sábado, 20 de marzo de 2010

De veleros, novios y cambios de vida

Antes de empezar a escribir este post pido disculpas a posibles nuevos lectores, porque quizá no entiendan algunas cosas, y a los viejos por lo repetitiva que me pongo pero... os juro que no busco los post, ellos me encuentran a mi.

Hace un par de años escribí uno que se titulaba “Cambiar de vida” que surgió después de oír en la radio cómo una chica llamaba para preguntar qué tiempo iba a hacer el fin de semana en Levante porque – mira tú – justo ese sábado lo dejaba todo para irse con su novio en un velero a recorrer, de momento, el Mediterráneo y luego... quién sabe. Por aquellos días otro novio, mi ex novio concretamente, se embarcaba en otro velero para cruzar el Atlántico y después recorrerse, durante dos años y mochila al hombro, Brasil de cabo a rabo. Era 31 de marzo de 2008.

“Hace un año más o menos...” era el título del segundo post, el que surgió otro viernes por la tarde mientras conducía de Madrid a mi pueblo y la chica del cambio de vida volvió a aparecer en mi radio. Esa vez contaba que en realidad pasaba más tiempo en los puertos que navegando, pero que seguía en el barco y sobre todo, seguía feliz con su novio. A esas alturas el otro novio de esta historia, mi ex, ya no recorría Brasil. Los dos años habían encogido hasta convertirse en dos meses y las brasileñas en plural se habían transformado en andaluza en singular. Era 10 de marzo de 2009.

Si os acordáis de los post o los leéis ahora, os daréis cuenta de un detalle. De un año a otro todo el mundo había evolucionado menos yo. La chica del barco navegaba o atracaba, pero seguía con su historia. Mi ex había vuelto a pecar de bocazas, pero seguía con su vida y su nueva novia, y yo... yo me había vuelto a poner a régimen. Entre un año y otro la única que no había evolucionado había sido yo.

Pero, dieciséis días después de escribirlo, el 26 del mismo mes, me largaron del curro y, aunque entonces no lo sabía, yo también cambié de vida.

Como le explicaba un día a Api, yo no lo elegí, pero es lo que hay. Por mucho que cuando dentro de seis días se acabe mi año cuasi-sabático (lástima...) suene la flauta, encuentre un curro y vuelva a hacer lo que hacía antes (que fácil no está, pero yo mando currículums por si acaso), mi vida ya habrá cambiado. Cuanto más pienso en el despido, sus reconocidas improcedentes razones y la persecución posterior, más claro tengo que mi próximo lugar de trabajo pagará los pecados del anterior. Seré como esos tíos a los que dejó marcados la ex y lo pagan con la siguiente: le dedicaré todo mi tiempo y esfuerzo, pero nunca me lo acabaré de creer cuando me digan que me quieren. Supongo que las injusticias alumbran desconfianzas y, sabio refranero español, acabarán pagando justos por pecadores.

El caso es que, a pesar de la desilusión laboral que me invade y aún a riesgo de que con la prestación a punto de acabarse y aún sin curro en marzo de 2011 me tenga que comer estas palabras, he de agradecer a mi antigua empresa haber encontrado respuesta para las preguntas que me planteaba hace dos años y que no supe contestar hace uno:

- ¿sería yo capaz de dejarlo todo para seguir a un tío por el mundo?
Sí. Por supuesto necesitaría que él me dijera ven, pero ahora sé que lo dejaría todo.
- ¿sería yo capaz de echarme un año al mundo en plan Labordeta?
Sin duda. De hecho sólo me lamento de no tener más pasta para seguir haciéndolo.
- ¿sería yo capaz de irme a mi pueblo a vender cortinas?
A vender cortinas quizá, pero a no hacer nada un rotundo no. He descubierto que yo, confesa adicta a la pereza, no la disfruto cuando no es elegida sino impuesta y, además... ¡con la puñetera crisis no se vende un visillo!

Así que, aquí estamos un año más: yo (perdonad el egocentrismo narrativo) en pleno cambio de rumbo pero sin tener ni idea de hacia dónde, mi ex de viaje por Nepal y La India pero con novia y billete de vuelta, of course, (Javier, va por ti ;-), y la chica del velero... me pregunto qué será de ella y su holandés errante. Hoy es 20 de marzo de 2010.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aupa majas,

Tiempo hace que no entraba, y que gusto leer estos post.

Mi vida cambia pero no al ritmo que yo la marco; pero ya me sé el camino y lo disfruto.

Hoy, mientras mi mujer daba el pecho a mi bella retoño, dentro del coche, en un area de servivio de la autopista, yo observaba a un grupo de jovenes que se ha bajado de una furgo , y a pesar del viento y el frio se han comido unos bocadillos, preparardos in situ, que podian haber sido perfectamnete de atún con mahonesa.

Yo ya estoy retirado del circuito (y me pesa), pero que bien estoy (y me encanta).

Soy feliz.

Estimado hombre honrado que rasguña desde muy muy lejos.

LaNegra dijo...

Hola EHHQR!!
Siento la tardanza en contestar... lo leí hace días, pero mi relación con internet estos días es... "difícil". Vuelvo a leerlo ahora y me veo en la necesidad de jugármela con internet y con quien haga falta para decir que me encanta el final del comentario. Ese "soy feliz" transmite paz.
Enhorabuena!!