martes, 13 de mayo de 2008

The Losers

O lo que es lo mismo: este año, sí.
Desde aquí te lo digo Api, el segundo premio es tuyo.

El día empezó mal. Llovía a cántaros y a mi se me abrieron viejas heridas de guerra, pero tú te levantaste de buen humor. Empezó la prueba y, después de mi fracaso como corredora de fondo (tengo que hacer algo urgente con mi forma física) intentamos ser prácticas - algo aprendimos el año pasado – y, efectivamente, me puse al volante de León "El Profesional". Pero fuiste tú la que corrió bajo la lluvia y, lo que es peor, sobre el barro. Tú la que echó pie a tierra en el castillo de Chinchón. Tú la que se la jugó con todo el comercio de Villaconejos. Y tú la que salió del Jardín de la Isla - después de la cita con Baco, el gran dios del vino al que mi familia rinde pleitesía desde hace años - con "esa" cara (todos los participantes anteriores tenían la misma, el gran Tigris incluído).

El día tuvo varios grandes momentos – Tigris & Co. protagonizaron varios, desde aquí os lo digo “gracias chicos” -, pero para mi hubo dos, que sobresalieron por encima del resto:

- Esa parada impulsiva a petición de Api en Villaconejos para comprar un baraja de póquer (necesitábamos un As de Corazones, tócate la rima...) y su idea de comprarla en un bar del pueblo (lamento no recordar el nombre, hace esquina en la parte desdoblada de la M-305 dirección Aranjuez, el tío nos la regalaba, tan majo). Comprar una baraja de póquer en un bazar de Villaconejos con lo mal que olía... eso es tener glamour y, además, muchos cojones. Qué grande eres Api.

- Ver como la relojera ahora conocida como "la guarra" quedaba cuarta, por detrás nuestro. En general no soy mala perdedora, pero ganar a esa tía me produjo especial satisfacción. Mientras Api sorteaba vigilantes y jubiletas en el Palacio, yo recorría Aranjuez en busca de la mejor posición para esperarla con el motor en marcha, y seguir corriendo. Todo zona urbana, a 40, y con la que estaba cayendo, mejor a 30. Bueno pues su piloto – la cuñada de “la guarra” – me adelantó, en medio del pueblo, por lo menos a 90 por hora poniéndose en peligro ella, poniéndome a mi, y a cualquiera que pasara por allí. Sólo por eso, me alegro. Bueno por eso, y porque fueron las únicas que no nos felicitaron por el premio.

No sé si repetiremos - ni la cuasi victoria, ni el rally - lo que está claro es que, cuanto más lo pienso, más me alegro de que - Tigris & Co. aparte, of course - toda aquella panda se quedara con tres pares de narices al ver a "the losers" recoger el segundo premio. Básicamente por dos cosas: la primera porque algunos no me habían mirado a la cara hasta ese momento, la segunda porque estoy segura que más de tres le van a tener más respeto a Api en el futuro.

Eso es lo mejor de jugársela, que, a veces... los perdedores también ganan.

Pd. Api.. si adivinas quién es quién en la foto te invito a unas cañas

2 comentarios:

Api dijo...

Me cuentan que la rubia que ganó el premio también tuvo la osadía de meterse en un bar de Villaconejos en busca de una baraja francesa. Ella, todo hay que decirlo es impresionante, y allí el único cliente que había era un señor sin piernas en una silla de ruedas. Al parecer la rubia entró y preguntó por la baraja, y el cliente la miró y le dijo todo serio: cartas no tenemos, pero yo si quieres te pongo un piso.

LaNegra dijo...

juajaujauajuajaujaua
Qué grandes los habitantes de esa bella (y maloliente)localidad madrileña.