viernes, 31 de octubre de 2008

Cosa de brujas

Pues... no sé si será porque esta noche es Halloween o porque realmente lo soy... pero mi último vaticinio se ha cumplido...

En mi curro últimamente las cosas están... ¿cómo os diría yo?... revueltas. Lo mismo en unos meses, o en unos días, estoy aquí de bloggera a tiempo completo. Pero bueno, de momento no, de momento sigo currando y posteando en casa.

El caso es que, dentro del revoltijo, a mi hace un par de semanas me habían cambiado de jefe. Mientras mi jefa (la de verdad, la de siempre) está en su casa enferma, han decidido desmontarle el chiringuito, partirlo en trozos y echarlos a los perros. Y resultó que el más rápido pillando cacho fue Doncello, un pastor vasco de pura raza. Como llevaba tiempo acechado la presa, después de conseguirla todos esperábamos una salida triunfal con su trofeo entre los dientes. Sin embargo, lejos de eso, Doncello cogió su pedacito y se fue a rumiarlo a un rincón.

Y en esas estábamos cuando, llamadme observadora, a mi me pareció que para haber conseguido lo que llevaba buscando un año entero, el perro mordedor estaba muy poco ladrador. Así que, según mi costumbre, empecé a hilar pensamientos y uno con otro me llevó a una conclusión: Doncello había caído, y no porque el trozo fuera envenenado, no, había caído porque su dueño, el mismo que es el dueño de todo, se había cansado de él.

Conté mi teoría y me tomaron por loca. Imposible Negra - me decían - imposible. ¿Cómo va a caer en plena subida? ¿Cómo va a perder poder ahora que todos sabemos que lo tiene? ¿Cómo van a quitarle el puesto antes de habérselo dado oficialmente?

Hace diez minutos que he colgado el teléfono. La llamada era para decirme que Doncello ya no está con nosotros. Su poder nunca oficializado ha muerto en esta noche de espíritus y fantasmas mientras me pregunto... ¿y yo? ¿seré bruja? ¿o sólo soy una tía observadora? En cualquiera de los dos casos... no doy crédito.

Pd. El lunes os cuento si tengo nuevo jefe, o jefa, o cartilla del paro... ay qué sinvivir...

Saloneros del lujo rancio


Va uno por la vida creyéndose el rey del mambo mediático, y de repente un compañero de profesión le abre los ojos a la cruda realidad describiéndole como salonero del lujo rancio. Fue hace un par de semanas. Pintaba genial. Una fiesta en la tienda de Loewe para degustar Dom Perignon Rosé, a mitad de semana. Ante tamaño anzuelo, picaron ndru, píer y su becaria. Llegamos allí y la más famosa era la momia Eloisa Bercero, -que no quiso confirmar su romance con el hombre de Ötzi-, el resto clientes de medio pelo, aspirantes a modelos y cazadores de tendencias.
Al dia siguiente nos vimos reflejados en el blog de uno de los cazadores como saloneros del lujo rancio. Lo peor de todo es que tenía razón.
Nos sentimos fatal, pero oyes, que ya sabiéndolo y asumiéndolo nada mejor disfrutarlo. Asi que el sábado, yo a primera hora todavia con mi diente loctiteado perfecto, nos fuimos a dar un paseo por la sierra a bordo del Aston Martin descapotable que capitaneaba LaNegra, mientras Píer (muerto de frío igual que yo en los asientos traseros) me gritaba en los semáforos "Letizia, cuidado con Letizia". De ahí, directos a un restaurante de jornada intensiva, donde estuvimos brindando desde las dos de la tarde hasta las nueve de la noche por el lujo rancio y los saloneros como nosotros.

