca a poder ser - también ayudan a que “se note” quién es ese hombre que está a tu lado en la barra del bar. Ayer los moteros estilosos eran tres. Acodados en la barra, tomando cerveza, aquellos “ángeles del infierno” aguantaban estoicamente el calor y, mientras todos nos descamisábamos, ellos se mantenían firmes con su chupa de cuero y la braga en el cuello.

Justo ahí, fue cuando sucedió (Api, permíteme que de mi versión de los hechos, que tú enseguida te lanzas a las loas al contrario... en este caso a la contraria, que soy yo). Allí, la que tuvo los cojones de acero fuiste tú (sí, fueron cojones, la sangre fría no bastaba), tú, que agarraste al julai por la espalda y no le dejabas marcharse por mucho que lo intentara y a pesar de su cara, que daba tremendo miedo. Yo sólo recuerdo que te oí gritar "mi bolso”, miré donde estaba colgado hacía medio segundo y no lo vi, así que salí detrás de ti. Mientras le gritabas yo sólo miraba: a ver si veía el bolso, concretamente. El julai no lo tenía colgado – no tenía el que buscábamos, porque del brazo que Api le había dejado libre colgaba enorme bolso de tía que, al julai en cuestión, no le pegaba nada con su ropa de ayer –, pero en el suelo había algo. Era la cazadora del - hasta ese momento presunto - ladrón. Cazadora que cogí, y me puse a mirar como si fuera mía... y allí estaba tu bolso con tu cartera, tus gafas y tu iPod. Asunto solucionado, así que soltaste el brazo del ladrón.

Pero, volvamos a la leyenda. Mientras todo esto pasaba, nuestros amigos los moteros - a los que estoy segura que Api tuvo que dar con el codo en las costillas mientras meneaba al julai -, seguían allí, sin hablar ni moverse. Finalmente uno de ellos abrió la boca y dijo: “pues yo estoy deseando que llegue el verano para ir en manga corta". A lo que otro le contestó: “¿en la moto, no?”, y el primero dijo: “en la moto, claro”.

Entre el sol y el montón de gente hacía mucho calor en el bar.
Y allí estaban ellos, totalmente aclimatados, como auténticos “ángeles del infierno”.
Imperturbables.
Con sus chupas, su clase, su respeto y su estilo.

domingo, 15 de abril de 2007

Viaje en el tiempo


No sé si empezar este post cagándome en la madre del moro que me ha intentado robar el bolso en el Lamiak de Latina, o en la de los durísimos moteros con chupa de cuero con dibujo de ‘Angeles del infierno’ que mientras veían cómo el tío me robaba no han movido un dedo. En fin, si alguien quiere acusarme de algo, que me escriba un mail que paso a explicarle por qué digo esto. Negra, cómo te has portao, tía, la única que ha venido a ver qué pasaba y ha rescatado mi bolso del brazo de ese hijo de la gran puta, al que deseo de todo corazón todo lo peor (perdón, pero yo no robo a nadie).

El caso es que hoy había quedado con mis dos M del alma, y ni el episodio del robo me lo iban a fastidiar. Tras dejar la Latina, hemos bajado a ver si había sitio en el garito de C. para comer algo, y en el camino me ha sonado el móvil. Ya sé que son cosas que pasan pero… era un sms que ponía exactamente: “Hola Api. Qué tal la vida? Soy un amigote de Málaga que todavía se acuerda de ti”. Y, claro, yo he flipado. Mi agenda, por supuesto, no reconocía el número. He mirado a Etxebeste, y le he dicho: Etxebeste, éste es el tío con el que me enredé la noche del concierto de los Rolling. Corría el año 98, y me fui tres días memorables con ella a Málaga para el concierto. Y me dice, imposible Api, tiene que ser otro. Pero yo le tengo el truco al destino ya bastante pillado, y sé que si quedo con Etxebeste cuatro veces al año, como mucho, hoy había sido por algo. Y ella que no, y que no. Que ese tenía que ser otro.

Al final después de dos llamadas fallidas, el tal M. me contacta. Resulta que es aquel que me enseñó a aparcar de oído (lo que tan fatídicas consecuencias ha traído, sobre todo, para León) y al que conocí la noche del 16 de julio de 1998 y nunca más volví a saber. Mientras, La Negra ponía cara de no dar crédito, Etxebeste alucinaba y yo salvaba la papeleta como podía, resulta que sí, que la gente guarda los papeles donde apunta los números de teléfono (cuando incluso los móviles empezaban por 9) y nueve años más tarde te llama y te dice que no tiene niños y que está más gordo, pero que se acuerda de ti. Él insistía en que de aquello hacía 15 años, y cuando yo le he dicho que no, él ha dicho “pues veinte”. Pero ¿¿¿¿¿¿a quién le dejaban cruzarse media España para ir a los conciertos de los Rolling con 12 años?????

