viernes, 28 de noviembre de 2008

La Susi

Por lo visto su nombre artístico era Susie Pop, y los entendidos de la re-movida está que se vive en Madrid en los últimos tiempos dicen de ella que era “la verdadera Nancy Rubia”. Para mi era simplemente “La Susi”, esa que siempre estaba a los mandos del guardarropa del Berlín; esa que, cuando llegábamos a la una de la mañana estaba perfectamente maquillada y cuando nos íbamos, al amanecer, tenía la cara ajada por culpa de esa barba negra como la noche que le asomaba, tenaz, superando ampliamente en altura su ya de por si alta capa de maquillaje.

Nunca supe si La Susi era transexual o travesti, lo que sí que supe siempre es que era una rubia peligrosa con labios rojos que a mi me ignoraba y a Api la odiaba por llevarse al hombre que a ella le derretía el carmín.

Sí, porque a esta rubia tatuada como un presidiario y femenina como una Barbie, nosotras la conocimos por áquel que a Api le decía aquello de que estaba “deschuído”, pero que a La Susi, en cambio, siempre le decía aquello otro de “Susi qué guapa estás hoy”. Y Susi, a puntito de alcanzar el éxtasis, le devolvía el piropo, le regalaba una sonrisa y le hacía hueco a nuestros abrigos.

Api me lo ha contado esta mañana: tía, que sale en el periódico que La Susi se ha tirado por el Viaducto. Según los papeles, La Susi ha palmao “al lado del Viaducto”, lo que no aclaran es cuánto de al lado, si en el suelo de la calle Bailén o en el de la calle Segovia, donde el al lado se convierte en muy abajo.

En el periódico también dicen que La Susi se llamaba Jesús, Jesús Galindo. No se me ocurre nada mejor que desearle que, allá donde esté, la rubia encuentre algún “deschuído” que sepa derretirle el carmín.

2 comentarios:

Federiko dijo...

Descanse en paz la finada.

Yo sólo tengo que aportar que mi hermana, en las rutas turísticas que me hace por Madrí siempre que voy, me lleva al viaducto en cuestión y me cuenta que han puesto las lunas esas para intentar aminorar los suicidios en el lugar. La última vez tuve que decirle que ya nos lo había contado 4 veces.

Y, como anécdota, en un pueblo bizkaino, hay un puente que era (no sé si aún lo es) muy elegido por los suicidas para acabar con sus días. Un amigo, junto con otros, hizo la trastada infantil de pintar una diana en el suelo, debajo del puente. Y siguieron tirándose.

LaNegra dijo...

Joé...
Pues al único que seguro seguro conozco que sí se ha tirao (lo de La Susi sigue sin quedarme claro), se tiró con lunas y todo. Era escalador...