martes, 29 de diciembre de 2009

Otro año que se acaba, otro año que empieza

Olvidados no, pero abandonados sí que os tengo, lo sé. De verdad siento no haber escribir más a menudo pero mis últimas semanas han sido demasiado “intensas”: he dormido poco, he pasado poquísimo rato delante del ordenador y los post se me ocurrían en la cama antes de dormir, pero amanecían diluidos entre el cansancio, los sueños o pesadillas – que de todo ha habido –, los recuerdos y los propósitos de enmienda.

Total, que por unas razones u otras las últimas semanas he vivido un montón de cosas muy intensas pero de esas que me guardo para mi. Ya os lo he contado alguna otra vez: para mi la intimidad no es decir la palabra follar en alto, para mi la intimidad es otra cosa. Esta cosa.

Ahora me voy a Italia a pasar la Nochevieja y no sé si tendré conexión, por eso os escribo ahora, para desearos que 2010 os traiga un montón de cosas buenas, de tranquilidad (este deseo es especialmente para Api), salud, suerte, amor(es) de todo tipo, si puede ser también dinero y... no sé...

Para mi, y a pesar de sus desgracias, 2009 ha sido uno de los mejores años de mi vida, lleno de experiencias y sorpresas, así que a 2010 le voy a pedir un poquito más, que para eso lo tengo ahí delante sin estrenar...

Cada día estoy más convencida de que no hay que conformarse con lo bueno, hay que querer lo mejor.

A ver si se me dan bien las lentejas ;-)

¡¡¡¡FELIZ 2010!!!!
Nos vemos a la vuelta.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El club del Gourmet

De lunes a viernes para mi la hora de la comida es toda una experiencia a pesar de que, lamenta- blemente para mi, no tiene nada que ve con el sentido del gusto. Os pongo en situación: los diez irlandeses, el rumano y mi menda, sentados en el suelo enmoquetado de un edificio de oficinas lleno de abogados de esos que aún llevan peluquín blanco y chorreras sobre la toga. Vamos, que somos los parias del edificio. La comida nos la doblamos allí tiraos, de cualquier manera, cada uno donde puede. Hay tres sillones y para el resto, moqueta a libre elección.

El caso es que, en medio de esa tristeza gastronómica, mis compañeros irish tienen la capacidad de disfrutar con la comida, dato este que no deja de asombrarme por mucho que lleve comprobándolo tres semanas seguidas. Los comensales nos dividimos entre los que nos llevamos el sándwich de casa (y si eres irlandés, además sueles aderezarlo con una sopita de sobre), y los que bajan al Spar a comprárselo. Yo era de las segundas pero, después de pagar 4 euros largos por el sándwich más asqueroso del mundo, me cambié. Sin embargo, los abonados a la comida “casera” somos minoría, por lo que lo habitual es que cuando nosotros estamos acabando, llegue la masa con sus adquisiciones, y ahí comienza la acción.

Los menús suelen ser: sándwich y bolsa de patatas fritas, o sopa (siempre acompañada de pan con mantequilla) y patatas fritas tipo a las de luxe del McDonalds, o como mucho, tallarines al wok. Vamos... pa echar a correr, pero pa’l otro lado. Sin embargo, ellos se lo comen con auténtico entusiasmo, disfrutando cada mordisco o cada sorbo de sopa, en la que untan el pan con mantequilla alegremente – la variedad mojo el sándwich entero en la sopa no tiene desperdicio - y sin dejar de comentar con la boca llena, lo buenísimo que está todo. Pero, la cosa no acaba ahí, no. No contentos con eso, se interrogan unos a otros:

- How is the Marco Pollo? (nombre de una de las “especialidades” del Spar)
- DELICIOUS!!!

¿Delicious?, amos no me jodas, ¿cómo puede estar delicious un puto sándwich al que le han echado los ingredientes a granel y mirando para otro lado? Eso no es que el sándwich esté bueno, eso es que no se ha comido nunca nada mejor, y claro, ya dice siempre mi madre que la ignorancia es muy atrevida.