Hay días como hoy que no entiendo nada, aunque puedo decir que he sido feliz. Pero, sobre todo, hay días que por mucho que viva reconoceré que fui muuuuuy feliz, como aquella madrugada del 16 de julio, cuando a Etxebeste y a mí nos dedicaban en aquel bar malagueño de la calle Beatas unas óperas “para el pueblo vasco navarro”. Aunque Etxebeste recuerda otras piezas que nos cantaron porque no tenían muy fresco el repertorio de Puccini, yo siempre recordaré aquel “Maite, yo no te olvido, ni nunca nunca te he de olvidar…”. El resto de la noche, incluido el “qué lástima tu amiga”, me lo guardo para mí y para mis queridas M. que saben de qué hablo, y entienden esta historia. Y, además, se lo merecen.

Os dejo, que tengo al pasado llamándome por el msn.

Qué gran día este 15 de abril. Amo Madrid. Y a mis queridas M., que son muy grandes. Las dos.

viernes, 13 de abril de 2007

Cuando todo da lo mismo, por qué no hacer alpinismo




Ayer, antes de intentar la escalada de ciertas cumbres que se iban poniendo cada vez más borrascosas, fui a la conferencia que daba Kurt Diemberger en la librería Desnivel. Este austriaco, de 75 años, conocido como ‘el cámara de los ochomiles’, es una de las leyendas del himalayismo y el único alpinista vivo que mantiene dos ochomiles vírgenes en su haber en unos años en que el alpinismo era mucho más duro que ahora, sobre todo por lo arcaico de los materiales y la ausencia de prácticamente cualquier tecnología.

Estos días Diemberger ha estado en Madrid presentando su nuevo libro, ‘El séptimo sentido’, en el que cuenta algunas de sus ascensiones y situaciones límite, como su descenso del Chogolisa en solitario, después de que Hermann Buhl, su compañero de cordada, desapareciera al precipitarse al vacío. O también qué paso en agosto del 86, cuando en el descenso del K2, murió Julie Tullis -la que era su compañera de equipo de filmación, no su mujer como a veces se ha dicho- y cuatro alpinistas más. Un capítulo que marcó la historia del alpinismo, que ya siempre lo recordó como el ‘agosto negro’.

El libro está bien pero le sobra voz interior para mi gusto. Diemberger entra demasiado en cuestiones como quién dirige nuestra vida, por qué unos sobreviven a ciertas situaciones y otros no, cuál es el sentido de la existencia, la importancia de tomar la decisión adecuada en el momento preciso... Pero claro, por otra parte, eso es precisamente el séptimo sentido, “el estímulo hacia lo alto, que se contrapone a la voz que reprende, contra la prudencia sugerida por el sexto sentido”.

La conferencia fue interesante, pero no sé si por la edad, porque había dormido mal o vaya usted a saber por qué, el señor Diemberger no mostró su cara más amable delante del público que le escuchó, pero que al terminar la charla, le ‘castigó’ no haciéndole ni una sola pregunta.

Espero que con este post (postalcohólico), Federiko –que sé que nos lee aunque no se manifieste- deje de acusarnos de monotemáticas. Además, nunca dijimos que no fuéramos a serlo.

“Y con tiempo favorable comenzamos a ascender,
ellos con sus banderitas, yo ya con dolor de pies.
Saltaré los pormenores, pasaremos un primer
escalón hasta alcanzar otra cota, otro nivel.
Camino del campo base unas huellas ya se ven.
"Por aquí ha pasado el yeti", dijo el bueno de Tinseng,
que era un sherpa veterano y que debía entender.

Cuando todo da lo mismo,
por qué no hacer alpinismo"

(La Yeti, 1ª parte, Javier Krahe)

Anoche me lió la luna llena


Cuatro años más tarde volví al Berlín.

Cinco chintonics, y algunos cigarros después, me fui a casa. Sin reloj. Me lo quité para no ver cómo volaban las horas y ya no lo recuperé de algún bolsillo posterior donde debe de seguir durmiendo el sueño de los justos.

Dos horas más tarde ha sonado el despertador. Parece que la Semana Santa no va a terminar nunca, con otro Viernes de Dolores.

miércoles, 11 de abril de 2007

Llamadme rara


"Estoy sola, ¿y qué?"

