miércoles, 28 de julio de 2010

Mi vida sin mi

La peli así titulada me pareció muy buena, y también muy triste. No digo yo que la mía actual, mi vida quiero decir, sea así de triste, pero siempre he sufrido de titulitis aguda y, últimamente, esas cuatro palabras “mi vida sin mi”, me vienen un día sí y otro también en la cabeza.

Os cuento. Al final tanto amagar, cambié de vida y estoy vendiendo cortinas. El cambio es momentáneo (¡¡espero!!) y sólo van a ser dos meses, pero cuando estoy intentando colocar alguna tela y la señora de turno (nos visitan pocos caballeros) me mira a los ojos y me dice “tú como profesional, ¿qué opinas?” pues me da por pensarlo.

¿Qué qué opino? Pues mire señora, opino que es usted más agarrada que un chotis, que 20 euros el metro confeccionado y colocado no es nada y que, además, tiene mal gusto, un mal gusto supino diría yo. ¿Qué cómo quedarían unas cortinas hechas con un cuadrado de tela pegado con velcro al cristal de la ventana para un salón? Pues mal señora, mal, quedarían mal. Pero como “profesional” sonrío, intento volver a poner los ojitos del derecho y le digo: “hombre, nosotros no recomendamos las telas pegadas con velcro, como mucho lo hemos puesto en el fijo de alguna cocina, pero en un salón...” y ahí tiras de silencio valorativo.

Al final, cuando la señora se ha ido, hasta te ríes, total... desde que te has levantado tu día ha sido: desayunar corriendo (además de cambiar de vida se me ha ocurrido la brillante idea de ponerme a régimen estricto, con lo que el desayuno es sí o sí); cabrearte conduciendo (esto es un pueblo y van todos lentísimos); volverte a cabrear porque no encontrabas aparcamiento (esto es un pueblo sí, pero de playa y en verano); abrir la tienda y pasar las dos primeras horas agarrada a un palo, el de la escoba o el de la fregona (que coges o sueltas en función de las veces que suene el teléfono); y después (con los pies destrozados) sonreír y dar tu “opinión profesional”. Al llegar a casa no descansas mucho porque no tienes silencio pero mira, te han hecho la cena y tienes alguien a quien contárselo.

Por eso, cuando el “mi vida sin mi” me ahoga, intento pensar en mi otra vida, la de ciudad, esa en la que sólo trabajaba, iba a la compra y cocinaba, y me hago a la idea de que esto no es tan distinto: vivir para currar. La diferencia, aparte de que me cocinen, es que luego llega un día como hoy, un miércoles tonto en el que las autoridades cántabras han decidido poner una fiesta regional que hace que tú libres y, para eso estás en el pueblo, puedes ir a la playa a disfrutar del descanso y la soledad que tanto te gustan. Peeero... resulta que en el pueblo también tienes dos sobrinas preadolescentes a las que habías prometido que, en cuanto tuvieras un rato, las hacías caso y, al final te ves en la playa con ellas dos y la amiga, de pastora.

Menos mal, que en el fondo sigues siendo tú y cuando, tras ponerte en plan madrecita y pronunciar la frase: “pues no, no os dejo que vayáis a dar una vuelta por donde la Cruz Roja”, una de ellas – la mayor – te pregunta por qué, te oyes a ti misma diciendo: “porque no me da la gana, porque tienes 11 años y una cosa es intentar ligarse a los chavales del barrio y otra intentarlo con los socorristas de 24... esos, son para mí”.

domingo, 11 de julio de 2010

Hoy

Queda poco más de una hora para el partido y estoy de los nervios. Llevo días rumiando un post en el que me metía con los demagogos que, en lugar de decir simplemente “no me gusta el fútbol, ¿qué pasa?”, cuando les ponen una cámara de televisión delante empiezan a sermonear sobre si hay cosas más importantes como las guerras o el hambre en el mundo, o, claro está, la crisis.