Comer les gusta, tanto como a mi o más – una de sus conversaciones preferidas los lunes es comentar el precio y la variedad (por ese orden) de los restaurantes de 3x1 a los que van los fines de semana -; si miras a los lados por la calle, da igual la hora del día o de la noche, siempre ves a alguien comiendo; y, en mi opinión, sus platos típicos, tipo el Shepards pie (pastel de carne) o el Stew (estofado de patatas, carne y verduras) está cojonudos. El problema es que no tienen mucho más donde elegir y claro así cualquier cosa te parece bien. Hasta yo estoy cayendo en la trampa: el viernes el sándwich de paté y queso me pareció un manjar comparado con el habitual jamón y queso.

Lo veo. Al final me vendré arriba y acabaré diciéndole a Api que como al champán le van muy bien las aves, marcho pa su casa con un pollo de Casa Mingo para acompañar un Cliquot...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La imaginación al poder

Lo del Gambas es mucho para un día. Para lo que no os acordéis de él, es el artista antes conocido como Gurb que, aproximadamente una vez cada año y medio, intenta echarme un polvo, con distinta suerte según mi estado de ánimo (o de contabilidad, que todo suma).

En fin, el caso es que, en un derroche de imaginación después de ver mi nick en el messenger (llamadle listuco si queréis) hace unos quince días se enteró de que estaba en Irlanda y empezó a insinuar que podía venir a visitarme. Y yo, siguiendo la línea que él tan bien sabe marcar, simplemente me hice la loca. Esta tarde, estaba escribiendo un post (ya lo subiré mañana) cuando de repente....

el Gambas dice:
Sláinte!!!*
LaNegra @ Dublin dice:
Cheers*
qué tal?
el Gambas dice:
no me acordaba q estabas en dublin, si lo llego a pensar m saco un billete
jajaj
que tal?
frio?
LaNegra @ Dublin dice:
no te puedes imaginar cuánto
voy a rejuvenecer la hostia con este frío
tengo la piel en conserva
y por ahí?
el Gambas dice:
frio, pero sin la humedad del shannon
dnd vives?
sola?
LaNegra @ Dublin dice:
no
vivo en Monkstown,
un barrio de Dun Laogharie
a 20 minutos en tren del centro
con tres tíos
el Gambas dice:
pff
2 italianos y un griego?
LaNegra @ Dublin dice:
casi
dos italianos y un irlandés
tenemos toque local
el Gambas dice:
ves, típico
uno con gafitas del norte, turin y otro pelo rizado de toscana?
LaNegra @ Dublin dice:
jajaja
no exactamente
uno es del norte pero ni lleva gafitas ni es de Turín
y el otro tiene el pelo rizado pero es más del sur que la Toscana
el Gambas dice:
no te lies eh
LaNegra @ Dublin dice:
con quién?
con el irlandés?
el Gambas dice:
con los 3
tarde?
LaNegra @ Dublin dice:
no, aquí es una hora antes
el Gambas dice:
ay ay
ya te has liado
si es queeee
LaNegra @ Dublin dice:
qué hubieras hecho tú?
dejar a las italianas volver a la toscana vivas?
o no pobrar el producto local?
el Gambas dice:
a quien le diste?
a los 3?
LaNegra @ Dublin dice:
lo dejo a tu imaginación
así te lo pasas mejor
el Gambas dice:
calla calla
que estoy todo el día en casa y me la ******
LaNegra @ Dublin dice:
pues sal a la calle a buscar
el Gambas dice:
a buscar a 3?
jajaj
LaNegra @ Dublin dice:
que en casa todo el día se vuelve uno loco
tú empieza por una y el resto ya llegará
el Gambas dice:
ya ya
mira a ver si alguna amiga aloja a españolitos para unos días
jj
LaNegra @ Dublin dice:
últimamente me relaciono poco con el sexo femenino... pero ya me enteraré
el Gambas dice:
ya claro, teniendolo en casa
LaNegra @ Dublin dice:
ya te digo, que hace mucho frío y salgo poco
no es como en verano
que me relacionaba más

A partir de aquí, yo me he despedido y él me ha soltado algo soez en italiano para que me lo traduzca el de la Toscana....