martes, 28 de octubre de 2008

El Loctite no lo pega todo


Resulta que se me ha caído un diente. Y no cualquiera. El de al lado de la paleta, cuyo nombre científico desconozco. Y para más coña se me despeñó, de cuajo, el viernes por la noche, y mi dentista no curra el fin de semana. Sabía que me esperaban dos días de macerarme el hígado, con comidas y cenas sin parar. Vamos, que se avecinaba el típico finde en el que no puedes quedarte en el sofá rumiando, sin un diente, tu mala suerte. Así que el sábado por la mañana le dije al ndru que si me bajaba a la ferretería a por un Loctite. Subió uno con pincel, y el hombre –que es la caña de España- me dio con el pincel en la encía y luego en la funda. El diente se pegó, pero sólo unas horitas. En la mesa del Bogavante, entre la segunda y la tercera botella de vino se cayó. Así que, que no os vendan cuentos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

¡¡Viva el mal!!

“Sarkoszy propone refundar el capitalismo”. Estaba yo esta mañana apurando los últimos minutillos de sueño cuando he oído a Francino decir eso y, del susto, me he despertao. Como platos se me han puesto los ojitos. Estupor. Creo que nunca había utilizado esa palabra, pero os juro que es lo que he sentido cuando lo he oído. Luego mientras me duchaba tal y cual, han cambiado de tema y, por un momento he pensado que lo había soñao, pero no. Al llegar al curro he abierto el Google y allí estaba: “Resultados 1 - 10 de aproximadamente 21.500 de sarkozy + refundar el capitalismo. (0,18 segundos)”.

Sus palabras textuales han sido que la "crisis actual debe incitarnos a refundar el capitalismo" y eso significa "salir del mito de la infalibilidad del mercado". Esto último - lo de que el mercado no es infalible, digo - lo dijo Marx hace la tira, pero si no le da vergüenza achuchar a la Merkel en público ni llevar esos zapatos, pues... lo demás, barro. A mi es que “El Capital” me lo hicieron leer en primero de carrera, pero antes me habían explicado historia de COU desde un punto de vista marxista y, como la entendí por primera vez, pues me convencieron. Llamadme facilona.

El caso es que no me propongo yo aquí defender lo indefendible (el final del modelo marxista lo conocemos todos y si no... buscad en Google, 271.000 entradas nos contemplan) , pero que Mesié Le President se erija en salvador del mundo me ha llevado inevitablemente a pensar en la más grande entre las grandes defendiendo el capital: la Bruja Avería.

Y si a Sarko (que también tiene nombre de malo de la película) le ha dao ahora por gritar capitalismo malo, capitalismo caca, yo, aunque sólo sea por llevarle la contraria, abandono aquí y ahora el bando de los Electroduendes, me paso al enemigo y que mi conciencia me perdone.

Yo creo que viendo ésto , si levantara la cabeza, hasta el difunto Marx gritaría aquello de: “¡Viva el mal, viva el capital!”.

martes, 14 de octubre de 2008

La problemática M30 no lo es tanto

Este domingo, al volver del reencuentro familiar anual (en adelante RFA), vi que de nuevo la entrada a la M30 que se coge desde el portal de mi casa estaba anegada y, por tanto, precintada por la Policía. Deduje que había vuelto a caer el diluvio universal, pero al parecer no fue para tanto, y sin embargo la granautovíafaraónicaquevaaacabarcontodoslosproblemasdeltráficoenmadrid estaba cortada. Esto se mezcla con que últimamente la gente que tengo alrededor sólo piensa en follar (con perdón). Píer tiene la teoría de que es cosa de Gallardón, que ha puesto algo en el ambiente para que la gente sólo piense en copular y se olvide de las obras y de los problemas del tráfico.
El Vitoria tienen el problema del tranvía, y no paran de hablar de él. Habrá que hablar con Lazcoz.

lunes, 6 de octubre de 2008

Soy una inútil

Y digo yo que, igual que te sacas el carnet de conducir o la selectividad... podría haber un sitio donde te dieran el carné de ligue o algo así. Un documento que certificara que, una vez pasado el examen e independientemente de la cruda realidad, tú eres apta. Que luego se te diera mejor o peor imposible... eso ya sería otra historia, pero tú (en este caso yo) tendrías ese documento para demostrar que eres una inútil, pero una inútil con título.

