miércoles, 13 de febrero de 2008

¡Me la juego!

Acabo de leer que Ken Follet dice que “al dinero, como al sexo, no hay que darle demasiada importancia” y que “conviene mirarlos por encima del hombro”. Y no digo yo que el hombre no tenga razón (en el tema sexo no sé cómo le habrá ido, pero en el tema dinero lo sabemos todos), lo que sí digo es que yo creo – corregidme si me equivoco – es que a esos dos se les puede mirar por encima del hombro cuando los tienes por castigo, antes... complicao.

Complicadísimo. Tener tanto sexo que te aburre es una sensación que desconozco. Una vez tuve mucho, pero nunca me aburrí – soy como la Bassinger, 'ella siempre dice sí' -, pero ahora que no tengo tanto os puedo asegurar que le doy bastante importancia. Es como cuando estás a régimen, que da igual que tú nunca comas bocadillos de chorizo, en ese momento matarías por un bocata de Revilla un sabor que maravilla.

Sin embargo, hasta el sexo o sus sucedáneos se pueden comprar... si tienes dinero, claro. Pero cuando al dinero tampoco puedes mirarlo por encima del hombro – eso sí que me encantaría - , entonces la opción de pagarte un chulazo, comprarte lo último de lo último en juguetitos sexuales, o – la que yo practico - agasajar a algún apetecible conocido con el plan habitual de adornar los polvos con cenas, también se complica.

Así que, mientras busco al hombre que me vuelva a hacer sentir como Kim pero en morena, me dedico a jugármela... a la primitiva y los euromillones, concretamente. Desde que he descubierto que puedo echar la primi desde casa por una módica comisión, soy otra. Os lo recomiendo... llega una a los jueves como con otra ilusión.

1 comentario:

Federiko dijo...

Solo quiero desearle suerte, contamos con usted.

(http://www.youtube.com/watch?v=sLqKAgRD7c4)