martes, 29 de mayo de 2007

Gambas congeladas

Vamos a ver, que veo yo al personal muy alterado con el Café de Colombia, así que vamos a ver si con una de gambas rebajamos la tensión...

He notado en los comentarios cierta tendencia (casualmente masculina, juraría) a considerar más o menos que Api estaba viendo cosas donde no las hay. Y aquí vengo yo a aclarar que no, que aquí espejismos los justos, aunque oasis, muchos menos (lamentablemente).

Aquí el compañero Byron (llamarle Lord, sería excesivo, y eso que soy fan de su prosa – su poesía yo es que no la he probao -) es de los que cuando tenía novia formal se dedicaban a visitar otros tálamos que no eran precisamente el del piso que pagaba a medias con ella , pero, como todos los de esa clase, cuando “se contrajo” dijo que nunca mais. Yo le di un año. Si mi memoria no me falla, la contracción fue en agosto, así que... esta vez gano la porra. “Si ha dicho que no”, pensaréis... Cierto. Pero, resulta que esta es la segunda vez que le monta a Api el mismo número circense de en tu casa (que no en la mía) y luego se echa atrás. Estoy segura de que a la tercera será la vencida, y yo ganaré la porra.

Y es que, queridos todos, por alguna extraña razón que no alcanzo a comprender pero en cierto modo envidio, los tíos tenéis una tendencia al corporativismo masculino que pa las féminas quisiera yo. Cuando alguna de nosotras comenta que algún tío arrima, pero no remata la faena, sois incapaces de reconocer que el tío en cuestión es el equivalente masculino a una calientapollas (¿lo veis?, el mundo está tan convencido de que eso no existe, que no tenemos ni palabra). Las posibilidades son dos: o nos hemos imaginado lo que no es, o fuimos nosotras las que al final dimos a entender que no.

Pero no. No siempre es así, y procedo a poner un ejemplo. El gambas. El artista antes conocido como Gurb, es el típico treintañero resultón que va de verbena en verbena presumiendo de su condición de macho ibérico. Un tipo raro, listo y bastante guapo. En definitiva, un buen candidato para un aquí te pillo aquí te mato. Y de eso precisamente se trataba. De quedar para echar un polvo y unas risas. Por ese orden.

El caso es que, desde que le conozco, le oigo proclamar a los cuatro vientos que él para eso siempre está dispuesto y, el día que yo también lo estuve, se lo hice saber. Por esa costumbre que casi todos tenemos de adornar los polvos con cenas, él me dijo que comprara unas gambas, nata, tallarines y caldo de pescado, que me iba a hacer una receta especial. “¿Y de postre?” dije yo. “De postre tú”, contestó él. Así que yo, en un derroche de imaginación, pensé lo mismo que habéis pensado todos.

Ni corta ni mucho menos perezosa, me lancé al super: tallarines, nata, caldo de pescado y... llegué a las gambas. ¿Frescas o congeladas? ¡Qué dilema! “Congeladas” pensé, “que el marisco en la nevera aguanta poco, y lo mismo no puede venir mañana”. Le debió de surgir algo gordo, porque no volví a saber nada de él hasta unos meses después, un sábado por la mañana, que de repente se acordó de que habíamos quedado. Le aclaré que el congelao había caducado y que desde ese momento, él pasaba a ser “el gambas” (*).

Mi teoría al respecto, es que de camino a mi cama, se encontró con otra que le entretuvo. Me parece bien, pero lo suyo es avisar. Pero... los tíos nunca que dicen que no a un polvo, ¿no?. Va a ser que es verdad... sólo lo posponen.

(*) Sí, se lo dije a la cara... pero nunca confesé que ahora cuando pienso en él me acuerdo de Rodolfo Langostino y su "Llevame a casa"

4 comentarios:

Javier dijo...

Vaaale, los hombres somos unos viciosos oportunistas, unos egoístas empedernidos: cuando queremos tener un sexo bueno, buscamos una mujer que esté buena; cuando queremos tener sexo con alguien a quien queremos, nos masturbamos.

LaNegra dijo...

Vamos a ver...
¿he dicho yo en algún momento que seáis viciosos y oportunistas?
no, no, no
yo sólo he dicho que perdéis fuerza por la boca, y que vuestra afirmación de que un polvo es un polvo y hay que echarlo... no siempre es verdad.
Vamos, que a veces parecéis tías...

Anónimo dijo...

"Vicioso" es otra de esas palabras contaminadas por su etimología. Salvo en su acepción 6 (y con ese matiz del "exceso") y en la 11, en todas ellas lleva connotación negativa.

vicio.(Del lat. vitĭum).

1. m. Mala calidad, defecto o daño físico en las cosas.

2. m. Falta de rectitud o defecto moral en las acciones.

3. m. Falsedad, yerro o engaño en lo que se escribe o se propone. Vicios de obrepción y subrepción.

4. m. Hábito de obrar mal.

5. m. Defecto o exceso que como propiedad o costumbre tienen algunas personas, o que es común a una colectividad.

6. m. Gusto especial o demasiado apetito de algo, que incita a usarlo frecuentemente y con exceso.

7. m. Desviación, pandeo, alabeo que presenta una superficie apartándose de la forma que debe tener.

8. m. Lozanía y frondosidad excesivas, perjudiciales para el rendimiento de la planta. Los sembrados llevan mucho vicio.

9. m. Licencia o libertad excesiva en la crianza.

10. m. Mala costumbre que adquiere a veces un animal.

11. m. Cariño, condescendencia excesiva, mimo.

12. m. Sal. Estiércol, abono

Y yo digo que sí, si no lo habías dicho tú lo digo yo, los tíos en abrumadora mayoría somos absolutamente viciosos en lo que al sexo respecta. Muchas tías también lo son/sois, y está muy bien que así sea.

Por lo demás, y dejando al margen el caso particular de Byron, hay que asumir las derrotas (creo que el caso "gamba" es tal y el apelativo que mejor le definiría es el de irrespetuoso por no acudir a una cita, fuere el objetivo el polvo o fuere quedar a tomar un trinaranjus, por no avisar), tenéis que comprender que aún con esa pulsión que nos lleva al Vicio no siempre es el objetivo de una cita con una chica empalarle contra el colchón, y que igual que hay cosasquepasanyotrasqueno, hay tíos que sí y tíos que no.

Dicho lo cual, y retomando tu comentario acerca de la inexistencia del término equivalente en masculino a "calientapollas", éste existe aunque quizás no reconocido por la RAE, ni siquiera reconocido por el diccionario de jerga de Mamoncín. Yo conozco un caso de calientacoños, teórico y práctico, ejerce de tal, así se autodefine y se regocija en ello. Y yo de mayor quiero ser como él.

Saludos,
FedeRiko

LaNegra dijo...

Gracias FedeRiko, por estas aportaciones lingüísticas... empezaré a utilizarles ipso facto.

pd. yo, en petit comité, les llamaba "otro caso de Calendarores Cuesta" por cierto affaire de antaño... ¿O debería decir derrota? Meditaré al respecto.