Pero a lo que iba... ¿vosotros habéis leído que yo en algún momento haya dicho que me he liado con alguno de mis compañeros de piso? No, ¿verdad? Simplemente he omitido decir “no”, pero eso da igual. Las Gambas es lo que tienen... que se calientan en un tris, no hace falta casi ni darles aire. Vale... un poquito sí que he abanicao, pero es que... yo soy una perra confesa, y él me lo pone taaaan fácil...

A veces para tener una buena historia sólo hay que echarle imaginación.


* Sólo por si os lo preguntabais:
Sláinte es el brindis en gaélico y cheers en inglés-irlandés.


*NOTA: he editado el texto dos días después de su publicación, sólo para quitar una parte que, como bien dice uno de nuestros lectores, podría estar atentando contra la privacidad de El Gambas (siento ponerme tan seria :)

martes, 1 de diciembre de 2009

Mi nombre es Yasuri, Yasuri Yamileth, te metes conmigo te saco la gillete

en un par de ocasiones, el relojero me ha contado que él fue precursor en su cuadrilla a la hora de digamos recortarse los bajos. perdón si ofendo a alguien, pero son más de las diez de la noche y esto ya es horario de mayores. total, que yo quedé henchida de orgullo por tener un novio tan top.
por no entrar en detalles, resumiré. hace dos o tres semanas me reuní con la famosa cuadrilla 'de los bajos recortados' para ver un partido en casa de uno de ellos. y ahí llegó la novia de otro explicando (los de alcorcón semos así) que se estaba haciendo la depilación láser en las ingles y que lo primero que tienes que hacer es un dibujo de cómo lo quieres. ella había optado, ante el estupor de todos, por el billete de metrobús de madrid. para los que no seais usuarios es un cartoncillo rectangular de dos por cuatro aprox.
y aunque yo soy de natural bien pudorosa, una vez entrados en materia, que allí todo el mundo preguntaba sobre posibles dibujos y otras virguerías... saqué el tema. animada por la pizza barbacoa y los detalles de la terremoto de alcorcón comenté que ya me había dicho ndru que gracias a él todos se recortaban los bajos. momentos de gran tensión. allí no hablaba ni dios. yo miraba a ndru y éste se iba poniendo colorao y negaba con la cabeza. y yo insistía. y todos callaban y negaban. incluso hubo quien comentó que "para rato me voy yo a cortar los pelos de los mismos". y sonó a cromañón, pero todos aseguraban estar de acuerdo con él. mientras, las novias callaban. menos yo. luego fui recriminada. todavía no entiendo por qué.

este año la navidad llega más tarde

hoy me ha llegado el primer mail con propuestas sobre qué hacer en San Valentín (dentro de dos meses y medio) y entonces he caído en la cuenta de que ¡¡todavía no ha llegado ningún crisma al trabajo!! otros años a mediados de noviembre ya empezaban a llegar las postalitas que algunos iban colgando de paredes y armarios, para fomentar el espíritu navideño en un sitio en el que el único espíritu que yo veo es más bien tirando a negro. pero este año no hay ni rastro, ni en mi negociado en los de alrededor. hoy incluso me ha llegado una tarjeta de visita del director de una de las agencias de comunicación más potentes de la capital donde ponìa que me deseaba lo mejor para 2010. así, con bolígrafo y supongo que escrito y firmado por la becaria, que ya no tenemos ni para secretaria. el mismo que el año pasado me regaló un bolso de gucci.
este año la navidad llega más tarde. o no llega. y se agradece.

¡Adjudicado!

Supongo que una de las cosas buenas de estar viviendo en un sitio donde ni tienes raíces ni piensas echarlas, es que no te cortas por nada y cualquier cosa que te proponen te parece bien. Hoy por ejemplo, IlBello et moi nos hemos puesto nuestras mejores galas (léase, debajo del jersey, camisa él y, encima, pañuelo yo) y, a pesar de que eran sólo las seis de la tarde y ya estaba helando, nos hemos echado a la calle.

