domingo, 27 de febrero de 2011

Pierdo la cabeza...

Acabo de pasarme hora y cuarto conectada a una videocon- ferencia del curso que estoy haciendo y, el profesor me ha caído entre bien y muy bien, y su voz... bueno, que nada más terminar me he puesto a buscar a ver si el tío está también bien o no.

Como su imagen del Twitter es una caricatura, pues parece un tío gordito, con perilla y gafas, castaño-arrubiado... una especie de oso amoroso del que estaba dispuesta a enamorarme (virtualmente, se entiende).

Pero al buscarle, resulta que el tío es más moreno, más alto, más delgado y más guapo de lo que me esperaba, y voy yo y lo primero que pienso es “pues vaya :( ” y claro, después lo he pensado otra vez y me he dado cuenta de que, definitivamente, estoy perdiendo la cabeza.

lunes, 14 de febrero de 2011

Cuatro años ya...

Hace un par de años, tal día como hoy, desvelaban los científicos que el amor dura máximo cuatro años y se caracteriza por ser un "estado demencial temporal” y que estar enamorado es comparable a un estado “obsesivo compulsivo”.


Hace cuatro años, tal día como hoy, a nosotras se nos ocurría empezar esto. Así que, si después de hoy seguís celebrando este 14 de febrero con nosotras, vosotros estaréis oficialmente enfermos y nosotras eternamente agradecidas...

Vuestras,
Api & LaNegra.

jueves, 10 de febrero de 2011

El olor, ese gran desconocido

Los que me conocéis personalmente lo sabéis, a los que no, os lo cuento. Yo siempre he dicho que llevo la nariz para estorbar: es grande, moquea 9 meses al año (cuando no estoy resfriada tengo alergia) y, habitualmente, no huelo nada.

Todo eso se traduce básicamente en que no llevo (y sospecho que ya nunca lo haré) el piercing a lo Lisa Bonet con el que siempre he soñado, que casi siempre me olvido de echarme colonia (no lo aprecio apenas), y que es peligroso confiarme el cuidado de la piel de los bebés (no huelo que se han cagao ni teniéndolos en brazos).

Vivir prácticamente sin un sentido es raro a veces. Lo echas de menos cuando intentas – sin demasiado éxito – catar un vino, o cuando pasa un tío estupendo y alguna de tus amigas dice eso de “y encima huele bien” o cuando tu madre está haciendo bizcocho. Pero también te alegras de no tenerlo muy afinado cuando pasas cerca de un cubo de basura o estás en el metro en hora punta. No sé, como nunca lo he tenido, no lo echo demasiado de menos. Alguna rara vez que huelo mucho (días contados y por una enfermedad que me hace tener síntomas de embarazada), la sensación es tan intensa que me desconcierta. No sé cómo interpretar tanta información, así que, por purita costumbre, casi prefiero no oler apenas. Pero el otro día me ha pasado algo que me ha hecho darme cuenta de que esa falta de olfato me hace, no tanto perderme cosas, como verlas desde otra perspectiva.

Estaba con M en su casa y había allí un ramo de flores frescas. Su cumple fue hace 10 días, así que las flores estaban empezando a marchitarse, aunque aún aguantaban el tipo. Pasábamos por al lado y yo ni las miré (y menos olerlas, claro), pero ella de repente dijo: “lo único malo de que te regalen flores frescas ¿ya sabes qué es, no?”. Yo la miré sin comprender y ella solita se autorespondió: “claro, no, tú no lo sabes porque no hueles nada”. Seguí sin comprender y me dijo: “huelen a muerto”. Inmediatamente me vino a la cabeza la imagen de un cementerio lleno de flores marchitas. A mi sola jamás se me hubiera ocurrido esa idea. Y entonces me di cuenta de que para mi las flores no son algo que huele bien, son sólo... bonitas.

Es una tontería, pero desde entonces no dejo de darle vueltas a una cosa: hay ideas a las que nunca llegaré sola. ¿Raro, no?

lunes, 17 de enero de 2011

Divino Tesoro




“Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!”





El viernes decidí aceptarlo y me compré una crema antiarrugas.
El sábado me fui de rebajas y volví a darlo todo con un chaleco de cuero en la sección jovencitas. Sólo siento que no me entraran unos pantalones de cuadros escoceses que ríete de Sid Vicius...

No tengo remedio. A la mierda Rubén Darío ;)

sábado, 8 de enero de 2011

qué harías tú si...

En reyes tu pareja te regalara un modernisimo cubo de basura?

miércoles, 29 de diciembre de 2010

What else?

Todos tenemos vicios, uno de los míos es el café, otros, las voces profundas y los ojos verdes. Para mi perdición, en la boutique de Nespresso de El Corte Inglés de Princesa, en Madrid, se unen los tres.

Dependiendo de la temporada, en ese corner hay entre 3 y 6 personas atendiendo, pero quiere la casualidad que, desde que voy ahí a comprar las cápsulas, a mi me suela tocar en suerte (todas las veces menos una que - como estadística - no está mal) un dependiente de voz profunda y tremendos ojos-verdes-tienes que un día va a conseguir que me lo compre todo, hasta a él.

