lunes, 9 de abril de 2007

Seamos prácticos


Estoy insoportable. Desde que me he comprado el tomtom me da por medirlo todo. Y una de las fatídicas consecuencias ha sido que la vida útil de mi último fichaje –lo de útil, lamentablemente, es una forma de hablar- acaba de agotarse hace cinco minutos. He medido el espacio libre que hay desde el plato de ducha hasta el techo de mi cuarto de baño y son exactamente dos metros -y no, no he utilizado el tomtom-. Lo que dadas las circunstancias, el chico mide algo más de doscientos centímetros, hace imposible que se introduzca ahí y consiga hacer algo digno.
Así que tendré que seguir buscando. Cuánto daño hace el metro en las relaciones de pareja.

2 comentarios:

LaNegra dijo...

No me puedo creer que al final lo hayas hecho...
Dicho lo cual, añado: no me parece justo. Igual que los bajitos tienen derecho a existir (y ahí estoy yo esperándolos con los brazos abiertos y sin metro), igual digo, tienen derecho los altos... ¿queno cabe? pues que se agache... si él quiere, claro... pero no darle la oportunidad, eso me parece no solo mal, sino discriminatorio.
Los altos, también tienen sus derechos...

Api dijo...

He estado comiendo con O., quien también siendo práctica a su manera, me ha dicho que lo importante no es que quepa en la ducha, que a ducharse se vaya a su casa. Y, en eso, también tiene razón.