La verdad sea dicha... nos han pasado a recoger en coche. Un Audi A4 azul oscuro, tapizado en cuero blanco. “Not bad”, como dicen por aquí. Al volante The English Man in Dublin, uno de nuestros teachers del verano. Un inglés con cara de ratón, un poco estirado – como todo inglés que se precie de serlo, y éste es hincha del Chelsea -, pero también muy borracho y bastante salao. Ahí que nos hemos montado y en un periquete estábamos en la zona pija de Dublín dispuestos a acudir ni más ni menos que a una subasta de arte.

Lo que os digo, que aquí todo te parece bien, y esto, de hecho me ha parecido curiosísimo. Imaginaos el típico edificio british, con grandes columnas en la entrada, bonitos suelos, y mucha parafernalia, en el que, al final de la escalera enmoquetada – of course – hay una sala enorme donde un montón de gente está pujando en plan película. A todo esto, que para eso estamos en el siglo XXI, si no querías estar dentro para no acabar de los nervios por no poder retirarte el pelo de la cara sin que el fulano crea que estás pujando, en la antesala, había unas mesitas muy agradables donde te podías tomar un té con pastelitos y ver cómo iba la cosa en una tele de plasma. Y ahí nos hemos adobao, viendo como el tío decía eso de “¿alguien da más?” y “¡adjudicado!”. Como reyes, oiga.

Vale, pero... ¿qué hacía ahí LaNegra?, os preguntaréis. Pues, aunque pudiera parecerlo, no era sólo por el te caliente... resulta que el teacher es – o hasta hoy lo era – dueño de una litografía que Francis Bacon hizo para la etiqueta de un vino y, aprovechando que es el centenario de su nacimiento y que el Liffey pasa por Dublín, el tío lo ha puesto a la venta y se ha sacao unos mil quinientos euros del ala. Tan inglés y flemático él, estaba de los mismos nervios mientras a IlBello y a mi no nos lo daba para aguantarnos la risa.

Pasado el trago, nos hemos ido a un pub a regarlo, pero... “as you know, I don’t drink on Mondays”, así que, mientras The Englishman in Dublín se tomaba un agüita con gas, IlBello y yo seguíamos con el intento de entrar en calor a base de café con Baylis y chocolate caliente.

De vuelta a la sala, la emoción ha sido menor... sólo un momento álgido cuando, a petición del teacher y tras negarme yo, IlBello se disponía a pujar por la última pieza de la noche. Lamentablemente, el precio de salida era superior a lo que The English Man estaba dispuesto a ofrecer. Así que, acabada la función, hemos vuelto a la cruda realidad: carne de oferta del Tesco para cenar en el iglú. Eso sí, el viaje ha vuelto a ser en Audi y, entre ir y venir... que nos quiten lo pujao ;-)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

¡So payasa!

Hasta la universidad, siempre que un profesor hacía una pregunta – o lo que es lo mismo, había que hablar en público - me escondía tipo avestruz para que no me mandaran hablar. Al final casi nunca libraba, porque aunque a mi no me lo pareciera, mi camuflaje debía ser bastante malo. Lo único bueno de entonces es que en el 99% de las ocasiones sabía la respuesta, con lo cual, cuando finalmente me obligaban, al menos sabía qué decir.

Pero después de la universidad se me ocurrió hacer un máster ni más ni menos que de radio y, de pronto, en una clase de 30, estaban 29 personas a las que no les imponía en absoluto hablar en público y luego estaba yo, acojonada. Así que la primera vez que me tocó prueba de micrófono, sin escapatoria posible, y seca de ideas, se me ocurrió que mejor no ponerse profunda, no fuera a ser... Llamé a mi madre – que sólo hay una – y le pedí la receta del cocido montañés y al día siguiente me la marqué frente al micro con dos cojones y, ahora lo veo claro, muy poca vergüenza.

Os podéis imaginar que nadie más recurrió a un truco tan facilón. La gente escribió sobre sus sentimientos, sus experiencias, política, cultura,... y yo sobre alubias, berza, chorizo, morcilla, tocino... Me sentí la payasa oficial de la clase, pero el truco funcionó, aunque sólo fuera por el factor sorpresa.