Imaginaos la (ridícula) escena, yo llego y, cuando me toca el numerito, voy para allá y escucho ese "buenos días" y, aunque ya sepa de antemano lo que va a pasar no puedo evitarlo... empiezo a sentir una vergüenza horrorosa, de esas de cuando iba al instituto y pasaba el niño que me gustaba, y empiezo a recitar: 3 de descafeinatto intenso, 6 de indriya, 2 volluto, un pack de especialidades... y la voz profunda repite que te repite "¿algo más?", y los ojos verdes sonríe que te sonríe mientras me miran fijamente, y yo intentando parecer una tía interesante y madura, pero notando que se ve claramente que me estoy poniendo colorada y, esto no falla, se me ha puesto una sonrisa idiota en la cara que no me puedo borrar.

Es guapo y lo sabe. Gusta y también lo sabe. Por eso, cuando casi al final, después del "no gracias" que respondo a su último "¿algo más?", me suelta la consabida "¿y la máquina qué tal?, ¿le va bien?", y yo me callo durante un segundo, y después por fin le miro a los ojos-verdes-tienes y digo "perfecta, gracias" mientras despliego mi mejor sonrisa, entonces yo sé que él sabe que en realidad estoy pensando "la máquina lo que necesita es un repaso, tuyo, concretamente". Pero justo ahí, con la elegancia característica de la marca, los ojos-verdes-tienes me miran y me dicen, "muy bien, pues son..." y me perdonan el resto de material disponible en tienda que hubiera sido capaz de comprarme por un solo guiño.

Entonces cojo mi bolsa negra y me voy, con una sonrisa de oreja a oreja mientras pienso... "What else?".

martes, 7 de diciembre de 2010

Me hago mayor

Y no sólo porque en unos días me caigan 37 castañas, no, es mucho peor... me acabo de descubrir a mi misma haciéndole una peineta disimulada a la tele mientras mascullaba por lo bajinis “no te lo crees ni tú”.

Al otro lado, como no podía ser de otra manera, la cadena del toro y un debate sobre la violencia de género en el que (excusa non petita acusatio manifiesta) la presentadora decía que no es que ellos no estén del lado de los débiles no, es que ellos están también con los que son víctimas de denuncias falsas. La capacidad de manipulación del lenguaje (y con él todo lo demás) de estos señores es incalculable, cuando crees que lo has visto todo (durante la publicidad sin ir más lejos, en un anuncio en el que aseguran que el estado “programa” los embarazos de la gente – a lo mejor programan polvos y yo no me he apuntado al reparto, mira tú -), cuando eso digo, oyes a la presentadora decir lo otro y sin darte cuenta, estás levantando el dedito, como si fueras un Mr. Ánsar cualquiera.

Un gesto que no me gusta y que sólo sale de mi mano cuando en la carretera me han calentado mucho, mucho, mucho. Vamos, una acción que relaciono con lo peor de mi, igual que mascullar. Pero ahí estaba yo hace un momento...

Lo mismo es que todo se pega y tanta convivencia paterno-filial me está matando: el gobierno y el Barça (depende de la semana por ese orden o no) hacen que mis padres mascullen continuamente, una característica que siempre me ha parecido muy “de viejo”, como aquellos abueletes que saludaban a los de la tele porque pensaban que estaban en medio del salón de verdad. Sin embargo, adaptarse o morir, he desarrollado una rara y hábil capacidad de ignorarles a ellos y a la televisión. Nada me turba, nada me espanta, y si lo hace, lo sufro en silencio, como áquel las hemorroides, todo por evitar el debate político o futbolístico (bueno, vale, en éste sí entro a veces). Por eso mismo me ha sorprendido mi reacción de hace un rato, sobre todo porque en ese momento estaba sola frente a la tele.

Lo mismo es que no sólo ellos se hacen viejos...


pd. al ver la foto me he acordado de los amigos de Api, los controladores, pero juro que ha sido puritita casualidad...

domingo, 5 de diciembre de 2010

Parece que por fin vuelo

después de un fin de semana que no se lo deseo yo más que a los controladores y a todas sus madres, cónyuges y descendencia, parece que por fin esta noche voy a poder levantar el vuelo. ayer fue imposible porque la aerolinea con la que viajo no tiene vuelo los saturdays night. el vuelo de hoy se supone que iba lleno y el hermano de mi (hasta ahora único) píer de referencia no pudo hacer nada desde la agencia. asi que no tuve más remedio que echar mano de mi único contacto. y asi, el excelentisimo señor director de comunicación de (en adelante) mi aerolínea de referencia me ha conseguido colar en el vuelo de esta noche. en un par de horitas los padres del relojero me llevan al aeropuerto.

he perdido dos días de vacaciones gracias a estos amabilisimos hijos de la gran puta, pero bueno, si consigo despegar en cinco horas me doy por contenta

sigo con los dedos cruzados.