domingo, 29 de abril de 2007

El verdadero matrimonio

Lo bueno de las bodas familiares es que, como ya nos conocemos, se puede uno hacer una idea de a qué tipo de celebración se enfrenta según quién convoque. Y en este caso hablábamos del núcleo duro. Y un núcleo duro castellano viejo. Lo más.

En vista de lo que se avecinaba, me subí a 12 centímetros de tacón para estar a la altura, y empezó la fiesta. Al principio de la misa, la resaca me impedía concentrarme así que me entretuve observando la iglesia que, las cosas como son, era bonita. Pero llegó el momento que algo me pitó en los oídos y me puse a escuchar. A la tercera patada, y sin confiar en mi memoria, saqué el bolígrafo y empecé a apuntar las perlas que lanzaba el cura a través de los altavoces. Son perlas, sin duda, para comentar. Prometo que lo haré, pero en frío.

“Si no estamos enamorados no podemos ser felices”

“Si se apaga la llama del amor es que no existió jamás”

“El verdadero matrimonio está al lado del corazón de Dios, diga lo que diga la Ley Civil”

“En el matrimonio hay que perdonar pronto, siempre y TODO”

Conclusión, que mi reino no es de este mundo. O mi mundo no es de este reino.

jueves, 26 de abril de 2007

Qué bodito y qué herposo


Este fin de semana empieza la temporada de bodas.

¡Que Pikatxu nos ampare!

Canciones de amor

No soporto a las niñas que en todas las canciones les recuerdan algo”. No sé a vosotros, pero a mi los dichosos Hombres G me amargaron la existencia a cuenta de este verso (para amargarme la adolescencia se sirvieron de otro tema que no voy a mencionar aquí). El caso es que desde que tenía 15 años cada vez que una canción me recuerda a algo – o mejor dicho, a alguien – me entra una especie de miedo irracional a parecer una niña tonta a la que “todas las canciones le recuerdan algo”. Así que, desde entonces procuro no hablar demasiado sobre canciones para que nadie adivine qué o en quién estoy pensando. Las raras veces que lo hago – sé que nadie se da cuenta, pero es así – son momentos de auténtico exhibicionismo emocional y sólo me sale con gente con la que esté verdaderamente a gusto.

Hoy me han sacado el tema, el de las canciones. Una amiga me decía que me imaginara ser Jennifer López y que, por la mañana, en la ducha, Marc Anthony me cantara:
Valió la pena lo que era necesario para estar contigo amor
Y yo que esta mañana tenía muy poquitas ganas de trabajar, pues me he puesto rápidamente en situación, me lo he imaginado y he llegado a una conclusión: así no. A mi así, no.
Y, dejándome llevar por el momento, he confesado que a mi me va más el rollo de:
Se me ponen si me besas... rojitas las orejas
Y si en vez de Fito, me lo susurra al oído un tío que me guste, le declaro mi amor eterno ipso facto (en mi versión de esta mañana le pedía en matrimonio, pero es que no me había tomado más que un café).

El caso es que, mientras la conversación degeneraba en alusiones menos poéticas (concretamente referidas al presunto “pistolón” de Marc Anthony), mi lado tierno - que aunque escondido, también lo tengo - ha empezado a recordar canciones de esas de guardar en la carpeta “Como escarpias”. Iron Maiden, La Fuga, Amaral, Rosendo, Fito, Lola Flores, ::latrama,... y, de pronto, como una especie de “nublao de tiniebla y pedernal”, “como un potro desbocao que no sabe donde va”... ha aparecido el miedo a parecer una niña tonta.

Y cuando ya estaba replegando mi repertorio musical hasta la siguiente... he pensado: “ay que joderse Negra, que te fastidien a ti el ratito esos cursis, ¡a ti!, que ni siquiera te gustan las (mal) llamadas canciones de amor” . Así que, con ese mismo impulso, las he vuelto a sacar , - gracias Julieta - y aunque sólo haya podido ser mentalmente (seguía en el curro) he cantao a voz en grito:
Estoy tan cansada de las canciones de amor, siempre hablan de un final feliz... bien sabemos que la vida nunca funciona así

miércoles, 25 de abril de 2007

Vuestros deseos son órdenes para mí

Asi que, tal y como habéis decidido vosotros, amables lectores, del 11 al 17 de junio estaré en playas como la de aquí al lado.


