jueves, 29 de marzo de 2007

Cosas del bandoneón


Buenos Aires tiene duende. Y eso unido a mi desbordante sexto sentido, que tantas veces me ha llevado de cabeza al desastre, hizo que ayer en una taberna remota y enana de Buenos Aires, miré a la mesa de al lado y como la niña del exorcista dije a mis compañeros de viaje: la pareja de aquella mesa es vasca y recién casada. Risas, bromas, Amparo se te va la pinza, no bebas más Quilmes... lo típico. Tengo que decir que no les oía hablar, así que el acento no era una pista.

En un momento en que el chico me miró le dije: ¿tú eres vasco, no? alucinado, asintió. De Escoriaza, me dice, un pueblo de Guipuzcoa, pero para comprar y el cine, y esas cosas vamos a Vitoria. (sic).

De ahí pase al ¿qué hacen unos chicos de Escoriaza por aquí? Respuesta de la chica: Estamos de luna de miel.

Vaaaaaaaaaaaaaaale, reconozco que les brillaban mucho los anillos, pero desde entonces mis dos acompañantes me miran de otra manera. Huelo el miedo. No saben que son cosas del bandoneón.

2 comentarios:

LaNegra dijo...

Api, que nos conocemos... y me asalta a mi una duda...
¿El de Escoriaza no te miraría porque no le quitabas ojo??

;-)

Api dijo...

No, no, no. Era demasiado joven para mi. Le reconoci por su forma craneal, claramente vasquiforme.