Que sí hombre que sí, que eso lo sabemos todos, pero estar contento un ratito no le hace mal a nadie y si tú no disfrutas con eso, pues ya está, que no es obligatorio ni ver el partido ni alegrarse, pero tampoco lo contrario, porque a ellos no les guste el fútbol, los demás tampoco somos unos borregos. Y para muestra un botón, pequeño extracto de la columna de Javier Marías de hoy en El País a propósito de este tema:

“Quienes desdeñan el fútbol y lo ven como cosa de "hordas" no parecen haberse parado mucho a pensar en la alegría o tristeza desinteresadas que provoca en millones de personas a la vez. Que un equipo gane o pierda no nos va a cambiar a ninguno la vida: al que le vaya mal le seguirá yendo mal y el que sea feliz no verá mermada por una derrota su felicidad esencial. Nadie será más rico ni más pobre por eso, nadie saldrá del paro ni ingresará en él. Y sin embargo, en qué pocas ocasiones salta la gente de júbilo al mismo tiempo, o baja la cabeza con melancolía y dignidad. El efecto de la victoria o de la derrota no es duradero, digamos que se desvanece a las cuarenta y ocho horas. Más o menos como el efecto que nos produce la visión de una gran película, o la lectura de una deslumbrante novela, o escuchar una música sobrecogedora, o la contemplación de un cuadro turbador. Tampoco en el arte nos va ni nos viene, respecto a nuestra vida personal. Abrimos la cubierta de un libro, se apagan las luces de un teatro o de un cine, y sabemos que aquello no nos atañe de veras, que nos prestamos a una conversación. La emoción que experimentamos es también desinteresada, y la exultación o la desolación que sentimos a su término son sólo simbólicas, vicarias y artificiales, pero a veces más punzantes que las de la vida real. No podemos desdeñarlas.”

Nunca lo habría expresado mejor.

El 8 de la selección ha dicho que “España ya es campeona, sea cual sea el resultado de la final”. Estoy de acuerdo. No sé vosotros, pero yo no me voy a perder ese ratito de felicidad y siempre recordaré este mundial en el que llegamos a la final y yo me enamoré de Xavi.

miércoles, 30 de junio de 2010

La envidia es muy mala

Yo la descubrí en octubre de 2009, por la portada de la foto. Como en mi casa de Madrid no podía ver La Sexta, su cara no me sonaba de nada y flipé al enterarme de que la modelo exótica de la foto no era tal, sino una periodista deportiva. Después vino lo de que salía con Iker, etc, etc, y tampoco me pareció raro: si yo fuera Iker, también lo hubiera intentado. En resumen, que hasta hace una semana esta chica ni me iba ni me venía, pero dado que todo el mundo parece odiarla, yo he decidido ponerme de su parte.

Supongo que cuando se fue para Sudáfrica pensaría que iba a ser duro: mucho curro, mucho frío, todo el mundo pendiente de si le guiñas el ojo a tu novio y tú mirándole pero sin tocar (o al menos, no mucho). Pero supongo también que, ni de lejos, imaginaba que en lugar de ser el centro del cotilleo rosa iba a ser el centro de la polémica pseudo-deportiva.

No sé si para todos, pero para muchos periodistas salir en la portada de The Times es un sueño de esos difíciles de alcanzar. Pero hete aquí que si te llamas Sara Carbonero, la vida te sonríe y te toca cubrir el mundial de fútbol, lo consigues. Lástima que, si a las anteriores premisas les sumamos que tu novio se llame Iker y sea el capitán de la selección española, entonces, en lugar de firmar la noticia de portada, la protagonices. Imagino que entonces, como periodista que eres, sueñas también con que los tuyos te defiendan, pero tampoco ahí ha tenido suerte. En lugar de echarla un cable, el presidente de la Asociación de la Prensa, se ha dedicado a decir estupideces y a hablar de mala praxis cuando él ni siquiera había contrastado su información.

La verdad es que la tía no lo hace mal. No es la mejor, pero se defiende igual de bien o mejor que cualquier con su edad y su experiencia, y no digamos ya, con la presión que tiene que soportar. Vale que ser subdirectora de deportes con 25 años es raro, pero eso que se lo digan a quién decidió darle el cargo para justificar el pastón que le iban a pagar, y que levante la mano el que no lo hubiera cogido.

A lo mejor es porque a mi una vez un presidente de una Asociación de la Prensa también me hizo sentir como una mierda, o a lo mejor es porque a mi una vez también me retiraron la confianza en el curro por salir con alguien de dentro, pero creo que esta chica no se merece lo que le está pasando. Si fuera un tío no habría tema. Si fuera fea tampoco. Pero resulta que la tía es guapa, lista, y se ha ligao al capitán, y los amargados que en el mundo son han decidido cargar contra ella. Pura envidia.

jueves, 17 de junio de 2010

Me da la risa

Una de las cosas buenas de estar ociosa es que tengo tiempo para desayunar tranquilamente y una de las de vivir con mis padres es que, cuando yo me levanto, ellos ya han traído el periódico, con lo cual me puedo dar el lujo de desayunar leyéndolo, aunque el periódico en cuestión sea El Diario Montañés.

