martes, 8 de abril de 2008

El ídolo (I)

Hoy me ha venido a la memoria una de esas cosas que pasan que me ocurrió hace un tiempo y que no os conté porque aún no teníamos el blog. Era un día de esos malos de invierno, llovía a cántaros y había huelga de autobuses. Como sabéis yo tengo coche, así que, no problem, pero… cuando me iba nuestro director de seguridad en funciones – o sea, el segurata de la puerta que es quién manda aquí – me dijo: “Negra, ¿tú podrías acercarme al cercanías? Es que llueve, hay huelga de autobuses…” y yo le dije que claro, que faltaría más. Y ahí empezó la leyenda…

Después de pedirme que le llevara y de que yo dijera sí, él aclaró que tenía que esperarle porque, con la huelga, su compañero no había llegado y no era cosa de dejar la oficina sin vigilancia. Yo ya había dicho que sí y en realidad tampoco me importaba mucho, así que, para hacer tiempo, acerqué a otra compañera hasta su casa y volví a recogerle. Le hice una perdida y él bajó. Se montó y aclaró que mejor casi si le llevaba a la estación del pueblo, que la del centro comercial – más cercana al trabajo – tiene menos frecuencia de trenes. Y yo, a mandar.

Así que allí estábamos él y yo. Yo con mi flamante cochecito recién estrenado y él sentado al lado tieso como un palo’escoba haciendo las típicas preguntas de rigor del tipo “¿qué tal el coche nuevo, va bien?” y así. Pero de ahí, en seguida pasamos a lo personal porque, de repente, como que no quiere la cosa y mientras yo me afanaba en dar una curva de 360 grados, el tío me soltó:
- ¿ Y además de conducir, tú qué otras aficiones tienes?
- ¿Aficiones? – dijé yo.
- Sí, aficiones – aclaró él – además de conducir qué te gusta: salir con tus amigas, tomar cañas...
- Tomar cañas con las amigas – atajé yo – esa afición también la tengo.
Pero por lo visto era poca afición para él, porque insistió.
- ¿Y qué más?
- Pues... no sé... así de pronto...
- ¿Y el fútbol?, ¿el fútbol te gusta?

Lo que no os he aclarado antes es que, al montar él en el coche, en la radio de mi peugeot sonaba el Carrusel Deportivo a todo lo que daba. La Champion concretamente. Y claro, si a un tío que monta en tu coche le pones el carrusel y luego dices que no te gusta el fútbol, o bien le estás mintiendo, o bien te lo estás intentando ligar y estabas quedando bien. Y como ni lo uno ni lo otro, pues aclaré que sí, que me gusta el fútbol. Entonces, a pesar de que lo que se oía de fondo era un partido del Barça, él preguntó: “¿y tú?, ¿eres del Madrid?”. “Del Madrid y del Racing” – dije yo – “pero sí, del Madrid”. En ese momento él empezó a hablar de nuevo, pero ya no preguntaba, más bien exponía.

Que él era soltero, que como es inmigrante (Ecuador o Perú, no estoy segura) y aquí vive con sus tíos - que son la familia que tiene en España – pues que no gastaba mucho, y que el único vicio que tenía era el fútbol. A continuación me invitó al Bernabéu, así, directamente, sin pasar por la casilla de salida. Y yo, ¿verdad?, mirando fijamente a la carretera para no comerme la fuente de la rotonda del susto, decliné lo mejor que pude para que, sin sonar desagradecida, el mensaje quedara claro: no, gracias.

Cuando lo cuento todo el mundo se ríe (más bien se descojona), me vacila y acaba diciendo que si qué grande, que si tal y que si cual. Pero en mi opinión, quienes mejor le han definido han sido ET y LaurenMi que, al saber de sus andanzas, simplemente añadieron: “¡qué ídolo!”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aupa,

deduzco que habrá parte dos. U otro idolo.

Como agua de mayo.

Gracias

Desde muy muy lejos.

Api dijo...

Suscribo todo lo anterior.

Federiko dijo...

Mi lado ingenieril me hace apostillar que es muy raro dar una curva de 360º porque sería girar toda una vuelta para ir en el mismo sentido. Y las chicas hacéis maniobras extrañas al volante, pero ésta me parece demasiado.

A no ser que haya usted utilizado la hipérbole como figura literaria o se encontrara usted girando en una rampa de descenso en espiral...

LaNegra dijo...

Mmmm...
Mañana lo mido, tienes razón, debía ser de unos 320 grados...
Ya sabes, las mujeres, las medidas, los nervios...
A ti te hubiera visto yo en la misma, mientras Oliveros cantaba los goles del Barça...