martes, 19 de octubre de 2010

El seductor

Imaginaos la escena. Madrid, Gran Vía esquina con Montera, sábado noche, 6.05 h, 6ºC y 0 taxis. Después de 20 minutos intentando parar un taxi que no llegaba decido echar andar calle abajo, dirección Cibeles y que sea lo que la EMT quiera (a poder ser un buho que llegue prontito). Por el camino sólo parejas. O los solitarios no cogen taxis (¿por eso no lo encontraba yo?), o ahí pilló cacho hasta el apuntador a pesar de que Gallardón se empeñara en cerrar los bares a las 3.30 h. Aunque ahora que lo pienso... a lo mejor fue eso, igual con el frío, la gente se arrimó más.

El caso es que, más o menos ligera, me baje Gran Vía hasta Alcalá, y de ahí a Cibeles sin encontrar una luz verde que llevarme a los ojos. Terminé en la parada del 20 a las 6.35 h., mi bus había pasado hacía dos minutos, no sabía cuánto quedaba para el siguiente y estaba jodida de frío. En ese momento llega, por partes, una cuadrilla de tíos. En el inicio de la treintena y borrachos, muy borrachos. Se ponen a mi vera y, el más borracho – y más guapo – de todos me mira y se tambalea, y no por mi belleza precisamente. Por si la vomitona decido dar un paso atrás y esconderme detrás del cristal de la marquesina. Llamadme cobarde si queréis...

Y en esas estaba yo cuando por el flanco izquierdo (el de la cuadrilla) se me aparece un tipo nuevo con cara de despistado. Mira el cartel de los buses, mira a la carretera, vuelve a mirar el cartel de los buses, me mira a mi y dice: “perdona, es que tengo que llegar a Cuzco y no sé muy bien qué autobús tengo que coger”. Y yo, que a veces parezco nueva, en lugar de decirle, “pues chico, pregunta a un guardia”, me puse a mirar los carteles por él (como si no supiera leer) y a decirle pues éste no, éste tampoco, ni éste... y tres marquesinas más allá seguía diciendo lo mismo con el tío detrás. Entonces, justo en ese momento, caí en que el que va a Cuzco es el 27 (¿qué recuerdos, eh Api?) y que el 27 se coge en otra parada, cruzando la carretera. Se lo digo y el tipo sigue mirándome fijamente. Por educación, le sonrío y vuelvo a mi marquesina. El tío viene detrás y me dice: “¿te importa que te acompañe mientras esperas el bus?.

A partir de aquí, si yo fuera una tipa con suerte, el desconocido perdido con cara de despistado sería en realidad Jon Kortajarena, muerto de frío y lejos de casa. Yo le hubiera invitado a mi cama y Api (que es la que ponía la casa) lo hubiera entendido dadas las circunstancias. Sólo para que el chico no muriese congelado, you know. Pero como no lo soy, el muchacho en cuestión ni tenía frío, ni estaba lejos de casa y, lo que es peor, después del numerito de interpretación de los carteles, no supe como decirle que se perdiera. El tío me dijo que esperase un segundo, se fue a despedir de los colegas – sí, era de la cuadrilla del guapo borracho – y volvió a mi vera. Qué queréis que os diga... mi cerebro congelado no daba para más. Así que me consolé a mi misma pensando que no parecía peligroso y lo mismo así se me hacía la espera más corta. Me equivoqué.

A la vuelta el tipo se vino arriba y empezó a soltar su discurso de seductor. Que si estaba recién aterrizado de Londres, que si había quedado con sus amigos de siempre para salir por Madrid como en los viejos tiempos, que si no se había dado cuenta de cuánto lo echaba de menos hasta esa noche... y ahí, cuando estaba a puntito de tocarme la fibra sensible, va el tío y suelta que la noche ha sido “entrañable”. ¿¿¿¿¿¿Entrañable?????? Me faltó un ruido de fondo chirriante como en los dibujos animados... ¿lo estaba diciendo en serio?... sí, lo hacía. Además parecía buscar feedback, así que – con la voluntad bajo cero ya a esas alturas – se lo dí: yo también estaba de reencuentros en Madrid esa noche, bla, bla. No le importaba, a los dos segundos me estaba preguntando: “¿te puedo hacer una pregunta muy personal?”

Y digo yo... si a vosotras un tío a esa hora y en esas circunstancias os pregunta eso, ¿qué habríais pensado?. Pues lo mismo que yo, que quería saber si tenía novio, así que le contesté que él preguntara, que ya veríamos a ver si le respondía. Y el tío disparó: “¿tú dónde has perdido más peso, en Irlanda o aquí en España?”.

