miércoles, 13 de febrero de 2008

Los retrovisores están para mirarlos, aunque sea usted taxista

La DGT miente. La opción de volver a casa en taxi no es en absoluto segura. O no siempre. A los hechos me remito. Ayer, después de una sesión de cañas con unos amigos de ndru, tomamos un taxi rumbo a mi residencia. Indiqué la dirección al conductor y enseguida le dije que por favor torciera a la derecha que nos evitábamos así llegar hasta la glorieta de López de Hoyos. El taxista torció y la hostia fue inmediata. Al señor taxista se le había olvidado mirar por el retrovisor, y no vio que un Peugeot 206 azulito se acercaba por el carril derecho.
Después de ese ruido de chapa empotrada (cuando notas que el asunto no es grave y que además no es tu coche el corazón se te encoge menos, a qué negarlo) el conductor del otro coche, con razón, salió y le gritó que joder, que siempre igual, que no miran nunca.
Ndru y yo nos quedamos paralizados en los asientos de atrás esperando a ver qué hacer, mientras el taxista nos decía que nos buscáramos otro taxi y que ahora tenía que llamar al taller y no sé qué.

Después de un minuto de tensión, durante el que pedí perdón en repetidas ocasiones, pagué la carrera (ni pedí justificante) y nos fuimos a buscar otro taxi. Yo con cargo de conciencia (que ya se me ha pasado) y ndru en el fondo (bueno, y creo que en la superficie) pensando que la culpa había sido mía.

Con el paso de las horas cada vez veo de forma más nítida que la culpa no fue mía. Que estos señores, más o menos profesionales del asfalto, se pasan el día haciendo lo que les sale del volante y confiando en que siempre seamos el resto los que frenemos. A veces les funciona, otras, como ayer, no (en realidad, el chico de ayer no tuvo ni siquiera la opción de frenar, porque literalmente se le echó encima).
Si me lo vuelvo a encontrar le pido mis tres euros.

6 comentarios:

LaNegra dijo...

Harías bien en pedírselos Api. Que no los usan, que confían en que el resto frenemos, y a veces.. pues va a ser que no.
Además, al leer el relato de los hechos me he dado cuenta de que la ostia es similar a la de una amiga estas navidades... y pagó el equivalente al taxi, por exactamente lo mismo, no mirar.

Dicho lo cual, yo tengo una pequeña duda... ¿el 206 azulito... no sería azul tívoli por un casual?, por aquello del destino, you know...

LaNegra dijo...

pd. ¿es ostia, o hostia? nunca lo he tenido claro...

LaNegra dijo...

Hostia, la rae dixit

Api, yo por subir el número de comentarios, lo que sea...

Federiko dijo...

Bueno, en lo que a "conducir por donde le sale a uno de los cojones" toca, no creo yo que sea el colectivo de taxistas de madrí el único en hacerlo, me temo. Ojalá estuvieran allí todos concentrados (para los que no vivimos allí). Una reciente mañana, un sujeto decidió cambiar de carril justo cuando estaba a mi vera, provocando que yo me quedara a escasos centimetros de la mediana de cemento.
Tras mi mirada que intentaba expresar odio infinito y deseo de que muriera empalado lentamente mientras escuchaba canciones de Malena Gracia(por favor, vótenla para que represente a Spain 0 points en eurovisión), y mi frase especialmente vocalizada diciéndole "qué Hostias haces, hijodelagranputa?" el sujeto no se inmutó ni torció el gesto ni se disculpó ni nada. Dudo de si fuera una persona o un autómata.

Por no hablar de mi especial animadversión a los bemeuves.

Api dijo...

Comparto inadversión con usted, creciente, añado.
En cuanto a lo de cambiar de carril sin mirar, me ocurrió lo mismo bien cerca ya de donde vive usted. Que iba yo ya lanzada desde Madrid a unos 160 constantes, cuando una pava (mujer tenía que ser, lo siento) decidió cambiar de carril en la autopista sin mirar. Total, llovía, no iba a ver nada por los espejos.

Todavía me despierto en ocasiones oyendo la pitada que le pegué. Lo peor es que a esa gente les da igual. no tienen propósito de enmienda.

LaNegra dijo...

Yo a los de los BMWs... si son serie uno y los conduce un tío, los suelo perdonar, es una querencia que tengo. Ahora si los lleva una tía... me cagontó... pura envidia, you know.