domingo, 18 de abril de 2010

Primos lejanos

3.25 h. de la madrugada y llego de una boda. Lamentablemente, los invitados eran mis Sres. Padres, y yo sólo he acudido allí en calidad de chófer. Y digo lo de lamentablemente porque, a pesar de ser en Santander, al llegar a la catedral, me he encontrado con que la boda estaba plagada de navarros de esos con pendientico y rastas que tanto me gustan a mi. Desde aquí os lo digo: definitivamente, el hecho diferencial se extiende al Reino de Navarra...

Sin embargo, cuando a la una de la mañana he llegado al Casino a recoger a mis progenitores y a saludar a una prima de mi padre a la que tenía ganas de ver desde hace tiempo, he descubierto que, además del material importado – gran calidad, sin duda – entre la familia había también algo que rascar...

En su impagable alegría etílica, la prima me ha presentado a todos los tíos de entre 20 y 40 de la familia, incluidos sus hijos. Antes de hacerlo me los había señalado de lejos “aquel es mi hijo el mayor, y el otro, el de al lado, el pequeño”. Como sospecharéis, yo rápidamente me había inclinado hacia el pequeño – de hecho lo había hecho ya en la escalera de la iglesia antes de saber que éramos familia – pero cuando, al cabo de un rato me ha cogido del brazo al grito de “ven, que te voy a presentar al solterón” y me ha plantado delante de semejante ejemplar,que aunque joven, ya no cumple los 25... he pasado un momento malo, malo, malo.

Porque claro, una cosa es estar en una boda vestida para matar y con varios vinos, champanes y gin-tonics encima, y otra aterrizar allí con americana sí, pero despeinada, con una camiseta de Fraggle Rock, los ojitos del revés después de haber visto una peli de acción en la fila 5 de un cine y, sobre todo, sobria.

La madre empeñada en repetirle que era la hija de su primo, y el chaval contestando que estupendo, pero que no me ubicaba y mientras yo, pues sonreía, a ver qué iba a hacer. Al final el chaval, grande, ante los oídos sordos – o más bien borrachos – de su madre, me ha mirao directamente a mi (ojos verdes tienes, ladrón...) y me ha dicho: “lo siento pero... ¿se supone que nos debemos conocer?, porque yo no me acuerdo...” Y ahí, en mi mejor oportunidad para desplegar todo mi encanto personal, abro la boca y digo: “no”.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¿Se os ocurre algo peor para ligar con el primito? A mi tampoco...

Así no es de extrañar que, cuando salía por la puerta del casino, el dj pinchara “So payaso”.

2 comentarios:

Federiko dijo...

Pues a los borbones les ha ido muy bien la interprimidad.

Welcome again Negra!!!!

Unknown dijo...

pues a mi me da como repelús la historia. igual es porque me pongo a repasar el percal familiar que tengo yo y ... tela. pq novios de primas o ex novios de primas no cuentan, no?