martes, 3 de junio de 2008

Seis grados

Api que me conoce, sabe que siempre llego tarde a todas partes. Y aunque, creo que estoy mejorando un poco – poco, la verdad, pero algo es algo - este post es una nueva muestra de ello. Antes de empezar a escribir me he querido documentar para contaros con todo lujo de detalles en qué consiste la llamada “Teoría de los Seis Grados de Separación” y – grandezas de Internet – además de encontrar una definición adecuada en cuanto a extensión y claridad, he encontrado también un montón de blogs que hablaron de esto hace años (al llegar al 2004, he parado). No obstante, no me resisto a contároslo.

La teoría en cuestión dice que “cualquier persona del planeta está conectada con cualquier otra, a través de una cadena de conocidos con no más de cinco eslabones o puntos de unión”. Resumiendo, que lo mismo en cuatro te encuentras con George Clooney y te invita a un café, que te encuentras con George Bush, y tienes que salir corriendo.

El caso es que yo la oí por primera vez hace menos tiempo, cuando alguien me contaba que habían intentado probar empíricamente esta teoría relacionando a cualquier actor con Kevin Bacon (“Kevin Bacon Six Degrees” lo llamaron), y a mi, pues me hizo gracia. Pero después de eso, me han ido pasando cosas del tipo yo conozco a alguien que conoce a alguien que también conoce a alguien que al final me conoce a mi. En esos casos, además de flipar, sólo me encomiendo a lo que sea que haya ahí fuera para que en la cadena no incluya a nadie que haya pasado por mi cama. Y la verdad, teniendo en cuenta mi historial, pues tampoco es tan difícil, así que bien.

Hasta el sábado. El sábado después de 12 horas cargando, me acuerdo de que tengo el móvil apagado, lo enciendo y me cae un mensaje. Literalmente decía: “Aqi viendo a iggy cn unos de xxxxxxxxx q t cnocen”. Las equis son el nombre de mi pueblo. El remitente era el Gambas. Se acabó el encomendarse. Ahora sí.

Cuarenta mil personas metidas en un auditorio de Getafe , y unos de mi pueblo (situado según la guía CAMPSA a 467 km, 5 h. 11 m. y 18.35 euros de peaje del auditorio John Lennon) se ponen a hablar con uno de Albacete que resulta que no sólo me conoce, sino que por saber, sabe hasta qué cara pongo al echar un polvo. Detalle este último que no conozco ni yo misma.

A mi contadme lo que queráis, que yo os leo, pero eso no es una teoría, es la cruda realidad. Ya lo dice el sabio refranero español: el mundo, es un pañuelo.

3 comentarios:

Api dijo...

Esto está más que demostrado. yo me voy encontrando con gente en sitios insospechados. Te recuerdo aquella parada en un bar de carretera de la A1 la tarde de nochebuena (o la víspera que no me acuerdo), el mismo que luego aparecería en la sala de embarque de nuestro vuelo a Londres. O esa promoción de la pamplonesis universitas que me persigue allá por donde voy. que éramos 150 y parece que éramos 150 millones.
o de la mesa del restaurante italiano ...

LaNegra dijo...

JUAJUAJUAJUA
Es verdad!!!!
Joder, no sé cuál fue mejor de esas tres... grandes todas en cualquier caso :)

Federiko dijo...

Negra, un post tan bonito y yo me quedo con la anécdota de que no sabes qué cara pones cuando echas un polvo. Grábate un día o mírate al espejo poniendo cara de mala y agarrándote el cabello. Yo creo que un espejo + ausencia de complejos son factores positivos en la relación (sexual).