jueves, 2 de julio de 2009

Belfast

Pues esto que veis al lado es un desayuno típico de Belfast, más british que el irlandés al parecer, pero igual de contundente por lo visto. Minutos después de sacar la foto todo eso (bueno, todo no, dejé un pico de pan :-$) estaba en mi estómago. Me jalé hasta las alubias. Ni yo, que me lo estaba trasegando, daba crédito. En mi defensa sólo puedo añadir que me lo había ganao.

Con mi don de la inoportunidad habitual yo, que no pensaba ni visitar Belfast, aterricé en la ciudad justo el día que empiezan las marchas de los protestantes para ir calentando motores hasta que el 12 de julio celebran el día de la orden de Orange o algo así (como no tengo internet mientas os lo escribo no lo puedo decir con total certeza). Total, que cuando estábamos nosotros saca que te saca fotos a los murales de protesta que pintan en los laterales de sus casas, se empezaron a oír tambores, el helicóptero de la policía empezó a sobrevolarnos y el taxista que nos había llevado a dar el rulo por allí vino corriendo a buscarnos en plan: sois unos fucking tardones.

Cuando vi las tanquetas y a los polis preparándose para vigilar al lado del Checkpoint Charlie del muro que separa la zona protestante de la católica entendí al pobre taxista. Esos muchachotes (y muchachotas) con pinta de british preparados para el ataque imponen, a qué negarlo.

La zona católica me pareció menos fundamentalista, pero igual es sólo porque ellos no celebraban nada. Los murales son igual de heavies que los del otro lado – incluso hay alguno de apoyo a la independencia de Euskadi -, y los patios de las casas que están pegadas al muro parecen campos de concentración, protegidos por alambrada por si les lanzan cosas desde el otro lado.

Al bajar del taxi, no sabes muy bien qué, pero notas que algo flota en el ambiente. De hecho, te sientes un poco mal por estar allí de turismo y más aún cuando, de repente, un niño de unos 9 o 10 años aparece por la calle con su camiseta de fútbol, saluda a su vecino, el de la camiseta del Barça, y se acerca al monumento funerario donde tú estás sacando fotos. El niño se para delante de una de las placas conmemorativas, alarga la mano y empieza a acariciar uno de los nombres grabados en la pared. Probablemente esa sea la mejor foto periodística que yo hubiera podido hacer nunca. No disparé. Me dio vergüenza. Dos o tres minutos después, el niño le estaba dando patadas al balón de su vecino y yo sacándole fotos al edificio del Sinn Féin.

Otra media hora y ya estaba montada en una noria sacándole fotos a los dos tortolitos semi-adolescentes con los que me había ido a pasar el fin de semana. Supongo que las cosas funcionan así. Los murales a mi me impresionaron porque muchos conmemoran cosas que yo he visto en el telediario. Ellos dos ni siquiera habían nacido.

Y es que, lo de volver a la escuela, tiene estas cosas. Tus compis de clase tienen 18, pero se enrollan más que los de 30, así que te vas con ellos de excursión. Te levantas a las seis de la mañana, te pillas un tren a Dublín – 50 minutos -, después un bus a Belfast – 3 horas -, te pateas la ciudad de arriba abajo – y cuando digo patear es literal -, te jartas a bocatas para adaptarte al presupuesto, te metes en un hostel infecto, haces como que duermes y cuando te levantas desayunas el especial de la ciudad, de la casa y de lo que te pongan por delante. Básicamente, porque sólo son las nueve y media de la mañana del domingo y aún te queda por delante una jornada que incluye: 2 horas de autobús de ida a la costa de Antrim para ver la Giant’s Causeway , un paseo de otras dos horas cuesta arriba y cuesta abajo por los acantilados, las correspondientes 2 horas de vuelta al punto de salida y, una vez allí, otras tres horas de autobús Belfast-Dublín para volver a casa. Los 50 minutos de tren Dublín-Bray te acaban pareciendo un regalo.

Todo esto aliñado con que había que hablar en inglés porque la concurrencia era un tercio italiana, de cuando en cuando traducir al español porque el otro asistente nacional es un catalán con 18 años y dos cojones que se ha venido aquí sin saber siquiera conjugar el futuro, y que la edad de mis dos acompañantes sumadas equivale a la mía.

Así que, cuando a las nueve de la noche llegamos al hostel totalmente destrozados y descubrimos que nuestra habitación de tres que luego eran cuatro acabó resultando ser de seis, que nuestro vecino eran vecinos y encima desordenados, y que – esto a mis compis ni se lo comenté – aquellas sábanas no conocían la lavadora desde hace años, no me quedó otra que venirme arriba y empezar a representar un papelón, quizá el mejor de mi vida: el de la treintañera experimentada a medio camino entre graciosa y viajada que reconfortaba a la compañía al grito de “don’t worry chavales, que sólo es una noche y mañana dormimos en casa”. En realidad me estaba dando un asco que me moría y haciendo que el BA hostel de Ámsterdam pareciese un cuatro estrellas, pero eso es otro post ;)

4 comentarios:

Api dijo...

me he agotado sólo de leerlo, asi que supongo que sí, que te lo 'merecías'. ahora que también te digo que yo esas alubias para desayunar no me las echo pa'dentro ni en la selva. de hecho, en guatemala del asco que me daban los desayunos, pasaba la mañana con un zumo de naranja y unas cervezas.

la pena del BA Hostel, donde dormimos tal día como hoy de hace ¿diez? años, es que no tenemos fotos. podrías hacerme una radiografía cerebral, porque tengo a fuego grabadas aquellas literas y aquellos sonidos del guiri que para sonarse los mocos parecía que se iba a dar la vuelta; o cómo yo dormí con vaqueros y cazadora del asco que me daban las sábanas; o de cómo olía...

suerte con la excursión de este finde. yo hoy, operación salida, me la juego con la A1.

Anónimo dijo...

I love EIRE.

Estimado hombre honrado que rasguña desde muy muy lejos.

En menos de una semana empieza un anueva etapa en mi vida. Sere(mos) papa(s). Lo unico que me pesa no haber hecho es volver a mi amada Irlanda con mi txika y patearla en bici. Esperare unos añitos e iemos los tes los cuatro o los que seamos.

Killerney, alquilar bici y visitar Muckrose Abbey, Meeting of the waters etc etc fue de lo mejor.

LaNegra dijo...

mm... me lo apuntare, aun me queda mucha Irlanda este verano...

Api dijo...

don federiko insiste en que si le consigues una free-bed acude a visitarte este verano.