Esa frase, así, entrecomillada y escrita sobre la foto de una treintañera con media sonrisa en la boca y el pelo revuelto, abría El País Semanal del último domingo. La chica es guapa según dice mi vista, y actriz y compositora según el pie de foto. Ahí, en pequeñito, en el mismo pie de foto, dice además "Felizmente soltera, defiende su independencia con o sin pareja de por medio". Sin embargo, bajo ese rotundo "estoy sola", quien haya escrito esa portada ha añadido: "El mercado cuenta con ellos. Ellos sólo cuentan consigo mismos. Los impares son un negocio". No sé qué les habrá parecido al resto de "solos" que en el mundo son. A mi, personalmente, el título una vez leído con detenimiento, me ha parecido mal, pero el "añadido" del subtítulo me ha parecido - lo siento, pero no encuentro una forma mejor de explicarlo con exactitud - una puta mierda.

Reconozco que no he acabado de leer el artículo. De momento llevo la mitad. Tengo la insana costumbre de leerme los artículos de los dominicales de forma desordenada y eso, a veces, distorsiona mi percepción, pero... a partir de los 30 es difícil cambiar. De éste, titulares y ladillos aparte, de momento sólo me he leído los "testimonios reales". Como era de esperar, hay de todo, pero en general me han parecido gente normal que dice cosas también normales. Claro que eso, me lo ha debido de parecer a mi.

La autora (o quien le haya editado el artículo), ha optado en cambio por destacar otras cosas como por ejemplo:

"Más caprichosos y con una economía más saludable que la media. La industria busca soluciones hechas a su medida"

"Innovadores y buscadores de soluciones de conveniencia, han encontrado en Internet un sistema para relacionarse"

"Sólo el 40% de los impares afirma disfrutar de sus relaciones sexuales. Es tendencia el retorno al romanticismo"


En resumen los solteros son y están.
Tercera persona del verbo ser: ellos son. Son caprichosos, románticos e innovadores (por conveniencia, eso sí).
Tercera persona del verbo estar: ellos están. Están forrados, están enganchados a Internet y están insatisfechos sexualmente.
Además, volvamos a los orígenes, están solos.
Yo, que puedo cambiar esa tercera pesona del plural por la primera del singular, añadiría a esas afirmaciones alguna que otra anotación, aunque sea al margen.

Lo de que el mercado se ha fijado en nosotros es la gran mentira de principio de siglo y si no, que levante la mano quien haya vuelto a encontrar las sopas individuales de Gallina Blanca en un Carrefour (y no vale el Sopinstant).

Que somos caprichosos. Y yo me pregunto, ¿a la gente con pareja nunca le apetece comer algo especial o comprarse unas playeras rojas e irresistibles?. Para comprobarlo voy a hacer un estudio de campo contando el número de bolsos de mis amigas con novio o marido y, si tienen más que yo, echo abajo la teoría.

Lo de que somos unos innovadores por conveniencia no sé cómo interpretarlo. Si hablar con tus amigos por el ordenador es ser un aprovechado (conveniencia: utilidad, provecho - el diccionario de la RAE dixit), pues vale, sí, lo somos y también estamos enganchados a Internet (esto no lo voy ni a discutir, porque luego alguien me dirá que qué coño hago escribiendo en un blog a la una de la mañana).

Respecto a que estamos forraos, preguntádmelo el día 20, que hoy sólo es 11 y todavía me quedan 9 días de irresponsable felicidad.

Sin embargo, lo mejor lo han dejado para el final. Somos románticos. Me ha encantado leer eso... sobre todo después de informar a través de un especie de sistema de inversos que el 60% de los solteros no disfrutan sus relaciones sexuales. Yo, una vez más en la inmensa minoría, disfruto con el sexo. Llamadme rara.

Y... volvedmelo a llamar, porque estoy soltera sí, pero nunca he estado sola.

lunes, 9 de abril de 2007

Seamos prácticos


Estoy insoportable. Desde que me he comprado el tomtom me da por medirlo todo. Y una de las fatídicas consecuencias ha sido que la vida útil de mi último fichaje –lo de útil, lamentablemente, es una forma de hablar- acaba de agotarse hace cinco minutos. He medido el espacio libre que hay desde el plato de ducha hasta el techo de mi cuarto de baño y son exactamente dos metros -y no, no he utilizado el tomtom-. Lo que dadas las circunstancias, el chico mide algo más de doscientos centímetros, hace imposible que se introduzca ahí y consiga hacer algo digno.
Así que tendré que seguir buscando. Cuánto daño hace el metro en las relaciones de pareja.

