jueves, 3 de septiembre de 2009

Sensación de Vivir

Por lo visto cuando cuento mi verano irlandés face to face parezco Brenda. No voy a negarlo, yo no me escucho desde fuera y además he vuelto con el pelo tan negro como lo llevé, pero más largo. Eso sí, os aclaro de antemano que en ningún momento me han entrado los nervios porque no me venía la regla (qué queréis… a mi aquel capítulo me impactó…) como advertí antes de ir… he vuelto a defraudar. Sólo he cumplido uno de los dos objetivos: he aprendido inglés. Lo de cenar pasta… se me ha dao peorcillo, soy torpe, qué le vamos a hacer. Pero por todo lo demás…. salir, comer, beber… no he parado. Reconozco que internet me la jugó mucho (me la sigue jugando, es mi maldición de este verano) peeeero, reconozco que muchos días pensaba el post en el Eclectic Garden (discoteca de pueblo a la que acudía con regularidad) pero cuando llegaba a la habitación no tenía fuerzas para escribir. Demasiada Guinnes es lo que tiene…

LaNegra se ha dao a la negra. Todo el verano. Sin prisa, pero sin ninguna pausa. He salido por ahí con gente de entre 19 y 31 años… estos últimos, los menos… predominaban los de entre 24 y 28, pero yo ahí, dándolo todo (acordaos que ya no cumplo los 35). Api incluso me dijo que estaba orgullosa de mi: me lo he bebido todo y me lo he bailao casi todo. Mi falta de destreza en los bailes típicos irlandeses me hizo ganar el apodo de Tiger of Cantabria… no os digo más...

Y además de todo eso… he hablao inglés. Mucho. A veces con esfuerzo – intentar entender a un irlandés del norte tiene su aquel -, otras con orgullo – como el día que mantuve sin inmutarme una larga charla con una australiana totalmente desconocida a la que, probablemente, no volveré a ver jamás – y otras arrastrándome – esas clases después de noches de poco dormir en la que el profesor me preguntaba a mi en plan tú eres nuestra alumna más veterana (no por la edad, por las semanas de clase) y yo tenía que confesar: “Sorry Mik, I knew it but… I can’t remember it now” – qué ratitos, madre. Para que os hagáis una idea, una tarde, en una clase intensiva, la teacher me preguntó si había salido la noche anterior… era la segunda vez que se me cerraban los ojos en clase.

En mi descargo diré que un café y una chocolatina lo solucionaron, un ruso de metro noventa tuvo que marchar pa’ casa a dormirla, yo resistí. También a mi favor diré que, a pesar de lo que pueda parecer, aprendía mucho, de hecho hice un examen de estos que valen para que tu CV luzca con esplendor y saqué una nota maja, así que… con fiesta incluida, la cosa no ha ido mal. Ya os digo que, menos novio, me traigo de todo: inglés, amigos, experiencias, paisajes, ratos,… por traer he traído hasta el hígado en la mano. El próximo martes tengo que ir al endocrino y tengo miedo, del bueno. Pavor diría yo… de hecho, creo que en lugar de sangre el otro día me extrajeron Guinnes… si acaso llevaría un poco de ron licuado, pero agua la justa.

Y no porque no haya llovido. Joder qué manera de llover. La puta “drizzle” que es como le llaman allí a lo que en mi pueblo se llama morrina y en los sitios más finos se llama calabobos es una constante. En la guía de Irlanda que tan efusivamente me compré en la Feria del Libro antes de ir ya lo advertían: llévese un paraguas y un chubasquero, aunque sean cinco minutos, en Irlanda llueve todos los días. Es verdad. Y cuando digo todos es todos. Puede que en 10 semanas no haya llovido 2 o 3 y eso estadísticamente viene a ser nada. En mi modesta opinión, ese gran consejo sólo tiene una objeción: ahórnese el paraguas. Es inútil Ni aunque te hayas criado con uno en la mano – como es mi caso – estás preparado para los vientos racheados irlandeses que cambian de dirección cada metro. De los paraguas traigo dos recuerdos: una varilla torcida en un modelo que llevaba más de 7 años de impecable servicio en España y una cicatriz en la frente modelo varilla clavada. Para que lo visualicéis mejor, si fuera hindú no necesitaría pintarme el puntito de la frente…

En definitiva… he vivido una gran experiencia. El Erasmus que nunca tuve probablemente, la liberación total después de la patada en el culo tras 9 años de currar como una negra (sí… lo sé), el verano sabático con el que siempre sueñas y casi nunca tienes. Me siento muy afortunada por haberlo vivido. MBlue tiene razón… ha sido toda una sensación… así que a partir de ahora, if you prefer, you can call me Brenda ;-)

4 comentarios:

Mblue dijo...

Ayyyy!!!! Lo mucho que esperaba yo este post, Negra. No dudé ningún momento que ilustrarías con todos juntitos y Brenda monísima :-) Yo creo que el objetivo principal lo has cumplido con creces "sentir". Y de la pasta no te preocupes, que precisamente de eso hay por cualquier rincón del mundo. ¡Qué te quiten lo bailao!

LaNegra dijo...

Yo es que siempre quise ser como Brenda en esta foto: morena, flaca, con tacones y con Dylan en la talega.
Me falta sólo la mitad ;-P

Api dijo...

Qué suerte, negra, Sensación de Vivir. Yo cada día siento más que estoy en medio de un rodaje a medias entre Los Soprano y Depredador.

Con ese éxito de 'critica y público', ya nos contarás si tienes pensado nuevas temporadas.

Anónimo dijo...

Negra, que te quiten lo bailao (mejor dicho lo bebido:-).
En la vida hay problemas, inconvenientes y oportunidades....no lo tengo claro cual es tu situación actual, si es un inconveniente o una oportunidad, pero lo que no es seguro es un problema.
Mucho ánimo, Javier