viernes, 8 de febrero de 2008

La condonería

Quizá mis amigas tengan razón y yo sea un tío. Quizá no la tengan y sea una tía “normal”. Quizá esto que voy a contar no tenga nada que ver con ser una tía o un tío. El caso es que ayer, después de un día muy cansado acabé en el super y allí, buscando aceite de aloe vera, me descubrí delante de los condones. Resulta que en el Mercadona venden Durex. “Es bueno saberlo” pensé - más que nada recordando a cierto rollo que mientras yo sacaba los Coontrol decía que él prefería Durex, imagino que en un intento de hacerlo sin condón que le sirvió de más bien nada -. Con la misma eché media sonrisa, y seguí a lo mío, que aún era mucho a sólo un cuarto de hora de cerrar el chiringuito.

Y así, varios zumos, material de ensalada, y botellas de aquarius después, pagué y me fui al coche a cargar el maletero. Una vez allí me di cuenta de que al lado del supermercado han abierto una farmacia que, en lugar de ser verde, como todas, era naranja. Y – llamadme rara – sentí el irrefrenable impulso de dirigirme directamente hacia ella.

La farmacia era rara (como yo). Una de estas modernas y enormes (aquí en la periferia se llevan mucho), con estanterías por todas partes, como invitándote a coger algo y salir corriendo, y pequeños mostradores individuales al final. Lamentablemente, las estanterías miden como metro y medio, lo justo para que cada uno de los individuos que se agazapa detrás de los mini-mostradores con cara de pocos amigos (no me extraña, todo el día ahí de pie) te vea si te llevas algo. Así que, teniendo en cuenta que debían faltar 5 minutos para cerrar, y que la acogida de miradas no fue muy cariñosa, me dirigí directa al objetivo, sin desviarme. Dije hola qué tal, y pedí Fortasec. Así, sin perder la compostura, como aquel que pide unas Aspirinas. Pagué, di las gracias y las buenas noches, y me dirigí a la puerta para irme. Y ahí, justo en medio de mi camino, estaba esa estantería. A la izquierda, no sé qué, a la derecha un tío estudiando un bote de Betadine (ha gente pa’ tó, sí) y en el lateral, justo delante de mis ojos, toda la gama de Coontrol del mercado.

Total, que, en menos de 20 minutos, estaba otra vez delante de los condones. Sólo que aquí había más variedad. Mucha. Diría que infinita si no fuera porque sé que exagero. El caso es que, mientras mi vecino se dedicaba al Betadine, yo miraba fijamente una caja de Coontrol Adapta de un color como naranja-amarillento, que daban ganas de coger y comer. En lugar del expositor de condones de una farmacia, aquello parecía una tienda de chucherías con la mayor variedad de gominolas del mercado, joder, y a mi, las gominolas me pierden.

No sé cuántos segundos duró la hipnosis. Seguramente no fueron muchos, pero sí los suficientes como para sentir clavada en mi nuca la mirada de los dos farmacéuticos y en mi frente la del estudiante del Betadine. Eso me hizo reaccionar, esquivar la tentación y, finalmente, alcanzar la puerta.

Lo mejor es que – al salir me di cuenta – no sentí vergüenza en ningún momento, lo que de verdad sentí fue no haber seguido mi primer impulso: coger la caja de condones de color naranja, volver a la caja y decir sonriendo “me llevo también esto”. Lamentablemente no me dejé llevar por el instinto sino por la razón, y la muy perra me recordó, que tengo una caja de condones (Coontrol Adapta, concretamente, pero azul anti-lascivia) con más de la mitad de sus unidades en el cajón de la mesita desde no me acuerdo cuándo. Bueno... en realidad sí me acuerdo, lo recordé el martes, cuando me dio por comprobar la caducidad...

1 comentario:

Federiko dijo...

Estimada timidona:

No temas comprar condones ante la mirada atenta de los hombres, sólo toma tus precauciones de que no te sigan en coche hasta casa pensando que han dado con una fresca. Por lo demás, cual si fueran puerros.

Por otra parte, tu post me ha hecho visitar la pagina www.control.es, interesante, incluso con página de contactos donde la peña manda sus fotos cachondonas. Es muy lógico que Control fomente el sano hobby del folleteo cuando le va el negocio en ello.

El de caja naranja que te atrajo, ¿cuál es?, ¿el de sabor melocoton? ¿o el "Adapta FORTE Mayor grosor (Hay ocasiones en las que se tiene que estar preparado - Para relaciones "diferentes", dice su publi). No estás obligada a contestar, obviamente. No te vayas a meter en un jardín.

Donde esté el contacto piel-mucosa... (por comentar).