El caso es que hace un par de días al ver la portada me quedé loca. El titular iba a cinco columnas, y eso, cuando has estudiado periodismo, marca. Cinco columnas es todo el ancho de página, las cinco columnas se reservan sólo para las cosas importantes: un atentado, el 11-S, el 11-M, o que hemos ganado la Eurocopa. Algo gordo. Así que, cuando lo leí, me quedé más loca todavía. La noticia de alcance rezaba así:

“Los sindicatos dejan la huelga general para después del verano”

Y a mi, ¿verdad?, me dio la risa.
España se hunde, pero nosotros nos vamos de vacaciones.

Vaya por delante que los sindicalistas de verdad merecen todo mi respeto. Esos que se preocupan por sus compañeros y a los que, una vez que se han metido en el berenjenal, les toca ser el padre confesor que escucha los problemas de todos pero al que nadie le agradece nada, ese que, por descontado, se olvida para siempre de su carrera profesional porque no la va a tener, por sindicalista (¡¡ése insulto!!), o lo que es lo mismo, por tocapelotas y por rojo.

Lamentablemente, de esos – que haberlos, haylos – no tenemos para regalar. Lo habitual (al menos en mi entorno) es que utilicen sus horas de “liberados” para marchase a su casa a hacer sus cosas, o a buscar los niños al colegio o, si es verano y no llueve, a tomar el sol a la playa. Que ponga la oreja otro, que a mi hoy no me apetece. Así que cuando los otros dicen que la huelga ya si tal, la dejamos para finales de septiembre, pues ni nos extraña.

Hace diez años, cuando llevaba unos meses trabajando en mi ex empresa, ocurrió algo similar. Currábamos muchas horas y nos pagaban una mierda y se planteó una huelga de brazos caídos. Y allí estábamos mi disposición y yo, levantadas en protesta. ¿Huelga aquí y ahora?, ¡¡por supuesto!!, mostrémosles que esto es una injusticia. Pero entonces alguien dijo que claro, que eran las 12.30 h, y que mejor íbamos a comer... luego la partida, unos pacharanes... y ya después, a eso de las 16 o las 16.30 h, pues nos poníamos en huelga hasta las 18.30 h, que se piraba el autobús. Y claro, en ese momento, además de flipar un poco... les expliqué a mis compañeros que yo a eso, a lo de vamos a la huelga, pero después del recreo, dejé de jugar en el instituto.

¿Qué el gobierno se merece una huelga porque lo está haciendo fatal? Sí, claro que sí, pero la reforma laboral empieza mañana... ¿de verdad cree alguien que a finales de septiembre alguien se acordará? Para entonces estaremos todos como ahora... buscándonos la vida.

domingo, 30 de mayo de 2010

La cuarta fue a la vencida

Desde hace cuatro años, la negra y yo tenemos la (in)sana costumbre de acudir a un rally que organiza una firma relojera. el primer año quedamos las últimas (hazaña que narré en este blog), no fue la única vez que quedamos en tan bochornoso lugar. pero en aquella primera intentona conocí al ndru que tantas satisfacciones me viene dando de entonces, asi que lo sudado por lo ganado.

se trata de abrir sobres e ir buscando pistas que te lleven hasta la meta, habitualmente un restaurante donde espera el equipo organizados. en las dos últimas ediciones, la cosa en lugar de ser el sábado por la mañana se ha alargado desde el viernes por la tarde. este año sólo sabiamos que habia que acudir ligeros de equipaje y dispuesto a dormir fuera de casa. tras las primeras pruebas nos vimos disfrazados en la sala vip de chamartín, y allí nos entregaron un billete de tren... nuestro tren partía dos horas después ¡¡¡a lisboa!!! (en cabina de litera, sin ducha y con baño a compartir con todo el pasillo) asi que tras una larga noche de traqueteos amanecimos, sin duchar, en santa apolonia. y allí empezó todo. en ese momento, ndru y su amigo iban en primera posición del ranking de 11, la negra y yo, en segunda posición.