Porque vamos a ver.. que sean las ocho y veinte de la tarde (por no decir de la noche), que te estés poniendo la chupa para pirarte del curro (¡¡por fin!!) y que alguien de golpecitos en tu ventana... eso no pasa todos los días. Que no veas quién es (cristales de espejo) y salgas a la calle en busca del culpable y sea... ÉL, eso... eso pasa menos días todavía. Pero que te diga que si te vas “a casita” y tú en lugar de decirle aquello de... “pues me iría a tomar unas cañas si tú me acompañaras”, le digas que a lo mejor en vez de irte a casa te vas a hacer la compra... eso... eso sólo me pasa a mi que soy una inútil total.

Voy a intentar ser positiva y seguir la máxima que ilustra el post. Alguien se hará eco de mi mal ejemplo para no repetirlo. En fin... otra vez será... de momento y dadas las circunstancias, me he metido en Facebook y me he unido al grupo Soy Super Fan de Mercadona.


Pd. Api, ni lo digas, ya sé que esto tú ya lo has leído... digo vivido... pero ahora tengo 10 años más coño, que digo yo que en diez años algo debería haber aprendido, ¿no?

viernes, 26 de septiembre de 2008

Si no estás en Facebook no existes

En las últimas dos semanas me ha sorprendido que han querido hacerse amigos míos de Facebook varias personas que cuando me las cruzo por el edificio donde trabajo me dicen, en el mejor de los casos, hola.

¿Hay competición por ver quién tiene más amiguitos en Facebook aunque no les dirijas la palabra cuando te los cruzas en la máquina del café?

Yo tengo 40 amigos. ¿y tú?

jueves, 25 de septiembre de 2008

Chapeau

Para aquellos que no sepan francés chapeau – leáse chapó – significa sombrero. Y esa misma expresión es la que utilizan nuestros vecinos los gabachos para indicar que se quitan el sombrero ante algo que les asombra o les admira. Hoy os tengo que decir que yo me lo quito ante LaurenMi, y sé de buena tinta que Api también, y Tigris, y Hellfredo, y... todos hemos entonado un sonoro chapeu cuando hemos sabido de su hazaña.

Por si alguien es nuevo, o tiene mala memoria, os recordaré que LaurenMi es el mismo que protagonizó – hace exactamente un año y cinco días – un memorable post de Api que llevaba por título: “Cuando dos son multitud”. En él Api reflexionaba sobre el insomnio que produce la caballerosidad, sobre todo cuando la caballerosidad tiene como escenario un colchón de 90. El caso es que en el último año LaurenMi ha seguido repartiendo caballerosidad aquí y allá, y la semana pasada, lo hizo en una tienda de moda de la calle Fuencarral.

Os pongo en antecedentes. Para los no madrileños que no lean revistas de moda y/o tendencias, aclaro que Fuencarral es ahora mismo sinónimo de ropa trendy y, por lo general, cara. Una calle donde aún sobrevive el mítico Hostal Nuria (ese donde veníamos de excursión de COU todos los estudiantes de provincias) y alguna que otra tasca, aunque lo habitual es encontrarse con que en esa calle antes infecta, ahora abren tienda Khiels, Mac, Diesel, Muji o Custo Barcelona. Sin verlo muy a menudo, apostaría la mano derecha porque el 95% de las dependientas de Fuencarral están buenas. Gajes del oficio. En medio de ese panorama se sitúa el lugar de los hechos.

