jueves, 29 de agosto de 2013

Estilosa de pueblo

Ser estilosa de pueblo es lo que tiene, que lo eres, pero no lo transmites... en los pueblos tienen - estoooo... ejem, tenemos - esa (¿mala?) costumbre de llamar a las cosas por su nombre y así no se puede.

Porque vamos a ver... digamos que eres alta, rubia, con tipazo, ojos verdes, es viernes por la tarde-noche y llevas puesta una falda a media pierna de paillettes doradas con camisa blanca masculina, taconazo y un clutch-sobre. Lo que una bloguera de moda llamaría un "outfit ideal" para una inauguración, en un pueblo se llama "dónde va esta con la camisa del marido y una falda de lentejuelas como si fuera a un estreno de cine".

Si fuera una chica de ciudad y tuviera su propio blog de moda (ella lo llamaría egoblog) el look tendría muchos comentarios, más RTs en Twitter e infinitos "Me gusta" en Facebook e Instagram. Pero en el pueblo le acaba de servir para que, de aquí a los restos sea conocida como "la Beckham" ("los Beckham" si va con el marido y le ha vestido a juego para la ocasión).

Lo mismo pasa con el pantalón del chándal. Ahora resulta que se llevan, al más puro estilo Pantoja, con americana y tacones como si tal cosa... look sporty, lo llaman. Que oye, lo ves puesto ahí en las revistas y tiene un pase (bueno, va, medio sólo, yo es que soy muy fan de los pantalones de chándal), pero luego a ver quién tiene el valor de presentarse así en un bar a tomarse una caña un viernes la nuit, por ejemplo.

Aún así, estoy segura de que lo hace una tipa similar a la ya mencionada en un bar de ciudad y, salvo alguna risita de algún tío - porque seguro que, antes de que acabe el mes, la moda ésta sale en la típica lista de "modas que no les gustan a ellos" -, salvo eso, al resto (o sea, a la mayoría de tías) lo que nos pasaría sería aquello de pensar "hortera sí va, pero cómo la sienta el chándal a la muy hija de p**a". Así, tal cual.

Ahora traslademos el supuesto, con la misma rubia, al mismo pueblo del caso anterior (verídico, por cierto) y... ahí la cosa cambia. En un pueblo, un chándal es un chándal, y da igual cómo lo llames o con qué calzado te lo pongas. En un pueblo, en ese mismo bar, además de la divina de turno habrá - fácil - otras tres o cuatro personas (si es viernes puede que más) que también llevarán chándal y pondrán el de la rubia a la altura del populacho, convirtiendo su "outfit sporty" en un "arreglá pero informal" acompañado de risita.

Y es que... ser estilosa de pueblo es difícil hasta cuando lo eres sólo de boquilla, porque como me dijo mi sobrina el otro día después de que yo alabara su "look casual y sporty, muy rollo revista de moda":

"Tía... ¿voy en chándal, eh?"*
* Esto, dicho poniendo los ojitos del revés y cara de mi tía ha perdido el oremus.

Pues eso.


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