para no aburrir diré que nuestra primera reacción de ir a buscar un taxi nos llevó a meternos en un mercedes de unos veinte años, 860.000 km y una conductora llamada lina. sesentaytantos, abuela ... una crack. se metió en el papel desde el principio, le hizo gracia nuestra competición, nos llevó a 90 por hora en paralelo hablando con otro taxista en zona de 30, subimos y bajamos el centro de lisboa a 90 (o eran 110?), nos esperaba en zonas imposibles, y cuando creiamos que el rally acababa a los pies de un elevador al otro lado del tajo, nos despedimos de ella. al llegar arriba, reventados del estrés, las carreras en taxi y a pie, treinta grados a la sombra y cargados con las mochilas... nos desesperamos... no era la última prueba. había que echar a correr al centro histórico de lisboa... y algunos ya corrían hacia el embarcadero... otro rally perdido. y en ese momento, allí apareció ella, superlina, había ido zigzagueando con su viejo mercedes por ver si podía llegar hasta arriba del elevador, por si la necesitábamos.

nos volvimos locos, nos metimos dentro los cuatro, aceleró, pitó, se metió entre tranvías, gritó, aplaudió como una loca al grito de "vivan las mujeres" y nos llevó al restaurante donde acababa el rally. yo iba al límite de la tensión, al borde la angina de pecho. entramos corriendo, sin pagar a la taxista, extasiados... y al entra al comedor ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ERAMOS LOS PRIMEROS!!!!!!!!!!!!!!! y llevábamos todas las pruebas que necesitábamos en nuestras mochilas. yo ahí empecé a saltar como no recordaba, se me escaparon algunas lagrimillas de la tensión, y a gritar (aunque sabía que la negra y yo ibamos en peor posición) y a los cinco minutos llegó la siguente pareja. dos horas después, cuando llegó la última pareja, comimos, bebimos y llegó la hora de la entrega de premios.

tercera posición: la negra y yo. (premio, una tumbona)
segunda posición: la rubia y el vante (una mañana de aston martin)
primera posición: por fin el ndru y su amigo se hacían con el pelucazo de turno. (segunda ronda de saltos y gritos por mi parte). me sentí la Pe de la alta relojería cuando me dedicó el premio, la verdad

a partir de ahí sólo quedaba abrir el último sobre que teníamos encima de la mesa: un billete de avión. en tres horas volábamos hacia madrid, sudados, cansados, afónicos... lo peor han sido las agujetas de hoy. lo mejor, todo lo demás.

viernes, 28 de mayo de 2010

Cantar del Mío Cid

Hace una semana MBlue nos escribió un mail al genio y a mi. El asunto era el siguiente: FYI. El famoso “for your information” que tanto gusta en mi antigua empresa, abría paso a un mensaje pelín críptico:

“La lectura correcta de esto es verte como El Cid Campeador, que ganó sobre su caballo incluso después de muerto :-)”

La solución, en el attached. Adjunto al mail iba un documento de power point con un flujo de trabajo que sugirió mi departamento poco antes de que nos echaran por incompetentes. Al parecer eso, que no valía, sigue siendo lo que marca la pauta, más de un año después. De ahí el símil con el Cid que se marcó MBlue y que tanta gracia me hizo al entenderlo.

Veía al genio, que en lugar de ir a lomos de Babieca, iba en una silla de oficina, y había cambiado la Tizona por un bonito power point de tonos verdes, blancos y negros. Detrás íbamos el resto, yo me imaginaba cual Jimena, siempre a su sombra, y luego venían los demás, leales caballeros, armados con teléfonos móviles y ordenadores portátiles, cargados de ideas y presentaciones. Todos cargados de argumentos, todos firmes, todos muertos. Y volví a la realidad.

La realidad es que la comparación es perfecta. Últimamente he visto más a las chicas, y ellas me siguen poniendo al día de lo que ocurre en la oficina. El cotilleo me mata, como sabéis, así que me encanta que me cuenten cosas. Pero cada vez más, cuando pasa la comida y ellas tienen que volver a currar mientras yo tengo toda la tarde libre, me doy cuenta de esa muerte lenta. Ya no conozco a toda la gente de las conversaciones, empiezo a olvidar apodos, algunos grandes desconocidos son ahora sus amigos y... bueno, la vida sigue.

Sé que es lo mejor, y reconozco que, aunque me de bastante igual lo que hagan con nuestro trabajo, en el fondo, saber que siguen utilizándolo me provoca esa especie de chulería del “teníamos razón” que tanto gusta y de tan poco sirve. Seguimos ganando batallas, cierto, pero la realidad es que, en aquellas tierras, estamos muertos. Tiesos como la mojama, aunque a lomos del caballo... ¿acabaremos convertidos en leyenda?

lunes, 24 de mayo de 2010

Pasa la vida...

