
Pero después de la universidad se me ocurrió hacer un máster ni más ni menos que de radio y, de pronto, en una clase de 30, estaban 29 personas a las que no les imponía en absoluto hablar en público y luego estaba yo, acojonada. Así que la primera vez que me tocó prueba de micrófono, sin escapatoria posible, y seca de ideas, se me ocurrió que mejor no ponerse profunda, no fuera a ser... Llamé a mi madre – que sólo hay una – y le pedí la receta del cocido montañés y al día siguiente me la marqué frente al micro con dos cojones y, ahora lo veo claro, muy poca vergüenza.
Os podéis imaginar que nadie más recurrió a un truco tan facilón. La gente escribió sobre sus sentimientos, sus experiencias, política, cultura,... y yo sobre alubias, berza, chorizo, morcilla, tocino... Me sentí la payasa oficial de la clase, pero el truco funcionó, aunque sólo fuera por el factor sorpresa.
Hoy lo he vuelto a hacer. Tenía que hacer un speech de dos minutos más o menos, a elegir entre My favourite day, Public Transport, I love... o They should be banned... (a saber, Mi día favorito, Transporte público, Me apasiona... o Deberían prohibir...) y voy yo, me pongo de pie, recibo un bonito aplauso y les cuento en inglés tipo indio que deberían prohibir los paraguas en Madrid – es una de mis frases favoritas cada vez que llueve, y aquí la recuerdo mucho, como os podréis imaginar - porque los madrileños no saben usarlos y, si no, la mitad de la población se va a quedar tuerta. Al final me han aplaudido otra vez, no sé si por pena o porque les ha impresionado que supiera decir tuerto. Lo que os digo... lo mismo a la vuelta los de Payasos sin Fronteras tienen algo para mi. Voy a empezar a buscar nariz, aunque con el frío que hace en esta casa igual no me hace ni falta... la llevo roja de serie.
1 comentario:
ves como si te entienden, tom tom-a? yo hubiese elegido sin duda el transporte público, que me pone mucho más. me acuerdo de gallardón y se me sube la bilis.
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