miércoles, 28 de marzo de 2007

Pa' habernos matao

Esta noche diluvia en Buenos Aires.

La ciudad porteña, nuestro último destino en la gira por el cono sur, nos ha recibido con lluvia y, para completar la estampa, el taxista nos ha amenizado el viaje hasta el hotel Alvear con tangos instrumentales. Sólo hemos tenido tiempo de dar un paseito por la Recoleta, así que ya iré ampliando periplo.

El segundo vuelo de hoy (Santiago-Buenos Aires) ha sido probablemente uno de los peores que recuerdo, con tormenta y sobrevolando los Andes ... (¿sabiáis que a este lado del mundo a los alpinistas se les llama andinistas?) las turbulencias de arriba hacia abajo y viceversa se mezclaban con las de derecha a izquierda. Unas risas.

Lo que me sorprende es que me muero de miedo en los aviones -en los despegues y cuando hay turbulencias-, pero luego me crezco en situaciones aparentemente más peligrosas. Ayer, por ejemplo, me tiré cinco veces en el canopy mas alto de Sudamérica -noventa metros de caída, en la reserva de Huilo Huilo, a las puertas de la Patagonia chilena- y sólo me ponía nerviosa cuando en medio de la tirolina -con una longitud de cuatrocientos y pico metros de vellón- perdía el rumbo y mientras daba vueltas y trataba de recuperar el impulso, miraba para abajo y pensaba que para que c. serviría el casco que te obligan a ponerte, porque a esas alturas un mal fallo y no te encuentran ni el ADN.

Marcho a la cama a ver si me recupero de tanta emoción.

besos

PD. Prometo poner foto en cuantito llegue a Madrí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uff, miedo me da coger aviones y ya leyendo esto..., menuda aventura. un saludo desde España-Almeria.

Api dijo...

bah, no te creas que luego le ves la cara a estos chicos de aqui y se te pasan todas las penas.

para penas la mas negra que me va a entrar a mi el domingo cuando tenga que volver para alla.