PD. Por si tenéis dudas: es Hawaii.

lunes, 23 de abril de 2007

Ataque preventivo de la URSS


Me hallo en el fatal trance de tener que elegir entre un México rutero o una semana en Hawai.


Querido lector, ¿qué harías tú?

domingo, 22 de abril de 2007

Nada te turbe, nada te espante…

Pensé que no lo iba a decir nunca, pero qué bien se está en casa. El plan para el fin de semana prometía. La idea era hacer senderismo por la zona de Las Batuecas con una conocida, su hermano, su primo y su amigo.

Ya la semana pasada todo eran problemas para evitar que ninguno de ellos llevara el coche –que si uno no tiene maletero, el otro que es viejo, uno incluso dijo que el suyo se para cuando llueve-, así que ofrecí el mío, que es nuevo, tiene maletero y cuando llueve se soluciona todo dándole a los limpias. Pues bien, después de estar más de una hora esperando a que tuvieran a bien llegar donde habíamos quedado, todo les molestaba: el calor, las ventanas subidas, las ventanas bajadas, las ventanas a medio subir o a medio bajar según se mirara, la temperatura del climatizador, mi música –por alta, por baja, por variedad-, mi forma de conducir –adelanta, no adelantes-, las indicaciones del tomtom, mi manera de aparcar… así durante tres días y seiscientos kilómetros.

Hoy, al llegar a Madrid todos han reconocido que habrían preferido llevar su coche “que total no es tan viejo y nunca me ha dejado tirado, o que con maletas pequeñas nos arreglamos…”. Declaraciones que, en mi opinión, verdad, se podían haber ahorrado.

Entre medias ha habido momentos impagables como cuando en una de las caminatas uno exigió que otro diera la vuelta a la esterilla porque la parte plateada produce contaminación lumínica y molesta a los pájaros, o cuando hubo que cambiar de acera porque delante iba un señor con un cigarro y el humo le impedía respirar, tampoco pudimos cenar en un restaurante porque tenían puesto el partido del Madrid en la tele y también les molestaba, luego hubo que cambiarse de terraza porque dentro del bar tenían música puesta… Lo que viene siendo un puro transigir, vaya.

Al final he sobrevivido al fin de semana, pero siempre concentrada en buscar el rollo zen que muchas veces se me iba y algunas se me venía. ¿Seré yo la inadaptada?

jueves, 19 de abril de 2007

Donde dije digo...


Así, con patatas –alavesas a poder ser- me como todas mis palabras respecto a Tatxenko. Que el tío, como yo sospechaba, ha demostrado ser un caballero –de los que se visten por los pies, aaaaaaaaaains cuánto echo de menos las sentencias del más grande- y me acaba de llamar para invitarme a una fiesta. Y yo, en pleno ataque de dignidad, le he negado tres veces. No, no y no.
Ahora, Pepa, desde aquí te lo digo: como no funcione tu teoría me vas a tener que aguantar lágrimas amargas.

Camisetas de Zara


Le he contado a Pepa la Loba la triste historia de las calabazas de anoche. Y ella, mujer de grandes sentencias, ha dicho: “Api, para ti los hombres tienen que ser como las camisetas de Zara. Que entras en la tienda, te la pruebas y como se dé un poquito la vuelta el bies… a la basura. Nada que ver con tu gabardina Burberry, que si te hacen una mancha te joden la vida”.
Su recomendación ha sido que me compre un montón de camisetas y un rotulador de tela. Y que vaya poniendo nombres cuando quede con alguien.
Así cuando tenga una caja llena de camisetas rotuladas, podré decir: “¿Ves? Todos esos han pasado delante de ti, y en una de esas blancas voy a poner tu nombre y cuando me hartes la tiro”.

¿Alguien quiere una camiseta talla M que pone Tatxenko?