Entre pitos y dulzainas


Lo que son las cosas. Cuando me debatía entre grandes síes y algún no despistado sobre si ir a recorrer este verano México lindo y querido, resulta que alguien ha decidido por mí. Y nadie mejor que mi jefa para decir que vía libre, que Adelante. Y yo, que si algo tengo claro es el respeto al escalafón, he cerrado filas y me he embarcado en la aventura 2007. Pura disciplina.

Así que voy a empezar a plancharme el vestido de estarlete –el de serpiente emplumada se quedó hecho un asquito con tanto barro maya y tanta arenilla belizeña- y a decidir mi papel. El tema dulzainas ya está bien servido (qué os voy a contar), tambor y maza también tienen, los platillos me aturden, el tamboril es ya una institución… Había pensado optar por una navideña pandereta, pero no es época y a ver dónde encuentro yo una a estas alturas del año. Así que creo que me voy a decantar por unas tejoletas, ese bonito instrumento del folklor castellano, una especie de castañuela mucho más primaria, que consiste en dos trozos de teja que se entrechocan una con otra. Osease, pura caspa para no desentonar.

Aunque mi amigo Quizir, que fue quien me dio la pista, insiste en que para tocarlas hay que estar en tercero de Conservatorio, tener nivel y ser de Valladolid... yo con sólo mirarlas, me entra una inspiración sublime y ¡¡¡ya me salen los redobles!!!

domingo, 8 de abril de 2007

Domingo de resurrección


















"No todos los tesoros son de oro y plata, amigo"

(Capitán) Jack Sparrow

Me gustan los piratas. Me gustan porque llevan el pelo largo, y pendientes, y collares, y tatuajes de chicos malos. Me gustan porque están dorados por el sol, y porque huelen a salitre y beben ron. Pero, sobre todo, me gustan porque son buena gente - de mirada limpia - disfrazados de golfos, para dar una imagen de chicos malos que no corresponde con su interior de chicos buenos.

Así, de vez en cuando, viendo y escuchando a los piratas, recuerdas frases como la que inicia este post. Después lees a Api y te das cuenta, de que hay piratas de barrio, buena gente que se preocupa por llenarte el vaso, que brinda contigo y te ayuda con la brújula.

Con todo eso - qué gran tesoro - se presenta una primavera llena de aventuras. Esto sí que es un domingo de resurrección.

Api, ponemos rumbo al verano. Directas al objetivo, sin desviarnos...

Directa, al objetivo, sin desviarme


Ya tengo Tom Tom. Llevaba unos meses midiéndome con la Naturaleza que, aunque dicen que es sabia, a mí me hizo sin sentido de la orientación.

Algunas veces, sobre todo, cuando vas oyendo una canción que te gusta, sin atascos, con tiempo de sobra (ni me acuerdo cuando se dieron estos tres factores juntos por última vez) pues un pequeño despiste, un rodeo casual, puede tener hasta su gracia. Pero en mi caso no estoy hablando de eso. Podría dar muchos ejemplos, pero el que tengo grabado a fuego sucedió el 12 de diciembre de 2006, cumpleaños de La Negra. Yo tenía una cena rutera en Boadilla del Monte, así que enfilé hacia donde yo creía que era. Tenía mapa y hasta copiloto, más perdido que yo, todo sea dicho. Pero ni aun así. Cuando volví a mi casa, miré el cuentakilómetros: 120. Voy a hacer una comprobación sobre la marcha. Un segundo. Según mi ‘tomtom’ hay 22,6 km de ida y otros tantos de vuelta. Quizir: 45,2. Vamos, que casi tripliqué el recorrido, estuve dos horas para un trayecto que se hace en veinte minutos, tuve que pararme a preguntar en dos gasolineras, llegué tarde a la cena… Por no hablar de esas largas llamadas con La Negra o algún otro tomtom voluntario que me han ido guiando telefónicamente hacia mi destino. Y no era plan.

Así que ayer fui a comprar manzanas y al verlo allí ‘de oferta’ me arrebató la mente el espíritu consumista, decidí apadrinarlo y llevármelo conmigo. Y hoy he ido a casa de El Vecino que amablemente me ha instalado todo lo que hemos encontrado: los radares fijos, los móviles, los controles de alcoholemia y algo relacionado con semáforos que no sabemos exactamente qué es, pero que también va a pitar cuando me vaya a cruzar con alguno.

Y ahora estoy ansiosa esperando a que me surja un plan al que dirigirme directa, al objetivo, sin desviarme. Aunque para orientarse en estos casos ¿también servirá el tomtom? Vecino, rastrea por ahí, a ver si lo que pasa va a ser que nos falta algún driver, y por eso estamos todos un poco desorientados.

viernes, 6 de abril de 2007

Días de penitencia


Este año, por primera vez, me he quedado en Madrid en Semana Santa. La gira por las Américas me ha dejado un déficit de sofá importante y he preferido quedarme aquí, aunque en principio toda mi agenda huía del foro.

