martes, 1 de diciembre de 2009

¡Adjudicado!

Supongo que una de las cosas buenas de estar viviendo en un sitio donde ni tienes raíces ni piensas echarlas, es que no te cortas por nada y cualquier cosa que te proponen te parece bien. Hoy por ejemplo, IlBello et moi nos hemos puesto nuestras mejores galas (léase, debajo del jersey, camisa él y, encima, pañuelo yo) y, a pesar de que eran sólo las seis de la tarde y ya estaba helando, nos hemos echado a la calle.

La verdad sea dicha... nos han pasado a recoger en coche. Un Audi A4 azul oscuro, tapizado en cuero blanco. “Not bad”, como dicen por aquí. Al volante The English Man in Dublin, uno de nuestros teachers del verano. Un inglés con cara de ratón, un poco estirado – como todo inglés que se precie de serlo, y éste es hincha del Chelsea -, pero también muy borracho y bastante salao. Ahí que nos hemos montado y en un periquete estábamos en la zona pija de Dublín dispuestos a acudir ni más ni menos que a una subasta de arte.

Lo que os digo, que aquí todo te parece bien, y esto, de hecho me ha parecido curiosísimo. Imaginaos el típico edificio british, con grandes columnas en la entrada, bonitos suelos, y mucha parafernalia, en el que, al final de la escalera enmoquetada – of course – hay una sala enorme donde un montón de gente está pujando en plan película. A todo esto, que para eso estamos en el siglo XXI, si no querías estar dentro para no acabar de los nervios por no poder retirarte el pelo de la cara sin que el fulano crea que estás pujando, en la antesala, había unas mesitas muy agradables donde te podías tomar un té con pastelitos y ver cómo iba la cosa en una tele de plasma. Y ahí nos hemos adobao, viendo como el tío decía eso de “¿alguien da más?” y “¡adjudicado!”. Como reyes, oiga.

Vale, pero... ¿qué hacía ahí LaNegra?, os preguntaréis. Pues, aunque pudiera parecerlo, no era sólo por el te caliente... resulta que el teacher es – o hasta hoy lo era – dueño de una litografía que Francis Bacon hizo para la etiqueta de un vino y, aprovechando que es el centenario de su nacimiento y que el Liffey pasa por Dublín, el tío lo ha puesto a la venta y se ha sacao unos mil quinientos euros del ala. Tan inglés y flemático él, estaba de los mismos nervios mientras a IlBello y a mi no nos lo daba para aguantarnos la risa.

Pasado el trago, nos hemos ido a un pub a regarlo, pero... “as you know, I don’t drink on Mondays”, así que, mientras The Englishman in Dublín se tomaba un agüita con gas, IlBello y yo seguíamos con el intento de entrar en calor a base de café con Baylis y chocolate caliente.

De vuelta a la sala, la emoción ha sido menor... sólo un momento álgido cuando, a petición del teacher y tras negarme yo, IlBello se disponía a pujar por la última pieza de la noche. Lamentablemente, el precio de salida era superior a lo que The English Man estaba dispuesto a ofrecer. Así que, acabada la función, hemos vuelto a la cruda realidad: carne de oferta del Tesco para cenar en el iglú. Eso sí, el viaje ha vuelto a ser en Audi y, entre ir y venir... que nos quiten lo pujao ;-)

3 comentarios:

Api dijo...

yo nunca he ido a una. tiene que ser curioso.
por IlBello se podía pujar?

LaNegra dijo...

jajajaja

era sólo arte irlandés esta vez... para la próxima lo mismo pienso una oferta...

LaNegra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.