martes, 8 de mayo de 2007

¡Qué día tan grande!


Hay días como hoy en que una se levanta pelín acojoná... tiene el corazón ahí latiendo, pero no sabe muy bien qué va a ser de él.

Antes incluso de poner un pie en el suelo, sin haber salido de la cama, ha superado su primera prueba: enviar el mensaje de siempre - plagiado de Benedetti, claro - al único Pirata al que le he hincado el diente (con lo que a mi me gustan,¿eh?). No me ha temblado el pulso, he ido - gracias Api - directa, al objetivo, sin desviarme.

Segunda prueba: la respuesta del Pirata. Al grito de "todo un clásico", se ha lanzado al abordaje y aunque ha atacado con un irresistible beso, mi corazón se ha mantenido firme.

Tercera prueba: Lauren Miguel. De gira por las telefonica's me ha dejado sola, pero desde el otro lado, me ha dicho: "Negra, como tú sólo una, y al resto en la calle". Como escarpias se me han puesto... los pelos, y el corazón.

Cuarta prueba: las amigas. Sin encomendarse ni a dios ni al diablo, se han apuntado a la quinta prueba. Si hasta Api, que sólo de oler a hospital se pone así como... tristona, gritaba al otro lado, "te acompaño, te acompaño". Las amigas, no sé si me las merezco, pero está claro que las tengo. Y el corazón, encogidito, resistiendo.

Quinta prueba: la ecografía. Del corazón sí. Después de pasar por la báscula (dura prueba para cualquiera) y el momento talla tipo mili, una ecografía del coraçao. ¡Hasta me han dejao oírle! Es... extraño, suena como a agua, pero a mi me ha sonado a música celestial. Y cuando me han dicho que "la ventana", estaba bien, me han aumentado las pulsaciones. Y mi corazón ahí, dándolo todo.

Sexta prueba: la llamada de Mama. Antes de subirse al avión con más recorrido que ha cogido nunca, ha llamado para ver qué tal todo. Teniendo en cuenta su habilidad con los móviles... creedme que mi corazón también ha tenido lo suyo.

Séptima prueba: el cobijo. No hay corazón que resista al sol, y mucho menos al relente nocturno segoviano. Así que cuando Api me ha contado que tenemos posada, mi corazoncito se ha puesto a saltar (con la que hoy llevaba encima, el pobre) de purita alegría egoístona.

Octava prueba: ET. "eyyy", así ha empezado la última prueba de hoy. Otra ventana. En esta ET no preguntaba por su casa, sino por mi corazón, y me ha tocado la fibra. Es un sol ET: un tío con tremendo culo, la risa más contagiosa que he oído nunca, y, lo que más me gusta de él, la mirada limpia. Su preocupación me ha dejado el corazón boquiabierto...

Hay días como hoy en que una se levanta pelín acojoná... tiene el corazón ahí latiendo, pero no sabe muy bien qué va a ser de él.

Pero cuando el día termina y haces recuento, piensas:
"¡Qué día tan grande!".

3 comentarios:

Api dijo...

Y esto no ha hecho más que empezar!!!!

Sígueme al verano, directas, al objetivo, sin desviarnos.

Anónimo dijo...

POs yo me alegro de leerte por fin un texto puro de alegría y sin ese toque de realismo negativista tan tuyo. De verdad de la buena.
A disfrutar el finde.


El banderillero

LaNegra dijo...

Hola Banderillero!!!
Se hará lo que se pueda...
Tú besa al resto de la cuadrilla de mi parte ;-)