... y no has notado que has vivido,
cuando pasa la vida y no has notado que has vivido,
cuando pasa la vida, pasa la vida...”


Cantaban los Pata Negra y fue lo único que le faltó a Api la semana pasada, cantármela por teléfono.

El caso es que yo estaba de estreno, nuevo móvil, uno de esos que te dejan ver el correo (y vuestros comentarios ;) en vivo y en directo. Lo encendía a las 10 de la mañana y a las 10.05 recibía mi primer mail. Era Api, y el mail decía así:

“y si te digo que el deschuido va a tener una niña?”

Supongo que incluso nuestros lectores más antiguos lo habrán olvidado ya, pero “el deschuido” es un ex de Api, uno que una vez la llevó de visita al Hotel Nostalgia. Aunque no sea verdad, para mi ese fue (y será) su primer novio y, esto lo sabe todo el mundo, el primero siempre marca. Así que puedo entender perfectamente que, en otra visita al hotelito, Api me soltara la siguente perla:

“maja, todos prosperan vitalmente y yo aquí metida”

Inmediatamente me puse en su lugar y, lo reconozco, me quedé tocada. Aún así, dispuesta a levantarle el ánimo le solté una soflama de treintañera-independiente-no-necesito-reproducirme-para-realizarme que, lo reconozco, me quedó pelín artificial. Por eso no me sorprendió lo más mínimo que, disfrutando a tope de las instalaciones del hotelito, Api me respondiera con un lacónico:

“ay Negra que se nos pasa la vida y seguimos igual”

Ahí más que tocada, me quedé casi hundida. No sólo por esa respuesta después de todo mi discurso optimista, que también, sino porque además, aunque para seguir la línea del blog yo lo haya cambiado, la verdad es que Api no me llamó Negra: utilizó mi verdadero nombre.

Creo que nunca os he contado porque yo soy LaNegra, pero lo soy por Api y, ahora que lo recuerdo, también por “el deschuído”. Ellos me pusieron el mote sin saber que lo adoptaría como propio hasta el punto de que, en las grandes ocasiones, llevo un collar con la N de Negra en lugar de con la inicial de mi nombre.

El caso es que ese detalle me hizo pensar en si Api tenía razón y como cantaban los Pata Negra se nos estaba pasando la vida igual que pasa la corriente y nosotras caminamos indiferentes, donde nos quiera llevar. Y, a punto ya de tocar fondo, me di cuenta de que no. Me di cuenta que yo no estoy donde estaba. Ya no trabajo ni soy la treintañera independiente con residencia en Madrid. Ahora vivo del estado y de mis padres que, aunque se lo cobren en servicios de taxi, piden poco, la verdad. Supongo que en mi caso es tan obvio, que puede parecer incluso demagógico decirlo, pero en el caso de Api tampoco es así.

Sus responsabilidades y problemas en el curro se han multiplicado como por encanto en el último año. Después de aquel ha tenido otros líos y admiradores secretos, alguno llegó a novio, otros no; una casa que es suya (aunque de cuando en cuando la siga compartiendo conmigo ;); viajes, rutas y aventuras cual titiritero (¡¡alehop!!) y nuevos amigos, como el gran Pier, que fue el que – siempre grande – hizo el trabajo sucio: se la llevó de copas y Api vio que, efectivamente, nosotras también hemos prosperado vitalmente, aunque sea a base de chintonics y Guinnes.

Api, desde aquí te lo digo, “Pasa la vida” era una de las canciones de la B.S.O. de “Bajarse al moro” y, entre tú y yo, creo que en todo este tiempo – aunque no nos hayamos reproducido – nos hemos atrevido a pasar el estrecho alguna que otra vez y, en ocasiones, incluso nos lo hemos fumado todo ;)

viernes, 7 de mayo de 2010

Convertida al Cristianismo


Confieso que cuando llegó no le creí el mesías prometido para salvarnos.
Confieso que yo también le negué tres y hasta más veces.
Confieso que pensé que el resto adoraba a un ídolo y no al verdadero salvador.

Ver para creer.

Anoche vi la luz.
Le vi ser ayudado por “El Santo”.
Le vi flotar sobre la hierba sin tocar el suelo.
Le vi obrar el milagro.

Y ahora, creo.
Creo que si no ganamos la liga, al menos, Él nos habrá hecho rozar la gloria.

LaNegra recorded.