No volveré a decir que de este agua no beberé. Quién me iba a decir a mí que a mi edad, y siendo yo la reina de las five stars, me iba a ver en el Alcampo frente a la estantería de las esterillas de cámping. Mirándonos cara a cara.
El saco -mi primer saco Chispas-, lo compré la semana pasada, pero dar el salto a la esterilla me costaba. Y ahí la tengo ahora en casa, azul y roja –colores de perdedor, ahora que lo pienso-, sin quitar todavía ni el plástico, como ajena a mí.
Espero que traiga manual de instrucciones.
1 comentario:
Api tía, te ofrecí la mía, que por lo menos es gris... tú lo has querido...
Roja y azul.... ufffff ;-P
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