viernes, 21 de diciembre de 2007

Se acaba un año, un edificio, una época…


Hoy es mi último día de trabajo de este año. Y en este edificio. Durante toda la semana hemos estado apenas cinco personas en un edificio para más de 200, rodeados de mesas vacías, de restos de un naufragio y de cajas de mudanza…

Anoche estuve en casa haciendo bolsas, maletas, hasta el carro de la compra lo he llenado de regalos. Regalos que no sé dónde poner porque tengo el maletero lleno de cositas desde hace días. El final de año ha sido agotador, igual que lo fueron las últimas semanas antes de las vacaciones de verano.

Volveré a dar señales de vida desde el pueblo. Llegan en este momento los chicos de mantenimiento, tenemos que cerrar los ordenadores, llegan los de la mudanza…

Felices días.