Hoy lo he vuelto a hacer. Tenía que hacer un speech de dos minutos más o menos, a elegir entre My favourite day, Public Transport, I love... o They should be banned... (a saber, Mi día favorito, Transporte público, Me apasiona... o Deberían prohibir...) y voy yo, me pongo de pie, recibo un bonito aplauso y les cuento en inglés tipo indio que deberían prohibir los paraguas en Madrid – es una de mis frases favoritas cada vez que llueve, y aquí la recuerdo mucho, como os podréis imaginar - porque los madrileños no saben usarlos y, si no, la mitad de la población se va a quedar tuerta. Al final me han aplaudido otra vez, no sé si por pena o porque les ha impresionado que supiera decir tuerto. Lo que os digo... lo mismo a la vuelta los de Payasos sin Fronteras tienen algo para mi. Voy a empezar a buscar nariz, aunque con el frío que hace en esta casa igual no me hace ni falta... la llevo roja de serie.

martes, 17 de noviembre de 2009

Creída

No sé si a vosotras os pasaría, pero cuando yo era pequeña e iba a la escuela “creída” o “chula” eran los dos peores insultos que te podían decir. Si te llamaban tonta, gorda, torpe, idiota, incluso si te llamaban gilipollas (que era pecado), no te sentaba ni la mitad de mal que si te llamaban “creída” (o “chula” si se usaba como sinónimo). La frase “es una creída, está todo el día haciéndose la chula” era una declaración de guerra resumida en diez palabras. Decir eso era decir que esa no era tu amiga, ni lo iba a ser, y te granjeaba la simpatía de todas aquellas que pensaban como tú. En mi caso, la reservaba para aquellas que me caían especialmente mal porque se “creían” más guapas que el resto. Aún hoy, aunque ya no uso ninguno de esos “insultos”, me vienen de cuando en cuando a la cabeza cuando veo a la típica guapita de cara que se cree más que el resto por ser así. No me malinterpretéis, no me caen mal las guapas, sólo las que se creen guapas, independientemente de que lo sean o no, porque, una cosa es saberlo y otra creerlo. El matiz es sutil pero marca la diferencia.

Para que os hagáis una idea de lo fuertes que resultaban y de la distancia que se establecía entre ellas y tú, os diré que al pensar en esas dos palabras siempre me viene a la cabeza un nombre concreto: S.S. Todavía ahora, casi 30 años después, cuando nos encontramos por la calle hacemos como que no nos hemos visto, incluso cuando entro a comprar a la tienda que comparte con su hermana (afortunadamente ella es sólo socia capitalista). Soy clienta, no amiga. Nunca reñimos, pero nunca nos caímos bien. Por lo visto, hay cosas que marcan para siempre.

El caso es que hoy, venía de Dublín hacia casa en el tren pensando en mi semana de clase, y me he sorprendido (y no gratamente) por primera vez en mi vida pensando en mi misma como en una creída. Una chula que pensaba que por hablar inglés de aquella manera con españoles e italianos, que por haber sido capaz de mantener una conversación más que fluida con una australiana iba a llegar aquí y lo iba a entender todo. Una que daba por hecho que tendría problemas para hablar, pero no para entender. Pero va a ser que no. Va a ser que mi autoestima estaba por las nubes al final del verano y que en España era muy difícil que mi fluidez con el castellano me la bajara.

A la creída aquí presente se le han caído los palos del sombrajo a la primera de cambio. No entiendo a los fucking irish, parece que tienen algo en la boca que no quieren que se les salga cuando hablan. Para decir hola ellos no dicen “jay”, no, ellos dicen “jayooo”, que parece que John Wayne va a bajarse del caballo justo en ese momento. El “very much” pronunciado tal cual (con u) lo superé en el verano, pero si de verdad consigo hacerme con ello y no muero antes de navidad, no me tengáis en cuenta que llegue diciendo “Yesús Kraist!!!!”, blasfemia que les encanta y que a mi me da la risa. Son capaces de decir eso y “pretty much” (también con u) dos mil veces en una conversación. El problema es que es lo único que yo les pillo.

Así que, amiguit@s, moraleja: la chulería pasa factura. Ahora que, yo salgo de aquí speaking English como que me llamo Negra. Pa’ chula yo.

LaNegra recorded from Ireland
Viernes, 13.Noviembre.2009