A LaurenMi le gusta darse una vuelta por allí de cuando en cuando. Algún sábado por la tarde, cuando se siente “ensalsado” se echa a la calle y va directo a Fuenca a ver si encuentra alguna “prenda dolor” que le ayude a triunfar en lo más oscuro de la noche y, de paso, aprovecha para repartir sonrisas entre el gremio de las dependientas, que nunca se sabe. El caso es que, desde siempre, hay una dependienta a la que él sonríe más que a las demás. Podría deciros que, como respuesta, ella le castigaba con su indiferencia, pero no, era peor, ella le sonreía (mucho), se acercaba a ver si necesitaba algo y le reía los chistes. Así que LaurenMi, que es un caballero, pero también es un hombre, cayó en sus redes de araña fashionista y pasaba por allí de cuando en cuando.

Quién sabe si por la crisis, quién sabe si por los Cogollos de Tudela, que son más de vestir de Springfield, el caso que cuando el otro día se dejó caer por allí de nuevo, la Tecla-vestida-de-Prada le miró, le sonrió y cuando abrió la boca, en lugar de soltar el típico “¿te puedo ayudar en algo?”, le soltó un mucho más sugerente “hacía mucho tiempo que no venías a verme”.

No lo vi con mis ojos, pero lo oí a través de mi móvil. Quince minutos después de esa frase, LaurenMi me llamaba atacao de los nervios y diciendo “Negra qué mal rato he pasao, he flipao tanto que me he quedao cortao”. “He estado lento Negra”, decía unos minutos después, “me ha pillado tan de improviso, que no he sabido reaccionar a tiempo”. No problem, le dije yo, eso es terreno abonao, tú vuelve otro día, que con lo bicho que tú eres, la araña se te merienda ipso facto y tú, a sufrir.

Dicho y hecho, cuatro días después LaurenMi se armó de valor – y os puedo jurar que fue valor, porque iba acongojadito - y dirigió sus pasos hacia la tienda. El plan inicial era llegar cerca de la hora de cierre y, como que no quiere la cosa invitarla a tomar una caña. Si decía que sí, perfecto, una espera de 10 minutos y a correr. Si decía que hoy no, pero que otro día, bien, sólo hay qué pensar un poco más el bar. Y si decía que no... pues hasta otro día darling, qué bien que te queda poco pa salir y pies para qué os quiero.

Pero LaurenMi en una nueva prueba de su valor, pasó al plan B y no sólo no fue cerca de la hora de cierre, sino que, además, ni siquiera disimuló haciendo como que compraba algún complemento de precio asequible. El tío llegó allí con muchos nervios y más cojones, la saludó, sonrió y le soltó un: “oye que estaba pensando que a lo mejor te apetecía tomar una caña después, al salir de trabajar”. La araña borró su sonrisa de la cara y soltó un lacónico "pues es que salgo ahora en diez minutos y me tengo que ir", que hundió al pobre LaurenMi en la total oscuridad.

Cinco minutos después (esta vez la estancia en la tienda duró menos), mi móvil volvía a sonar. “Qué fallo Negra, me he pensao lo que no es, qué mal rato”. Aparte del disgusto, que era grande, a LaurenMi le preocupaba haber hecho el ridículo, haberse puesto en evidencia por haber sobreentendido que la Tecla-vestida-de-Prada le estaba dando pie a que la entrase. “¿Vergüenza – le dije yo – tú lo que tienes es muchos cojones”.

Lo dije y lo mantengo. A ver quién sin ser futbolista ni modelo ni nada que se le parezca, tiene los huevos de presentarse en una tienda de la calle de moda frente a un pibón y decirle que si se toma una caña. No sé cómo lo veis vosotros, pero yo lo tengo claro. De arrepentirte de algo, que sea de algo que hayas hecho, nunca de algo que hayas dejado de hacer.

LaurenMi, desde aquí te lo digo. Eres mi héroe, estoy a tus pies, me quito el sombrero: ¡¡¡¡CHAPEAU!!!!


PD. Como dijo Api hace u año, “conste que si pongo nombre es porque cuento con la autorización por escrito del citado”.