¿Peso?, ¿perder?, ¿¿¿¿¿me estás llamando gorda hi-jo-de-la-gran-pu-ta???? ¿así quieres ligar tú?, pero el tío seguía entornando los ojitos en plan seductor. No me estaba llamando gorda o, en su defecto, me intentaba hacer ver que a él no le importaba que lo estuviera, entendía que unos meses fuera causan ese tipo de problemática.... no me quedo claro.

Siguiente pregunta: “¿qué edad tienes?”. Too much for me, babies. Le miré y sólo acerté a decirle: “mal”. No entendió y yo repetí: “mal, así mal”. Siguió sin entender y le aclaré: “no le preguntes a una tía la edad hombre, y menos cuando tiene pinta de no cumplir ya los 25” (...y menos aún cuando la acabas de llamar gorda). Lo intentó arreglar diciendo que me echaba 29...

En ese momento llegó el 20. Él, convencido de su encanto personal, aún me dio dos besos antes de subir al autobús...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No se que de que te quejas, te hace una pregunta original (por que la preguntita se las traía....:-) y le llamas h de!!!!

Saludos, Javier

LaNegra dijo...

Visto así... original sí que fue, pero a esas horas y con ese frío, no supe apreciarlo :)

LaNegra, live desde la sala de espera de la dietista...

Federiko dijo...

Esto tiene un comentario, pero necesito más tiempo. ¿El chico a veces iniciaba una risa mirando al frente e iniciaba una frase del tipo "te vas a reír pero..."?

Anónimo dijo...

Aupa majas,

Igual él no quería no ligar, por el motivo que fuera, y se estaba vengando de todo el genero femenino, usandote de cabeza de turco.
Yo lo he hecho. Por ejemplo, a una chica le pregunté si el tatuaje se lo había hecho en la carcel.

Me arrepiento. Y no firmo.

LaNegra dijo...

Por partes:

Don Federiko, el "te vas a reír pero..." no lo llegó a pronunciar, pero antes de empezar con cada interrogatorio sí miraba fíjamente a la Cibeles (que es lo que estaba al frente) y creo recordar que en alguna de las preguntas sonrió... ¿tiene algún significado??

Anónimo sin firma, pues lo mismo sí, pero aparte de ser injusto en general porque yo no soy la representación del género femenino - creo que ya escribí un post sobre esa manía masculina de pagar con las tías como yo todo el mal que les hacen las perracas que en el mundo sonm, y si no, decídmelo, que lo escribo -, aparte de eso, digo, con lo amable que fui con el tema del autobús para llegar a Cuzco, hacermelo a mi sería injusto en particular. Vamos, no me jodas, ¿qué tía a las 6 de la mañana contesta a un tío con pinta de lelo?? Pocas. Y no porque sea yo más buena, ni más maja, sólo soy más lenta de reflejos que mis congéneres, pero amable, fui super amable. Puestos a elegir, hubiera preferido que me preguntara si mi tatuaje es taleguero...

Federiko dijo...

Miraba a la cibeles?, um, según la corriente psicoanalítica ello implicaría que en su inconsciente veía a la diosa como la mujer a la que quería hacer suya y volcaba en ella sus deseos. Según la Gestalt, veía la cibeles como un todo, como un todo follable concretamente. Según el punto de vista conductista, el estímulo que para él representaba la estatua provocaría, debido a un proceso de condicionamiento anterior, que su respuesta fuera de contenido sexual. Según el cognitivismo, sus procesos de pensamiento estaban funcionando aceleradamente en busca de la estrategia más adecuada para obtener el coito.

El chico quería petarte.

LaNegra dijo...

Y qué tal un "¿follamos?", ¿esa posibilidad no la contempla ninguna escuela?

Hubiera sido todo mucho más sencillo y se hubiera ido pa' casa igual, sin follar, al menos conmigo... pero a mi me habría hecho mucha más gracia la pregunta ;-)

Federiko dijo...

Sí, en madrí hubiera procedido un "¿follamos?", con todas sus letras, hubiera sido lo correcto en esas tierras.

En V-G corre la leyenda de que hubo un caso de un macho de la especie que osó preguntar eso mismo a una dama en una parada de autobús y, al grito de "al cerdo agresor, al cerdo agresor!", apareció un grupo de flekilleras radikales que le patearon con fuerza, le arrancaron un brazo y le pegaron con él tras vaciarle la cuenca de los ojos y escupir en su interior.

LaNegra dijo...

jajajajajajaja
Ya lo decía Sabina, "que'l problema vasco es mu' delicao" ;-)