Ayer, Jueves Santo, día de recogimiento y resaca, cuando me estaba ajustando los tacones para poner rumbo a un botellón de penitencia … 2006 volvió a mí a través del móvil. El titiritero alehop, de feria en feria, me invitaba a ver su espectáculo en Madrid. Un auto sacramental “naif y moderno”, protagonizado por un Cristo de madera articulado, que, así a priori, sonaba duro. Tan duro que ni la fuerza de la amistad había conseguido que La Negra o Pepa la Loba me acompañaran a verlo (“Api, ¿sabes contar? Pues no cuentes conmigo”, me habían dicho primero una y luego otra). Así que me fui sola. La obra sólo está en el teatro La Abadía hasta el domingo, pero se va a poder ver en Alcalá de Henares, en el Festival de Almagro, y en algunos otros que ahora no recuerdo. Y merece la pena. Sobre todo por el trabajo de los manipuladores del Cristo –algo de lo que puedo dar ffffe- y por la interpretación de la protagonista, Elvira Cuadrupani.

Cuando acabó –al final el Cristo resucita, nada de teatro experimental- me metí en el papel de groupie para esperar a que salieran los artistas y felicitar. Y después de unos muy merecidos aplausos, piropos a dos bandas, fuertes abrazos, besos y reconocimientos, el tamborilero se calzó el traje de director y me ofreció un papel principal en su orquesta de ultramar. Y yo, que este verano había decidido quitarme de moscos y alimañas, ví ante mi la tentación hecha carne. Así que antes de acabar negando tres veces, cogí a León y corrimos hacia el extrarradio, por esos túneles tan Blade Runner que nos ha hecho Gallardón. Y allí estuve quemando La Madrugá, sin capirote, pero rodeada de una estupenda hermandad, hasta hace bien poco desconocida, de esas integradas por amigos del barrio de toda la vida, que al poco de conocerte te invitan a sus fiestas como si fueras uno más, que se preocupan de que estés bien, de que estés contenta, de que no tengas nunca el vaso vacío… y hacen que la noche se convierta en uno de esos momentos en que piensas que eso sí, y no lo de la Resurrección, es el auténtico milagro.

lunes, 2 de abril de 2007

Bien, bien y bien

Este post es sólo para decir que ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡voy a ser tía again!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

domingo, 1 de abril de 2007

El peluquero de Boadilla


Lo de que los argentinos son guapos no es un tópico. Es la pura verdad. Lo juro. Recién.
No es que a España vaya la mejor representacion. Buenos Aires es el reino de los cielos para las argentinófilas como sho.

Y esta tarde he visto a uno de estos dioses. Como hacía un tiempo de perros y ya habíamos dado el decimoquinto round a la ciudad, he decidido echar la tarde en una peluquería. A quitarme el rubio Gunilla, en principio. Pero visto lo visto he empezado por un tinte, para continuar con unas mechas, de ahí a un brushing, he seguido con la manicura, el arreglo de cejas, con tinte incluído... y ya solo me quedaba la pedicura. Y en esas estaba yo, esperando a que se me secara el esmalte de las uñas de los pinreles con los vaqueros remangados, cuando aparece Dios en la puerta y me dice: vos sos la que vive en Madrid? Ha sido talmente como si el esmalte se me hubiera subido a los ojos de lo que me relucían.

Resulta que el guapisisisisisimo se va el dia 19 de abril a trabajar a una peluquería de Boadilla del Monte -ya os contaré cuando me ha preguntado que qué estaba mas cerca de Madrid, si Boadilla del Monte o Portugal, tal cual-. Rápidamente le he deslizado una de mis tarjetas de visita "por si te puedo ayudar en cualquier cosa". El hombre andaba todo apurado porque tiene que llevar todas las herramientas en la maleta y tal vez le ponen pegas en la aduana, porque en principio va de ilegal. Yo, imbuída por el espíritu del buen samaritano, me he ofrecido a llevarle mañana en mi equipaje los peines -traeme los peines, Paco, traeme los peines-. Pero no va a poder ser porque necesita arreglarle el pelo a toda la familia antes de volar a España y no puede prescindir de las tijeras, el secador y las planchas.

En cualquier caso, le he dejado dicho que si cambia de opinion me puede encontrar en la habitacion 340 del Alvear Palace hasta las 10.30 horas de mañana. Así que os dejo, no vaya a ser que el cañón porteño este esperandome en la puerta con los rulos y las tenacillas.